Cuatro diputados socialdemócratas se rebelan contra su presidenta del comité regional y evitan su elección a ministro pesidenta de Hesse. La cúpula del SPD se hace la «sorprendida». La salida más probable son unos comicios anticipados para acabar con la ingobernabilidad.
La crisis del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) es cada vez más profunda. Ayer, tres de sus miembros se rebelaron contra la candidata a ministro presidenta de Hesse, Andrea Ypsilanti. Estaba previsto que la jefa del comité regional fuera hoy elegida jefa del gobierno de este estado federal con los votos de los verdes y de los del partido socialista Die Linke.
Pero una diputada socialdemócrata ya anunció en primavera que ella no apoyaría este proyecto cuyo objetivo era dar por terminado el gobierno del ministro presidente en funciones, el cristianodemócrata Roland Koch (CDU).
Ante este panorama, Ypsilanti necesitaba todos los demás votos de su partido, más aquellos de los verdes y de los socialistas. Pero apenas 24 horas antes de la votación en el hemiciclo de Wiesbaden, tres diputados socialdemócratas comparecieron ante la prensa para explicar las razones por las que ya no respaldarían a su presidenta.
Entre ellos está Jürgen Walter, el rival interno de Ypsilanti. La decisión en sí no sorprende porque los medios de comunicación llevaban días informando del profundo desacuerdo reinante entre los dos.
Los únicos que el lunes se mostraron realmente «sorprendidos e incrédulos» fueron los integrantes de la ejecutiva nacional del SPD, y en primer lugar su presidente, Franz Müntefering. El líder socialdemócrata regañó a los cuatro rebeldes por haber mostrado tan tarde su posición aunque admitió que eso era mejor que hacerlo clandestinamente en la votación.
Sin embargo, esas son lágrimas de cocodrilo ya que Müntefering representa la política neoliberal del SPD y, por lo tanto, es contrario al rumbo elegido por Ypsilanti. Quizás en la sede del SPD, la Willy-Brandt-Haus, se haya preferido sacrificar a la ambiciosa política antes de emprender un experimento que podría haber afectado la campaña electoral de 2009.
No obstante, el precio político es alto: El SPD se ha convertido en un actor incalculable para sus socios. «El SPD ya no es ninguna opción para esta legislatura», manifestó el líder de Los Verdes, Tarek al-Wazir.
Del caos que el SPD ha originado en el espectro centroizquierda de Hesse se van a aprovechar la CDU de Koch y los liberales (FDP). La Constitución de este land permite al cristianodemócrata seguir gobernando en calidad de ministro presidente en funciones. La carrera de Ypsilanti parece haberse acabado, el SPD está de nuevo en caída libre y en Hesse se esperan elecciones anticipadas.