El nuevo descenso del PIB confirma una vez más que Roma sigue en recesión económica y que la coyuntura se presenta, según los expertos, como la peor desde 2009. Se contrajeron el consumo interno y las exportaciones.
Mientras en las afueras de Milán grupos de obreros protestaban ayer frente a una fábrica por los despidos y de los enfrentamientos con la policía resultaban 30 heridos, los datos económicos revelados por el Istat (instituto nacional de estadísticas) decían que el PIB (Producto Interno Bruto) italiano bajó nuevamente en el último trimestre -de enero a marzo- y también hubo una disminución del consumo y de las exportaciones.
El fantasma de un «contagio» a Italia de la aguda crisis que están viviendo otros países europeos como Grecia, Portugal o España se asoma además en el horizonte, sobre todo después de la ayuda dada por la UE a los bancos españoles -pero considerada por algunos sólo una parte de lo necesario- y de las consecuencias que se percibieron ayer en la marcha de las Bolsas de Valores europeas, muchas de las cuales cerraron en negativo.
Según algunos analistas, el efecto de la ayuda concedida a España no está claro todavía porque una serie de hechos podrían alterarlo, como las elecciones en Grecia el domingo y la segunda vuelta de las elecciones legislativas, además de la delicada reunión del Consejo Europeo programada para fines de junio en Bruselas, donde estará en el tapete el crecimiento económico europeo. En preparación de esa reunión, este jueves se encontrarán en Roma con el primer ministro Mario Monti el presidente francés, François Hollande, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro español, Mariano Rajoy.
Con la intención de parar las especulaciones por parte de los mercados, el Grupo de los 7 países más desarrollados sacó un comunicado afirmando que en las últimas medidas tomadas por los países europeos se percibe «un progreso hacia una más relevante unión financiera y fiscal de la Unión Europea», un tema que muchos ven como una clara alternativa para eliminar las diferencias existentes actualmente entre las naciones y que provocan desequilibrios en la Zona Euro.
El nuevo descenso del PIB italiano (-0,8 por ciento respecto del trimestre precedente) confirma una vez más que Italia sigue en recesión económica y que la coyuntura se presenta, según los expertos, como la peor desde 2009. Si las condiciones económicas permanecen como hasta ahora, a fin de año se estima que Italia perderá el 1,4 por ciento del PIB, peor aún de lo que el mismo Istat había estimado hace algunos meses (1,3 por ciento). Uno de los datos más alarmantes en este contexto es que los gastos de las familias se han reducido en este trimestre un 2,4 por ciento en comparación con el mismo período del año precedente. Pero los males no terminan ahí. Además de la contracción de la demanda interna se ha verificado también la contracción de la demanda externa, lo que ha hecho disminuir las exportaciones (0,6 por ciento), sobre todo en lo que se refiere a productos industriales y a servicios, mientras la agricultura creció el 4,9 por ciento, siempre en comparación con igual período de 2011. «Dos años y tres salvatajes después, Europa está en recesión y el contagio se ha extendido a España y tal vez se acerca a Italia», escribió el Wall Street Journal, poniendo en alerta a los inversionistas.
«No se puede decir que el riesgo de contagio no exista, pero creo que la situación italiana es completamente distinta de la de los otros países de la Zona Euro, tanto desde el punto de vista de la disciplina respecto de las cuentas públicas como de la solidez efectiva del sistema bancario», respondió el ministro de Desarrollo Económico a los periodistas que le preguntaron sobre los eventuales efectos de España.
Lo que no perciben los diarios ni los especialistas lo percibe en cambio el hombre de la calle: junto a los aumentos de los servicios médicos, gas, luz y muchos otros, acaba de aumentar el precio del boleto del autobús urbano y del subte.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-196198-2012-06-12.html