Esta vez (y sin que sirva seguramente de precedente) los del diario global-imperial han acertado la portada del martes 26 de marzo. Tras los titulares, y como fotografía de primera página, la dama de hierro alemana, Frau Merkel, dulcemente, como si el mundo fuera plácido y amable, haciendo ganchillo… o aparentándolo. Ignoro la fecha de […]
Esta vez (y sin que sirva seguramente de precedente) los del diario global-imperial han acertado la portada del martes 26 de marzo. Tras los titulares, y como fotografía de primera página, la dama de hierro alemana, Frau Merkel, dulcemente, como si el mundo fuera plácido y amable, haciendo ganchillo… o aparentándolo.
Ignoro la fecha de la fotografía. Se la hicieron, se la dejó hacer, mientras visitaba un centro social. Hay elecciones en otoño; toca hacer visitas.
La canciller de hierro -y de intereses de acero- ha recibido el pacto sobre Chipre, como si ella no estuviera en la cocina y diseño del mismo, como «algo apropiado». No dijo para quien ni desde qué punto de vista merecía ese calificativo.
El acuerdo, en opinión de Frau Merkel, obliga a que «asuman responsabilidades quienes han contribuido a causar los problemas».
¿Leemos bien? Leemos bien.
¿Qué problemas? ¿Las dimensiones del sistema financiero chipriota? ¿Su conversión en un domado y visitado paraíso fiscal? ¿»Deutschland über alles» no mima ni alimenta otros países fiscales para sus crecientes y cada vez más poderosos oligarcas? ¿No ha permitido el «paraíso» chipriota? ¿Se recuerda alguna crítica sobre el tema?
¿Y quiénes han contribuido a la situación? ¿Sólo la élite chipriota? ¿Sólo un grupito de irresponsables locales? ¿Nada supieron de lo que estaba sucediendo el BCE, la Comisión, la troika dominante y su ideología dominadora? ¿Nada sabía del tema Frau Merkel? ¿De verdad?
¿No deberían ellos también pagar por sus responsabilidades?
En las páginas interiores del DGImp [1], Ramón Muñoz construye un singular y peligroso paralelismo: Chipre ha sido para el euro como la crisis de los misiles en la guerra fría. Nada menos. El peligro ha pasado, sostiene confiadamente, pero la amenaza nuclear sigue ahí.
No está claro, nada claro, que Chipre haya superado los peligros (lo contrario es más verdadero), pero ¿dónde se ubica exactamente «la amenaza nuclear»? ¿Tiene también un potencial destructivo de ese alcance?
Por lo demás, y puestos en materia, ¿el euro sigue siendo uno de los grandes logros europeos como sostiene don Xavier Vidal-Folch [2]?¿De verdad? ¿No ha habido también, y habrá en el futuro próximo con el muy probable fracaso del «banco bueno», una socialización de deuda privada bancaria por deuda pública? ¿Se trata de nuevo de eso? ¿De verdad que los ahorradores de menos de 100 mil euros, o los no ahorradores porque no pueden ahorrar, no van a pagar una gran parte del «rescate» por un desastre del que no son responsables en absoluto?
PS. Una reflexión sobre el tema: «El euro no puede durar. No digo que vaya a desmoronarse mañana, pero con los cerebros que hay en Bruselas es evidente que no va a durar a largo plazo y lo mejor es ir pensando en cómo escapar».
¿Una declaración de algún dogmático y cerril economista de izquierda anti-neoliberal? ¿Algún representante del chavismo internacional? ¿Un portavoz del comunismo radical? ¿El Akel, el moderado partido de los comunistas de Chipre, alarmando a la población? ¿Chis Pissarides, el Nobel chipriota de la London School, conjeturando en el aire?
No, nada de eso, andan algo despistados. Son palabras del arzobispo Chrisóstomos II, el líder de la Iglesia ortodoxa chipriota, el que ofreció o dijo ofrecer los bienes eclesiásticos para salir del atolladero.
¿No deberíamos hacernos eco de una institución tan sólida, «generosa» y tan puesta en asuntos financieros?
Nota:
[1] El País, 26 de marzo de 2013, p. 19.
[2] Ibidem, p. 22.
Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimients Socials de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona; director Jordi Mir Garcia)
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