Esta semana nos han contado otro cuento más de la guerra del euro. Narran los juglares mediáticos que el campeón del BCE, Mario Draghi, ha salido con su caballo blanco al terreno de batalla tronando que el euro es irreversible, y que, mal que les pese a las huestes germanas (1), ayudará con ilimitada munición […]
Esta semana nos han contado otro cuento más de la guerra del euro. Narran los juglares mediáticos que el campeón del BCE, Mario Draghi, ha salido con su caballo blanco al terreno de batalla tronando que el euro es irreversible, y que, mal que les pese a las huestes germanas (1), ayudará con ilimitada munición financiera a los países cerditos que reclamen su auxilio para defenderse del asedio tenaz al que les tienen sometidos los insaciables mercados. También nos refieren del fervoroso aplauso que tan anhelada empresa ha desencadenado en el circo bursátil, que ha dado saltos alcistas de alegría.
Sin embargo, quienes entienden de guerras económicas, dicen que lo de Draghi de hazaña tiene poco, pues llega tarde y, sobre todo, porque no aclara en qué consisten esas condiciones «estrictas» del rescate. Después de omitir socorro durante dos años en que las zapas y catapultas de los mercados atacaban las sólidas paredes del castillo de derechos que la historia había levantado en el Viejo Continente, va Draghi ahora y propone muy diplomático una rendición total so pena de ataque final de los mercados.
Europa se ha convertido en una fortaleza, y no sólo para quienes en el intento de entrar en ella mueren en el mar ahogados o acaban encerrados en campos de concentración, sino también para quienes, desde dentro, dudan o quieren salir de ella. Por ello, dos de los paladines de este castillo europeo del Capital, Mario Monti y Herman Van Rompuy, proponen celebrar en Roma una Cumbre extraordinaria de la Unión Europea cuyo objetivo sería reforzar los muros de la Unión, ante la amenaza de los «populismos» y el «antieuropeísmo». Motivos para estar preocupados no les faltan. Hay miembros de la eurozona como Finlandia que pierden más que ganan quedándose dentro. Ya se habla de una posible salida de la UE de Reino Unido después de las elecciones de 2015 (2). Es cierto que el sentimiento antieuropeísta cobra vigor día a día, y no sólo en Finlandia o en Reino Unido, sino también en Italia, donde la Liga Norte propone un referéndum, en la Francia de Le Pen… Estar en el ImpEuro parece que ya no es tanto chollo, y miembros que deseaban entrar en el como Bulgaria se han echado atrás y descartan ahora la idea.
La moraleja de este largo cuento mal contado siempre es la misma: la crisis de Europa se resuelve con «más Europa», más «integración política y fiscal». Traducido: más austeridad. Y es ahí, al final de la historia, donde los ciudadanos nos rebelamos ante el maldito cuento mal contado.
Hay otra versión del cuento: que vivimos sitiados en la Fortaleza Europa, donde gobierna pisoteándonos un caballo de Troya, el BCE, dueño del Tiempo, que rescata ahogando muy lentamente. Cuanto más se prolonga este estado de sitio, más fácil resulta acabar con la resistencia de las soberanías nacionales al saqueo. Después de Atenas, Dublín, y luego Lisboa, y luego Madrid, y luego Roma, adelante con el Saco de Europa, hasta llegar, finalmente, a la torre infranqueable: el bastión francés, donde Hollande anuncia recortes por valor de 30.000 millones. Ayer se conocía la noticia del caballero Bernard Arnault, el hombre más rico de Francia desea adquirir la nacionalidad belga, aunque pagará impuestos en Francia. Que la noticia fuera primera en portada del Financial Times, ¿acaso indicará que se ha dado el pistoletazo de salida para la fuga de capitales de Francia?
No se pierdan los próximos capítulos de otra semana crucial de este largo cerco: el miércoles habrá elecciones en Holanda, y llegará también el temido veredicto del Tribunal Constitucional de Karlsruhe sobre la legalidad del fondo permanente de rescate de la eurozona.
Notas:
1. Estos titulares de la prensa alemana hablan por sí solos: «Día negro para el euro» «Más allá de la línea roja» and «La caja de Pandora, abierta para siempre». Hasta el europeísta Süddeutsche Zeitung titulaba: «El BCE recompensa la mala administración».
2. Ver Alastair Newton: A UK exit from the EU looks increasingly likely. Britain and the EU: An ‘Issues which keep me awake at night’. Nomura, 8 de agosto de 2012.