La exploración y posible explotación de hidrocarburos en la plataforma continental del Caribe hondureño, coloca al pueblo Garífuna en una endeble situación ante la enorme fragilidad ambiental existente y las graves consecuencias del cambio climático. Honduras según el Global Climate Risk Index 2014, es considerado el país más afectado en el planeta por el cambio […]
La exploración y posible explotación de hidrocarburos en la plataforma continental del Caribe hondureño, coloca al pueblo Garífuna en una endeble situación ante la enorme fragilidad ambiental existente y las graves consecuencias del cambio climático.
Honduras según el Global Climate Risk Index 2014, es considerado el país más afectado en el planeta por el cambio climático entre los años 1993 al 2012. Sin embargo, las iniciativas estatales para su mitigación y adaptación han sido mínimas, dedicándose la Dirección Nacional de Cambio Climático a promover falsas soluciones las cuales son promovidas por los organismos financieros internacionales.
La costa norte de honduras ha sido uno de los parajes mas afectados por las inundaciones relacionadas con huracanes y tormentas tropicales en la cuenca del Caribe. Los pueblos Miskito y Garìfunas hemos visto nuestros territorios frecuentemente inundados, efecto en la mayoría de los casos por la deforestación y subsecuente sedimentación de las cuencas hidrográficas, cuya destrucción ya era más que un hecho palpable durante el huracán Mitch. Sin embargo no se tomó ninguna lección al respecto y en los últimos 15 años se intensificó el ecocidio sistemático que se viene dando en Honduras.
Desde la década de los años 90 comenzó una privatización de los hábitats funcionales de las comunidades de los pueblos indígenas que habitamos en el caribe hondureño. La creación de áreas protegidas costeras y marinas inconsultas, conllevó a una aparente protección de los ecosistemas, situación que en muchas ocasiones generó abusos a los derechos humanos y la distorsión de los propósitos conservacionistas.
El Sistema de Arrecifal Mesoamerciano (SAM) y el silencio sobre las exploraciones petroleras
El SAM fue creado con el propósito de aglutinar una serie de áreas protegidas marítimas que se extienden desde la isla de Holbox hasta el río Patuca. A lo largo del arrecifal se encuentran vastos yacimientos de hidrocarburos, los que se han comenzado a explorar, sin que las organizaciones involucradas en la protección del arrecifal se hayan pronunciado de forma pública al respecto.
El enorme logro del pueblo beliceño en relación a la suspensión de la exploración en el simbólico agujero azul (Blue Hole), después de haber efectuado un referéndum al respecto, demostró la capacidad de movilización de los grupos ambientalistas en la excolonia británica. Mientras tanto en Honduras el Grupo BG adelanta sus exploraciones en un bloque de 35,000 kms2, que fueron otorgados por el Estado de Honduras, sin efectuar consulta previa, libre informada como exigen tratados y convenios firmados y ratificados por el Estado de Honduras.
En el caso de Honduras existen yacimientos de hidrocarburos en la denominada cuenca de Tela, la cual se extiende desde la Moskitia hasta la bahía de Tela. En algunos de los humedales costeros se encuentran filtraciones de petróleo las que de forma frecuente se observan en la superficie de lagunas y pantanos vecinos a las comunidades Garífunas. Posterior a la entrega del bloque de 35.000 kms2 en la plataforma marítima al Grupo British Gas, Chevron mostró interés en un bloque contiguo de aproximadamente 38.000 kms2. Es de esperar que posteriormente el Estado de Honduras comience a licitar bloques en los humedales costeros, como sucede tanto en Belice y Guatemala en las áreas protegidas en las inmediaciones del río Sartum.
En el caso específico de los habitantes del «área protegida» de Cayos Cochinos, las autoridades encargadas de «administrar» el lugar, se han vuelto cómplices por su silencio y nunca informaron a la comunidad Garifuna que habita en dichos cayos, sobre la enorme contradicción existente entre protección ambiental y explotación petrolera.
Las pavorosas imágenes de la contaminación ambiental en el delta del Niger es muy posible que se repetirán en la costa norte de Honduras, tomando en cuenta la corrupción imperante y la probada inconsistencia de la aplicación de leyes ambientales.
El Estado de Honduras y la denegación del derecho a la Consulta Previa
Desafortunadamente la actual dictadura civil promotora del colapso judicial existente, y comprometida en la entrega del bloque marítimo a BG, se mofó del derecho a la consulta para el consentimiento, previo, libre e informado, como dispone el Convenio 169 de la OIT y la Declaratoria de Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; además de los artículos 8j y 10c del Convenio de Diversidad Biológica.
La Secretaría de Recursos Naturales (SERNA) envió una nota a nuestra organización de fecha 5 de agosto, de 2013, con el propósito de iniciar la supuesta socialización a la cual denominaron consulta. Para el 27 de mayo SERNA había colocado en su portal de internet el Contrato con BG, el que fue aprobado por el Congreso Nacional a matacaballo el 15 de agosto.
Para mediados del mes de octubre, SERNA y BG efectuaron una socialización en la Moskitia, y según reportes de prensa la población indígena manifestó repudio en contra de la exploración y explotación de hidrocarburos. SERNA como BG, han ignorado el posible peligro que alberga tanto para el litoral como el territorio insular del Caribe hondureño un derrame de hidrocarburos. Ante las usuales corrientes marina en esa zona del Caribe, todas las comunidades Garífuna en Honduras, Guatemala y Belice se verán afectadas por cualquier desastre que ocurra en el bloque concedido a BG.
Erosión costera y la paulatina desaparición de las comunidades Garífunas
Mientras las compañías petroleras afinan sus contratos leoninos con el estado de Honduras, las consecuencias del cambio climático se incrementan, y las playas del Caribe hondureño sufren de una enorme erosión costera. Las comunidades Misquitas y Garífunas se encuentran amenazadas por el avance de la línea de la marea, en especial aquellas que se encuentran localizas en cordones litorales. La salinización de las lagunas costeras afecta a los manglares además de incidir en las especies que suelen reproducirse en ese tipo de ecosistema.
Es inaudito como el Estado de Honduras se ha rezagado en relación a una respuesta adecuada al cambio climático y la erosión costera, dedicándose exclusivamente a las falsas soluciones como es el Programa REDD+ y los proyectos de Mecanismos de Desarrollo Limpio. El primero orientado a una distorsionada e irreal protección del bosque y el segundo encaminado a la destrucción de cuencas hidrográficas, a través de la construcción de represas hidroeléctricas que terminarán en fiascos ante los cambios de precipitación pluvial que se están dando en Honduras.
En buena parte de las comunidades Garífunas ya se observa como la línea más alta de la marea se encuentra en frente de sus casas y la playa ha desaparecido en los últimos tres años. La pérdida de los cocos hace una década y la destrucción de los bejucos de playa además de la extinción de los pastos marinos, han generado un efecto demoledor sobre los remanentes de las playas a lo largo de todo el litoral caribeño.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.