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Puerto Rico

El significado de la renuncia para las masas trabajadoras

Fuentes: Rebelión

La renuncia de Ricardo Rosselló es, en primera instancia, una victoria de las masas trabajadoras junto con todas las capas populares de la sociedad. Por más que el establecimiento político en la colonia intente reivindicar como suyo todo o parte de este logro, la realidad es que fue la masiva presión desde abajo acumulado durante […]

La renuncia de Ricardo Rosselló es, en primera instancia, una victoria de las masas trabajadoras junto con todas las capas populares de la sociedad. Por más que el establecimiento político en la colonia intente reivindicar como suyo todo o parte de este logro, la realidad es que fue la masiva presión desde abajo acumulado durante años de penurias y sufrimiento que provocó la renuncia. La ola de masivas manifestaciones que se han visto en los últimos días representa la efusión de la voluntad popular para profundos cambios sociales además de una demostración de la fortaleza política de las masas trabajadoras a la cabeza de todas las demás capas populares de la sociedad.

Esta experiencia confirmó la evaluación de los marxistas al efecto de que junto con la profundización de la crisis capitalista, una serie de convulsiones sociales y políticas iniciaría toda una nueva época revolucionaria a través del mundo. Lo que se ha experimentado en Puerto Rico recientemente no puede entenderse como un fenómeno aislado de otros acontecimientos similares en países como Francia, con los chalecos amarillos, o Hong Kong, donde varias semanas de manifestaciones multitudinarias han sacudido el territorio, para ofrecer tan sólo dos ejemplos actuales.

En términos de la «psique nacional», los acontecimientos recientes representan una recuperación de tradiciones de lucha masiva que la clase dominante y sus defensores han intentado enterrar para así ocultárselas a las nuevas generaciones. Ya no le cabe en la mente de nadie la idea de que en Puerto Rico no hay capacidad o voluntad de lucha.

En términos de organización, las masivas manifestaciones han probado tanto la creciente capacidad auto organizativa de las masas, particularmente la juventud, cada vez más diestras con las nuevas herramientas de comunicación, como la necesidad de superar muchos de los males asociados con las viejas estructuras burocráticas de los sindicatos y control personalista de muchas de las organizaciones de la izquierda tradicional.

Para los marxistas en particular, esta experiencia nos ha dado la oportunidad de estudiar y sacar nuevas lecciones respecto a la relación dinámica entre las masas, agrupadas en sus propias instancias organizativas, y la organización compuesta por cuadros revolucionarios.

En términos «programáticos», es decir, cuando analizamos el contenido de las demandas que se han planteado, las masivas manifestaciones contenían todas las tendencias políticas modernas que convergen dentro de los movimientos amplios. El ala conservador lanzaba consignas limitadas a una renuncia «ordenada» o el residenciamiento por la legislatura para «resolver» la inmediata crisis política sin un mayor cuestionamiento del orden económico social y así intentar restaurar la fe en el actual aparato de gobernanza. El ala mayoritaria dentro de las manifestaciones combinaba la consigna de «renuncia inmediata» bajo presión de las masas mismas con otras demandas sociales progresistas así como la amenaza muy real de perseguir a otros corruptos en el gobierno. El ala revolucionaria minoritaria enarboló la consigna de transformar las masivas manifestaciones en asambleas de poder democrático permanentes desde las cuales las masas trabajadoras y los segmentos radicalizados de la clase media podrían iniciar una etapa de poder dual. Un período de poder dual implica la existencia de cuerpos de masas desde donde no sólo se delibera sino también se ejecuta la política pública en oposición directa al estado capitalista colonial.

Ahora les corresponde a las masas trabajadoras evaluar la exactitud de estas tendencias en términos de su apreciación de la situación social y política así como los objetivos políticos reflejados en sus consignas para determinar cuál de éstas guiará su actividad en la próxima etapa de la lucha.

Nuestro mensaje a la clase trabajadora y todas las capas populares de la sociedad en general sigue igual: ¡A transformar las masivas manifestaciones en Asambleas de Poder Democrático!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.