-M.H.: Se desarrolló un paro nacional en Perú, que enarboló diversas banderas, la defensa del patrimonio nacional afectado por la inversión minera, la lucha contra la corrupción, el combate a la inseguridad ciudadana, el respeto a los derechos laborales de los trabajadores, pero que ocurre en un momento muy especial de la vida política peruana, […]
-M.H.: Se desarrolló un paro nacional en Perú, que enarboló diversas banderas, la defensa del patrimonio nacional afectado por la inversión minera, la lucha contra la corrupción, el combate a la inseguridad ciudadana, el respeto a los derechos laborales de los trabajadores, pero que ocurre en un momento muy especial de la vida política peruana, en un contexto de debilidad del gobierno y cuando el nivel de aceptación del presidente Humala ha caído hasta situarse apenas en un 10%. ¿Qué nos podés comentar al respecto?
-R.N.: Tú los has dicho o insinuado, la central obrera era perezosa para hacer protestas y ahora ha tenido que ponerse al frente porque la protesta es amplia y abarca sectores importantes de la producción como la minería, la agricultura, la opresión en las provincias, a eso se suma la corrupción y otros problemas más de un gobierno que está en franca decadencia.
Es necesario reflexionar sobre este hecho aunque sea esquemáticamente porque el gobierno de Humala tiene el 10% porque es sancionado por el pueblo en la medida que reclamándose nacionalista en 2010 y 2011 cuando asumió el gobierno prometió no solamente un programa asistencialista, sino que además teniendo en cuenta que Perú es un país minero donde el 60% de los ingresos de divisas vienen de la extracción, dijo que iba a poner un impuesto a las ganancias excesivas que existían de las grandes empresas mineras para reunir 4/5.000 millones de dólares para realizar obras sociales.
No cumplió nada de esto, tal es así que debutó en Conga, Cajamarca y Yanacocha con la represión policial militar con varios muertos y decenas de heridos, a lo largo del país ha habido otras protestas mineras que no han tenido la connotación de Yanacocha, pero que también fueron reprimidas. La última, la de Tía María en el Departamento de Arequipa en la provincia de Tambo que también las Fuerzas Armadas y la policía han reprimido dando muerte a 5 agricultores y han dejado múltiples heridos.
Ha apelado a la represión militar, se ha apoyado en las Fuerzas Armadas y las utiliza para frenar a quienes protestan. Ese gobierno que se jactaba de nacionalista y hasta de chavista ha devenido en un gobierno represor, obviamente las masas ahora lo repudian y se ve en ese 10%. Pero hay que inscribir esto en la historia del país, porque Perú tuvo más de 26 años de liberalismo salvaje, con los gobiernos de García, Fujimori, Toledo y ahora Humala, donde obviamente la oligarquía asumió todo el dominio y este pobre comandante que dijo que iba a cambiar las cosas y prometió a través de políticas nacionalistas quitarles algo para entregarlo a través de programas asistenciales a las mayorías oprimidas, hizo lo contrario.
¿Por qué? Porque se puede tener cualquier posición política pero cuando llegas al gobierno te encuentras con lo real, el poder real era la patronal reaccionaria y oligárquica del país, unas Fuerzas Armadas reaccionarias, una burocracia también reaccionaria, y aunque él hubiera tenido rasgos nacionalistas rápidamente se dio cuenta que no tenía partido, rápidamente capituló ante ellos y ahora se presenta este dilema: la oposición que es toda de derecha discute si ya lo echan o le permiten llegar a las elecciones de mayo del 2016.
Lo quieren triturar para que en el nuevo gobierno no haya ningún vestigio de populismo porque la derecha que domina el país, no quiere ningún tipo de experiencia como la que tuvo con Humala que se coló en el sistema de dominación, entonces pasan a la ofensiva. Los que quieren que se vaya calculan qué les beneficia. Si la hija del dictador Fujimori que tiene el 30%, Alan García que hizo gobiernos de derecha reaccionarios y corruptos o Kuczynski que es un norteamericano-peruano que quiere asumir el gobierno en nombre de su patronal y su origen político.
Nada bueno hay desde el punto de vista de una solución en el país, porque la izquierda ha sufrido una terrible derrota a partir de la de Sendero Luminoso y la derecha aprovechó ese hecho para pasar a la ofensiva eliminando incluso a la izquierda institucional, Izquierda Unida y otros sectores; eso hasta ahora no ha sido renovado, la izquierda no tiene la influencia que tuvimos en 1970/80 y las masas ahora protestan.
En Perú se está dando un fenómeno que se repite en otros lugares, no hay izquierda política organizada porque no solamente las masas la repudian sino porque ellas mismas han dejado de tener influencia por su crisis y la crisis ideológica de esos partidos. El sentido de la protesta ahora es la izquierda social, los de abajo comienzan a protestar y a organizarse y van más allá de la protesta minera porque ahora se suman todos los frentes.
-M.H.: Recabando información sobre esta medida de fuerza convocada por la CGT peruana…
-R.N.: Que la fundamos nosotros junto con el Partido Comunista a mediados de los ’60 durante el gobierno de Velazco Alkvarado.
-M.H.: Efectivamente. Hay un tema muy importante, se han cumplido los 50 años del surgimiento de Vanguardia Revolucionaria (VR), grupo que vos fundaste. Me ha llamado la atención la importancia que la izquierda le ha dado en Perú a este hecho, a tal punto que se ha convocado a una suerte de seminario denominada «Voces de los ´70 para los sueños de hoy», en la que han participado varios de los fundadores del grupo, tu nombre aparece en la convocatoria también. O sea que sigue teniendo peso y vigencia al menos para la izquierda reflexionar sobre esa experiencia.
-R.N.: Los gestores del evento que vinieron a invitarme dijeron que las posiciones de Vanguardia Revolucionaria pueden ser asumidas por centenares de jóvenes que hoy están buscando una vía diferente a la crisis actual.
-M.H.: Te comprometo a conversar sobre la experiencia política de VR en una futura entrevista.
-R.N.: Con mucho gusto.
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