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Entrevista al periodista y escritor venezolano Modesto Emilio Guerrero

«La declinación de los gobiernos progresistas comienza en el año 2005»

Fuentes: Rebelión

-M.H.: En comunicación con el periodista y escritor venezolano Modesto Emilio Guerrero. Vi un artículo que has escrito «La conspiración de Chávez y Néstor contra el ALCA» en oportunidad de cumplirse el 10° aniversario de la 4ª Cumbre de Mar del Plata, donde se sepultó el ALCA con aquella famosa frase del Comandante Hugo Chávez […]

-M.H.: En comunicación con el periodista y escritor venezolano Modesto Emilio Guerrero. Vi un artículo que has escrito «La conspiración de Chávez y Néstor contra el ALCA» en oportunidad de cumplirse el 10° aniversario de la 4ª Cumbre de Mar del Plata, donde se sepultó el ALCA con aquella famosa frase del Comandante Hugo Chávez Frías «ALCA, ALCA, al carajo». He notado que así como hablás de la conspiración de Chávez y Néstor contra el ALCA, le das un papel central a la movilización popular contra esta iniciativa de los EE. UU. Me gustaría que desarrollaras esta perspectiva.

-M.E.G.: Destaqué ese aspecto porque justamente es el menos relevado, a lo que menos le han dado importancia, a lo que se ha separado de las causas fundamentales, no secundarias, que condujeron a la derrota del ALCA en Mar del Plata. Imaginemos la película al revés, que los tres gobiernos se hubieran puesto más de acuerdo de lo que se pudieron poner, pero que no hubieran tenido los 4 o 5 años anteriores de movilizaciones, acciones y grandes organizaciones que se movieron en casi todo el continente, porque recordemos que en 11 países se registraron movimientos en contra del ALCA. De esa manera no hubieran logrado más que negociaciones.

Sin Mar del Plata llena de gente, con unas 30.000 personas además de los habitantes comunes que estaban de acuerdo con la acción, y en un momento en el que EE. UU. tenía muy mala prensa, inclusive dentro de la clase media que hoy vota por Macri.

Eso fue decisivo y a eso no se le da importancia, tiende a ponerse en el centro de las opiniones, las celebraciones y los análisis, la acción de Estado y dentro de ella unifican a los tres presidentes como si hubieran actuado de la misma manera, inclusive incluyen a Tabaré Vázquez, que estaba recién electo, en el paquete; esto no es así en relación a los hechos. Tabaré estuvo bien lejano porque había firmado un pacto de protección de las inversiones norteamericanas en Uruguay. Lo mismo Lula, que tenía relaciones dobles, negociaba favorable a América Latina con Chávez y con Néstor, pero al mismo tiempo negociaba con los emisarios de Estados Unidos y Canadá.

En el caso de Néstor fue mucho más clara la conspiración junto con Chávez, también hay que hacer una diferenciación en cuanto al tiempo, el Néstor del año 2003 y 2004 no era anti ALCA, tampoco era pro ALCA, pero no militaba para lo contrario. Recuerdo que en enero del año 2005, en Buenos Aires, sale publicado un artículo del canciller Bielsa, que era pro ALCA y le salieron a responder muchos, entre ellos Carlos Tumini y armaron un debate sobre ALCA o anti ALCA. Es que el gobierno estaba debatiendo qué posición tomar, porque los empresarios argentinos eran pro ALCA, más de la mitad de la Cancillería también y parte del gabinete: Aníbal Fernández, Martín Redrado, Alberto Fernández, Prat Gay. Yo no sé si Néstor quería o no al ALCA pero sí sé que no se podía definir porque estaba atrapado entre dos posiciones dentro de su gobierno y en el mejor de los casos él era víctima de eso, por eso le costó tanto, hasta que no arregló cuentas con las cámaras y sus propios funcionarios no pudo girar completo a la convergencia con Chávez.

El mérito de Néstor, que tuvo un rol central siendo el anfitrión en Mar del Plata, es que jugó a la conspiración en el buen sentido, pactó con Chávez bloquear y sabotear el proyecto del ALCA. Con Chávez era más sencillo, él era anti ALCA. Es famosa la anécdota de Chávez en Seattle, la ciudad norteamericana donde nació el movimiento antiglobalización, era tan grande la movilización que quedó impactado, entonces pide al traductor que lo acompañaba que le copiara en un cuaderno las pintadas que aparecían en las calles. Se bajó del autobús oficial, cruzó la calle y se puso a hablar con los militantes, cinco minutos después, al ingresar a la Cumbre de presidentes, Chávez dice por la pantalla y ante todo el mundo «hablo en nombre de los que están afuera». No había una contradicción, no tenía que ajustar cuentas.

El proceso latinoamericano llamado populista, no se define el 22 de noviembre en Argentina, se definirá en Venezuela si pierde el chavismo en forma aplastante.

