Recomiendo:
2

Perú

El camino hacia una nueva constitución

Fuentes: Rebelión

La embajadora norteamericana, realiza visitas al gobierno peruano, justo en momentos en que se producían los hechos que dieron lugar a la situación política por la que ahora atraviesa el Perú.

La Generala norteamericana, Jefe del comando sur norteamericano, declara sin ambages, lisa y llanamente, que el control de los recursos naturales existentes en la región latinoamericana, es un asunto de seguridad nacional para el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, y que “tienen que empezar su juego”, debería decir, continuar con este juego que lo iniciaron ya en el siglo XIX. Véase: https://rebelion.org/el-comando-sur-de-estados-unidos-y-el-colonialismo-del-siglo-xxi/

La embajadora norteamericana, realiza visitas al gobierno peruano, justo en momentos en que se producían los hechos que dieron lugar a la situación política por la que ahora atraviesa el Perú. Luego hay un cambio de embajadora, pero el “juego” sigue siendo el mismo, ya casi 200 años.

Abiertamente se declara la incidencia en la política y en la economía de los países bajo la influencia del comando sur, lógicamente usando para ese fin a sus operadores locales, estratégicamente ubicados en todo el espectro político.

Es en este contexto en donde se da la lucha política en el Perú, en el pasado, en el presente, así como seguramente en el futuro, hasta la conquista de la verdadera y definitiva independencia de nuestros pueblos.

El pueblo peruano se ha levantado en una lucha que día a día se va ampliando y profundizando; a pesar de las falacias vertidas por medios oficiales y por la “prensa grande”, esta ha sido espontanea, en un primer momento dispersa y difusa, y en base a sus propias fuerzas y recursos; pero con una alta dosis de dignidad, firmeza y decisión. Lamentablemente con un ya alto costo en valiosas vidas humanas, debido a la insana, demencial, brutal y cruel represión policial y militar, acompañada de una actuación correspondiente desde el ejecutivo y la “prensa grande”.

A las claras y centrales consignas de la renuncia de Dina Boluarte, Cierre del congreso y nuevas elecciones, se ha ido consolidando la exigencia de un referéndum para la convocatoria a una asamblea constituyente, para una nueva constitución cada vez más clara y orientada hacia la recuperación de la propiedad popular y colectiva de los recursos naturales para el pueblo peruano, consolidándose estos en su naturaleza esencial de ser un patrimonio nacional, de todo el pueblo peruano; lo que evidentemente colisiona con el “juego” imperialista por el control de los recursos naturales en nuestras patrias, en el cual este impone sus reglas de juego, en donde el desprecio por la vida es su nota más saltante. Y es en este marco en donde se desenvuelve la lucha por una nueva constitución, por una nueva vida para el pueblo, y por mejores destinos para el pueblo en general, para todos los habitantes de nuestra querida patria.

Este camino atraviesa por diversas etapas:

1.- la convocatoria a un referéndum para decidir si el pueblo quiere o no, una nueva constitución

2.- de ganar el sí, la convocatoria a la elección de una asamblea constituyente.

3.- la redacción de una nueva constitución

4.- la convocatoria a otro referéndum, esta vez para aprobar el nuevo texto constitucional.

Cada una de estas estaciones, significa una profunda lucha política, en la cual el pueblo peruano debe alcanzar altos niveles de unidad y claridad en el objetivo perseguido.

En la lucha por el primer referéndum, se debe garantizar que gane el sí, en base a una amplia unidad popular, y que una nueva constitución significará una nueva forma de organizar la economía nacional basada en la propiedad colectiva del pueblo sobre los recursos naturales, así como en la construcción de un nuevo estado realmente democrático y participativo, eficiente y honesto.

En la lucha por la elección de la asamblea constituyente, se debe garantizar que a esta vayan auténticos representantes populares, que lleven en su palabra la palabra de todos sus representados, principalmente de aquellas organizaciones que se van consolidando y construyendo en este proceso de lucha, para lo cual las organizaciones sociales deben ser las que postulen candidatos a la asamblea constituyente.

En la lucha por la elaboración de una nueva constitución, se debe lograr que esta sea resultado de un amplio debate que logre la negociación y consenso en los diversos aspectos, traduciendo el anhelo de todo el pueblo peruano por una patria digna y soberana, moderna y engarzada a sus raíces ancestrales, y que garantice la paz, seguridad y progreso de todos los habitantes.

De cumplirse todos estos aspectos, se garantizará que finalmente, esta nueva constitución sea aprobada mayoritariamente en el respectivo referéndum.

Este proceso no está libre de vicisitudes, de peligros y acechanzas propias de aquel “juego” que ya va durando más de 200 años.

La más amplia unidad popular es la única forma de garantizar que este proceso se cumpla, ojalá en un “solo tirón”, en un solo tiempo de ese juego impuesto desde el norte poderoso, si en alguna de esas etapas el pueblo peruano es derrotado, siempre quedará como tarea pendiente e ineludible de cumplimiento.

Hay grandes enemigos y contrincantes en este juego, exteriores e interiores; con abiertas declaraciones de sus comandos militares, e intervenciones por medio de las embajadas, es claro que el enemigo exterior está plenamente identificado y además es el determinante, pues los enemigos internos están relacionados con este de una forma instrumental y dependiente; sin embargo, estos cubren todo el espectro político, los que están a la derecha son fácilmente identificables, pero los que aparentan ser del sector popular o situarse a la izquierda, merecen una especial atención: hay que empezar por aquellos que se ufanan en haber cumplido una eficiente labor en la estrategia contrasubversiva (enfrentando con “éxito” a las “huestes terroristas”) implementada en las décadas de los 80 y 90 durante el conflicto armado interno, por los mismos actores: el comando sur y la respectiva embajada; Ahora, infectadas por el clientelismo y la claudicación, pero todavía  controlando importantes instituciones populares siguen cumpliendo el mismo rol, frente a la lucha política actual, solo buscan encaramarse a esta, oportunistamente solo ven sus propios intereses proselitistas y de aprovechamiento electorero frente a posibles y cercanas lides electorales; De seguro buscaran ser interlocutores, y además de seguro serán convocados por el ejecutivo, en un posible diálogo y negociación para hacer lo que más saben: negociar oportunistamente con los intereses populares e hipotecarlos a la reacción. Estemos atentos, la sangre derramada no debe ser en vano, esta riega y fertiliza el suelo de donde brotara la patria nueva, en un mundo nuevo sin imperialismos de ninguna clase.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.