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Perú

Denuncia internacional de la campaña mediática contra familiares y allegados de 7 asesinados en la matanza de El Frontón

Fuentes: Rebelión

Piensa que en el fondo de la fosa llevaremos la misma vestidura Vals «ÓDIAME»: Federico Barreto, Rafael Otero (Perú) Durante estas últimas semanas, en el Perú, el periódico Correo, sendos programas de Radio Capital dirigidos por Aldo Mariátegui y Phillip Butters; así como el programa «Punto Final» del canal Frecuencia Latina, dirigido ahora por Mónica […]

Piensa que en el fondo de la fosa
llevaremos la misma vestidura

Vals «ÓDIAME»: Federico Barreto, Rafael Otero (Perú)

Durante estas últimas semanas, en el Perú, el periódico Correo, sendos programas de Radio Capital dirigidos por Aldo Mariátegui y Phillip Butters; así como el programa «Punto Final» del canal Frecuencia Latina, dirigido ahora por Mónica Delta, secundados por un batallón de medios de comunicación, lanzaron una serie de alertas contra los homenajes que familiares y gran número de gente les hicieron a los cadáveres de siete personas que fueron asesinadas el 19 de junio de 1986 en la cárcel de El Frontón (Lima). Se trata de siete de las más de doscientas personas asesinadas, simultáneamente, en las cárceles de El Frontón, Lurigancho y Santa Bárbara, y cuyos cuerpos fueron devueltos este 7 de agosto a sus familiares por la Fiscal superior Luz del Carmen Ibáñez (quien, dicho sea de paso, sustentó la acusación del Ministerio Público contra el ex jefe senderista Abimael Guzmán en setiembre 2006).

Diversas autoridades públicas, de distinto rango y función, se han visto implicadas en esta barahúnda de noticias, que sería cómica si de por medio no estuviesen en juego otros asuntos y principios éticos como se verá a continuación.

Los referidos cadáveres fueron enterrados en el cementerio de Comas, con autorización del alcalde de este populoso distrito limeño, Miguel Ángel Saldaña Reátegui, quien, en segunda instancia, atendió el pedido humanitario de la fiscalía para que se proceda al entierro a solicitud de los familiares. Lo que gatilló el alboroto, en la prensa mencionada, es que los familiares y amigos, finalmente, concluyeron una prolongada romería enterrando los siete cuerpos en una edificación hecha con meses de antelación en la ladera superior del cementerio, donde hay dispuestos 60 nichos. La prensa nativa, hiperbólica y tendenciosamente, ha llamado esta construcción «el mausoleo senderista»; y empezó a correr la bola de nieve, o mejor dicho, de fuego y quema mediáticos.

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