-M.H.: Modesto, es importante recordar estos hechos, que sucedieron hace 10 años. Recuerdo el estadio Mundialista, estaban Maradona, Manu Chao, Evo Morales que todavía no era presidente de Bolivia, Hebe de Bonafini, Rigoberta Menchú y el emocionante discurso de Hugo Chávez. Pienso en las próximas elecciones en Argentina, en el próximo balotaje del 22 de noviembre, en las legislativas de Venezuela el 6 de diciembre y muchos analistas señalan que en gran medida se juega en estas elecciones el mapa político de toda la región. Me gustaría conocer tu opinión al respecto.

-M.E.G.: Exactamente, ese es un punto dilemático que está en debate, hay que ser cauteloso porque no se pueden afirmar cosas tan tajantes o absolutas. Como tentativa de análisis, yo creo que la declinación de los gobiernos progresistas comienza en el año 2005, a partir de ahí comenzó la declinación de los procesos que incluyen a los gobiernos. Ese año fue electo el último gobierno progresista antes de Paraguay y Honduras, que fue el de Evo Morales, se acabaron las movilizaciones y las grandes acciones, se trasladaron a Chile y a Colombia.

Siempre hay luchas porque donde haya explotación va a haber luchas, pero no las grandes acciones que conocimos entre el ´95, México-Chiapas, y el 2005; fueron diez años de grandes ascensos, rebeliones y acciones. Eso comenzó a declinar del 2005 en adelante, los gobiernos progresistas fueron elevados en forma directa o indirecta por ese proceso, al comenzar a declinar también comenzó a ponerle límites a los movimientos. Apenas años después la derecha comenzó a ganar las capitales de los gobiernos progresistas, no puede ser una casualidad, había declinación, era un proceso lento y complejo pero ya existía.

En 2010 fue más evidente, dos gobiernos progresistas fueron echados a tiros en Paraguay y Honduras, le hicieron rebeliones a gobiernos progresistas, se dio el enfrentamiento con el campo acá en 2007, no fue como el golpe a Chávez ni la rebelión contra Evo, pero sí creó una situación que terminó polarizando al país.

Después la caída acelerada de los precios de las materias primas, esto es un hecho de política económica decidido en las grandes plataformas del dominio económico político mundial, del sistema de Estados. La economía no se manda sola y tiene una mano negra que trabaja las mecánicas y baja los precios. No. Así como Estados Unidos en 7 años recuperó su capacidad global energética, por una razón de estrategia de poder mundial, las materias primas cayeron esta vez como lo hicieron en los ´50 y en los ´70, son estrategias de dominación.

Desde 2010 y en proceso acelerado, comenzó a golpear a 5 países latinoamericanos que llegaron a tener lo que nunca hubo en América Latina, que es un hecho político de base económica, que son las famosos tres superávits, fiscal, comercial y presupuestario; nunca hubo en América Latina una cosa así, eso se llama drenar la gobernabilidad, en este caso de los progresistas. De la misma manera que en Cuba, como no podían hacer eso, porque es una economía cerrada al dominio imperialista, la bloquearon.

Esas son acciones de Estado, planificadas en favor del Imperio y las multinacionales. No olvido un consultor holandés de empresas multinacionales que en el año 2001 en una conferencia a la que asistí como periodista en Buenos Aires dijo: «no tenemos apuro con Venezuela, en diez años hacemos otro balance» y lo hicieron, 3 años después de asumir le hicieron un golpe y 14 años después fíjate como está Venezuela, porque ellos manejan las palancas de la política económica mundial.

Eso es lo que creo que no se define ni este 22 de noviembre en Argentina ni el 6 de diciembre en Venezuela, pero hay un hecho que es cierto, el 22 de noviembre podría ser derrotado por primera vez a escala nacional presidencial, un gobierno de la llamada camada progresista. Pero siendo esto verdad, la definición del proceso latinoamericano llamado populista, no se define el 22 de noviembre en Argentina, se definirá en Venezuela si pierde el chavismo en forma aplastante y no en forma relativa, porque debajo del voto hay sociedades y pueblo, si no es aplastado el movimiento chavista, el gobierno seguirá vigente.

En Argentina puede ganar la derecha de Macri, pero no va a ser tan distinta de la derecha de Scioli, por razones obvias. Entonces no es que va a cambiar sustancialmente la política económica en Argentina que vive de contradicciones entre lo bueno y lo malo. En Venezuela es más complicado, si yo fuera de Afganistán diría lo mismo, mi origen nacional no determina mis opiniones, Venezuela es según el Consejo de las Américas en su documento del año 2008, el centro de los problemas de la nueva América Latina, no es Cuba, no es Argentina que tiene más peso que Venezuela, no es Brasil que tiene más peso que Argentina todavía. Porque Dilma está con un 9% de imagen negativa y, sin embargo, la derecha no la puede echar ni dar un golpe porque está gobernando con los enemigos, como si fuera aquí con el partido de Massa, entonces es muy difícil que esos gobiernos puedan ser destruidos y que decidan el curso de las cosas. Lo deciden a nivel de titulares, de política exterior, de relaciones, de la OMC, de las finanzas, pero no del curso de lo que se armó hace diez años con la derrota del ALCA como nueva tendencia progresista, o de izquierda. Eso no se define en los votos.

