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Elecciones fraudulentas en Paraguay

¿El fraude, una jugada magistral de la ANR?

Fuentes: Rebelión

Casi no hay dudas de que Santiago Peña ganó las elecciones, pero la oposición lo acusa de fraude. No negamos que exista, sin embargo, hay otros datos que habría que analizar para entender mejor el problema del fraude. Peña gana con 1.292.079 (42.74%), quedando en desventaja con respecto a los senadores de su partido que obtuvieron 1.317.463 votos (43.68%).

Payo Cubas logra 692.663 votos (22.91%) como candidato a presidente, pero su partido, Cruzada Nacional, sólo alcanza 331.657 votos (11%) para su lista de senadores. ¿No llama la atención esta descomunal fuga de votos hacía los colorados? La diferencia es de más del 50%, un hecho inusual. Normalmente el elector paraguayo no cruza su voto de manera tan desproporcional, y si cruza nunca alcanzó esta magnitud. Es la primera vez que ocurre algo así.

¿Qué paso?

Si existe fraude, lo más probable es que se focalizó en la lista de senadores y no en la candidatura presidencial. La masiva fuga de votos hacia los senadores colorados, que le otorgaría mayoría propia en el Congreso, es muy probable que sea sí producto del fraude.

¿Para qué?

Santiago Peña es un presidente de filiación liberal, advenedizo para la mayoría de los colorados, a quien tuvieron que votar para “salvar al partido”. Además, Peña va a cargar con el estigma de ser el “presidente del fraude” durante los próximos cinco años, toda vez que complete su mandato.

Otro hecho llamativo, los colorados prematuramente, empezaron a debatir sobre la designación del futuro presidente del Congreso. Aparentemente, se preparan para un eventual juicio político de Santiago Peña, buscando colocar a un político de raigambre colorada en la línea de sucesión. El libelo acusatorio fácilmente puede ser el fraude electoral y el de ser un candidato impuesto por Cartes, un “significativamente corrupto”, cuyo destino sigue dependiendo del humor yanqui. Buscan elegir al presidente de la Cámara Alta, pero miran al otro edificio que está a dos cuadras: el palacio de López.

El escenario es favorable para los colorados que tendrán mayoría propia en las dos cámaras y el camino del juicio político es relativamente fácil. Puede ser que tropiecen con algún legislador colorado díscolo que no quiera aceptar el plan. En este caso, pueden acudir al auxilio de algún parlamentario opositor, que últimamente son un poco más baratos que los colorados.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.