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La XXII Mostra del Llibre Anarquista de València presenta Portugal y el poder popular 1974-1975, de Camilo Mendes

«En la Revolución portuguesa de 1974 se dio un proceso de autoorganización colectiva y acción directa»

Fuentes: Rebelión [Imagen: Izquierda Diario]

“Cuando el 1 de mayo de 1974, cientos de miles de personas marcharon durante horas hasta el estadio de Alvalade, portando miles de banderas rojas para dar la bienvenida a los que regresaban del exilio y los que salían de las cárceles, iban marchando hacia sus sueños de una sociedad más justa”, escribía el historiador y activista político brasileño Valerio Arcari -el pasado 21 de abril- en esquerdaonline.com (traducción en la revista Sin Permiso por Lucas Antón).

En el artículo, Valerio Arcari define la Revolución portuguesa como la última de carácter social anticapitalista en Europa Occidental (a finales del siglo XX), “aunque quedó interrumpida”. El libro Portugal y el poder popular 1974-1975, de Camilo Mendes, analiza este proceso “que hizo “entrar en pánico a la clase dominante portuguesa”; la entrevista tuvo lugar antes de la presentación del texto en la XXII Mostra del Llibre Anarquista de València, celebrada entre el 8 y el 14 de abril.

-P: Un sector de militares lograron derribar el 25 de abril de 1974 la dictadura fascista en Portugal (más de cuatro décadas, desde 1926); la Revolución de los Claveles, que derrotó al dictador Marcelo Caetano, dio lugar a las elecciones a la Asamblea Constituyente y la independencia de antiguas colonias como Angola, Mozambique o Guinea-Bisáu; una de las instituciones represivas del salazarismo fue la PIDE (policía secreta); ¿Qué hechos resaltas en el libro?

-CM:Destaco el proceso desde abajo de la Revolución, que es precisamente lo menos conocido, porque se habla mucho de los procesos desde arriba, en la superestructura del Estado, pero muy poco de los procesos en las empresas, los latifundios y los barrios, donde se dio un proceso de autoorganización colectiva y acción directa.

-P: ¿Qué lecturas/investigaciones recomendarías sobre la Revolución contra el Estado Novo, que tuvo entre sus protagonistas al Movimento das Forças Armadas (jóvenes oficiales de ideario progresista)?

-CM:Entre otros, Historia do Povo na Revoluçao portuguesa 1974-1975 (Ed. Bertrand, 2014), de la historiadora Raquel Varela (en 2024 la editorial Verso ha publicado Historia Popular de la Revolución de los Claveles, de Raquel Varela; y también de la citada autora, junto al ilustrador Robson Vilalba, el cómic El Pueblo es quien más ordena; en 1976 Humberto da Cruz y Carmen Espinar publicaron, en la editorial Castellote, Portugal. Una experiencia de poder popular. Nota del entrevistador).

-P: El libro, autoeditado, ¿defiende alguna tesis? ¿Qué aportaciones incluye respecto a la investigación sobre la Revolución de los Claveles?

-CM:Creo que en primer lugar conocimiento, porque en el ambiente en el que me muevo –entre gente más joven que yo- observo un desconocimiento notable; evidentemente no es culpa suya, ocurre por el muro de silencio acerca de la Revolución.

La tesis es que se abría una ventana de oportunidad para los cimientos de una sociedad gestionada de forma asamblearia, con un poder popular y una democracia colectiva real; evidentemente esta oportunidad se malogró.

-P: ¿Se puede periodizar esta gran oportunidad?

-CM:Comenzó  25 de abril, con el golpe realizado porunos militares demócratas (suboficiales y soldados) para acabar con el fascismo; este hecho abrió las puertas al pueblo, primero para expresarse, después para organizarse y, en tercer lugar, para desarrollar la acción directa; esto sucedió –básicamente- hasta noviembre de 1975.

-P: ¿Por qué piensas que se frustró la experiencia revolucionaria?

-CM:Es cierto que se produjeron victorias parciales, importantes también, y que no han de despreciarse; el denominado Estado del Bienestar en Portugal (mejoras en la educación, la sanidad y los derechos sociales en general) viene de aquella época, aunque una parte se está desmontando; además, durante un tiempo se mantuvo nacionalizada una porción significativa de la economía, que después ha ido poco a poco privatizándose; en abril de 1975 fue nacionalizada la empresa Transportes Aéreos Portugueses (TAP).

El libro detalla cómo los y las jornaleras, especialmente en la región del Alentejo (al sur del país), tomaron la iniciativa, con la organización de manifestaciones masivas; su reivindicación fundamental era el reparto de jornadas entre los jornaleros, para terminar con el desempleo masivo; así, de junio a septiembre de 1974 consiguen imponer contratos colectivos, pero la mayoría de los propietarios responde con el abandono de las tierras.

-P: En conclusión…

-CM:El proceso se truncó porque una cosa es el espíritu y la fuerza de autoorganización por parte de las oprimidas, y otra la superestructura del Estado, que boicoteó continuamente esas experiencias; lo hizo con diferentes formas de represión, intentos de contragolpes de Estado –el 11 de marzo de 1975, con el protagonismo del general de Spínola-; o de persuasión por parte de la izquierda (principalmente el Partido Socialista y el Partido Comunista), con el fin de que el movimiento se contentara con una democracia liberal.

-P: En el texto caracterizas al dirigente del Partido Socialista, Mario Soares, como “figura destacada de la contrarrevolución, con una retórica socialista y a la vez anticomunista”; y pones de relieve sus contactos con la socialdemocracia alemana.

-CM:En buena medida la Revolución no cuajó porque las grandes organizaciones de izquierda, en un principio constituidas para acabar con el capitalismo, lo apuntalaron en el momento decisivo; fue un elemento fundamental para el fracaso.

Pero la Revolución de los Claveles es también una bandera que cada generación toma cuando quiere luchar en Portugal; de hecho, en las manifestaciones de masas contra el austericidio –entre 2012 y 2014-, que imponía la UE, la gente más joven recuperó las tradiciones del 25 de abril; y popularizaron la canción de la Grândola, Vila Morena.

-P: Por último en las elecciones legislativas -celebradas el pasado 10 de marzo- el partido de extrema derecha Chega alcanzó el 18% de los votos y 48 escaños; ¿cómo valoras el resultado?

-CM:Es parte de un fenómeno general; si Portugal constituyó durante mucho tiempo una excepción, creo que fue -precisamente- por el efecto de la Revolución de los claveles; el actual primer ministro de Portugal, Luis Montenegro, forma parte de la derecha clásica: el Partido Social Demócrata, equivalente al PP en España; si en el estado español la extrema derecha está vinculada al franquismo, aunque intente desvincularse retóricamente; en Portugal creo que esto se observa, incluso, de una forma más sencilla: la extrema derecha es el salazarismo.

-P: ¿Por qué consideras que se ha producido este auge (Chega logró un diputado en las elecciones parlamentarias de 2019)?

-CM:Era inevitable que esto ocurriera; lo que la ultraderecha hace es mostrar las vergüenzas de la izquierda oficial, con toda su palabrería progresista, pero que no está acompañada de hechos que puedan ser valorados por una parte importante de las personas oprimidas; y esto deja un vacío que, si no existe una alternativa a la izquierda de estas organizaciones, voten -al menos en parte- a la extrema derecha.  

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.