En Venezuela existe un Movimiento bolivariano con capacidad de acción independiente que no le pide permiso al gobierno para defenderlo

-M.H.: En el día de ayer leyendo el sitio más visitado de los medios de comunicación venezolano, Aporrea.org, me detuve en declaraciones del diputado José Ávila que estima que al menos 70 de cada 100 venezolanos que hacen colas, revenden los productos en el llamado mercado bachaquero. Me gustaría que nos explicaras qué significa esto.

-M.E.G.: Es muy importante el dato que da este hombre, es un dato inverificable, es una aproximación por cálculos más o menos que toman, no es exacto pero sí se puede afirmar que la mayoría de los que van a los supermercados y mercados del Estado, compran para revender y eso creó una sub economía que se llama bachaqueo.

La palabra bachaqueo viene de bachaco que es una hormiga gigante que llega a tener hasta 2 cm que lleva y trae carga. Por ejemplo, voy mañana al mercado y llevo a mi hermano, a mi novia, a mi prima y a mi abuela, somos 5 personas, compramos cada uno 3 productos del mismo tipo, 3 kg de fideos cada uno, tenemos 15 kg de fideos en total que nos costaron 20 pesos y los vendemos a 120. En eso consiste el bachaqueo. Sucede que en Colombia un producto de primera necesidad como lo es la harina pan con la que los colombianos y los venezolanos hacen las arepas, en Venezuela la compras a 10 y en Colombia la vendes a 1000. La gasolina que en Venezuela cuesta 2 céntimos de dólar, en Colombia la venden a 3,5 dólares en la frontera, en Bogotá a 4,20; es una millonada.

Han surgido dos subclases, capas parasitarias, unos son los bachaqueros mismos, que son miles y miles, por eso este señor habla de 70 cada 100; esos miles y miles han compuesto una capa comercial parasitaria porque no producen, viven del comercio ligero ganando en forma especulativa hasta 10, 20, 30 veces más entre medio día y 8 días.

Luego está la capa de arriba, los grandes controladores del comercio importador, privado y del Estado, militares y no militares, que manejan toneladas, de las cuales parte se queda en el mercado interior y otra parte iba (ya no) al mercado colombiano, y de ahí surgieron centenares de nuevos ricos. A estos no los llamo capitalistas o burgueses, porque hay que verificarlo, pero son ricos, millonarios de la noche a la mañana. Una amiga me contó cómo su tío usaba su auto que carga 120 litros de gasolina en el tanque, lo llenaba y desde Maracaibo (frontera con Colombia) cruzaba la Guajira, gastaba solo 3 litros de gasolina para ir, vendía el resto a 1 dólar y los compradores lo revendían en el mercado colombiano a 5 dólares. Ese hombre hacía 8 viajes por día, se compró una flota, tiene 7 autos. Ahora no puede porque bloquearon la frontera militarmente, mientras pudo desde 2012 hasta el bloqueo logró ganar tanto como para comprar una flota y trasladar ya no solo gasolina, sino de todo. Esa persona se hizo medio rico, y no entra en ninguna de las categorías conocidas, ya no es obrero, no es trabajador, no es capitalista, entonces lo llamo formas parasitarias que surgen en grandes colapsos de la economía y la sociedad. Eso es lo que está pasando en Venezuela.

-M.H.: Modesto, algunos analistas, periodistas, como el francés Maurice Lemoine, tomando en cuenta esto que acabás de comentar, señalaron que la desestabilización en Venezuela sigue el patrón de Chile en 1972. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

-M.E.G.: Tiene razón, pero relativamente. Es cierto porque en general todas las conspiraciones se parecen en la matriz, pero cambian por un lado las condiciones internacionales, lo que hizo la ITT en Chile, no lo puede hacer en Venezuela; lo que hizo el famoso ex canciller norteamericano Henry Kissinger, no lo puede hacer en este momento el gobierno de Obama con ningún embajador en Venezuela.

Por otro lado, es una relación, lo que pudo hacer la conspiración en Chile, estuvo en relación directa con la acción de las masas y la acción del gobierno. La conspiración avanzó en la medida que el gobierno de Allende desmovilizó o frenó la organización, no solo social y sindical que era potente, sino también la organización armada de los obreros del norte de Santiago de Chile y de las comunas barriales que eran muy poderosas. Al frenar eso entre junio y septiembre, la derecha aprovechó; eso está demostrado.

En Venezuela eso no se puede dar, primero por la condición internacional actual, y por otro lado por el movimiento bolivariano que más allá de las debilidades del gobierno de Maduro e incluso el de Chávez, existe en Venezuela un Movimiento Bolivariano con capacidad de acción independiente y no le pide permiso al gobierno para defenderlo como lo hizo en el año 2002, en el año 2004 y en 2007 y lo va a volver a hacer. Eso no existía en Chile, allí el Partido Comunista, el Partido Socialista, el Presidente Allende y algunos más convocaron y desconvocaron, llevaron a las masas a la calle de manera maravillosa y luego las frenaron diciéndoles que no iban a ir a la guerra, mientras que los enemigos le estaban haciendo la guerra. Eso no es así en Venezuela, los recursos cambiaron y la condición internacional cambió.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.