El fracaso de PPK Cuando PPK le ganó las elecciones del 2016 a la hija del dictador Alberto Fujimori, la gente pensó que éste iba a ser un gabinete de «tecnócratas y de lujo» ya que el propio presidente y algunos de sus ministros (como Thorne), se formaron académicamente entre Inglaterra y Estados Unidos, mientras […]
El fracaso de PPK
Cuando PPK le ganó las elecciones del 2016 a la hija del dictador Alberto Fujimori, la gente pensó que éste iba a ser un gabinete de «tecnócratas y de lujo» ya que el propio presidente y algunos de sus ministros (como Thorne), se formaron académicamente entre Inglaterra y Estados Unidos, mientras que otros (como el premier Zavala), trabajaron para grandes empresas transnacionales como la cervecera Backus. Sin embargo, a poco más de un año de su mandato, la aurora de «tecnócrata y lujo» se cayó como un castillo de naipes.
Y no es para menos. El economista de corte neoliberal (que en las elecciones del 2011 apoyo públicamente a Keiko Fujimori), recientemente declaró que, «… Nuestro mayor fracaso ha sido que todo el mundo esperaba que con PPK iba a haber mucho crecimiento económico y ha sido un crecimiento bien modesto…Cuando la gente votó por mí dijeron ‘la economía va a volar’ y no ha volado. ¿Por qué? Porque heredamos una economía débil. Después vinieron las inundaciones y, para colmar todo, vino el escándalo de Lava Jato…» (Del País, 21-08-17).
Y en efecto, la economía ha decrecido al 2% (del 9% que alcanzó en el gobierno de Alan García), y no hay visos de que haya más inversión con políticas económicas tan ortodoxas (tratando de cumplir con el déficit fiscal a pesar que hay más de 100 mil millones en reservas), y con un país tan convulsionado por los más de 200 conflictos sociales en ciernes.
Es por este motivo que un columnista de derecha como Aldo Mariátegui escribió que, «…Mucho me temo que PPK y Zavala están haciendo todo lo posible para que la tecnocracia limeña, y en general todo lo que se asocie a la derecha capitalina…esté quedando por las patas de los caballos ante el resto… PPK nos está resultando un FBT III, un señor tan desconectado que sigue yendo orondo al Golf a las 11 a.m. en plena huelga magisterial; esa irresponsable displicencia puede inclinar al país hacia la izquierda o el populismo en 2021…», (» Sigue así y vendrá el diluvio», diario Perú 21, 22/08/17 ).
La crisis de la educación peruana
«… No es posible democratizar la enseñanza de un país sin democratizar su economía y sin democratizar, por ende, su superestructura política …», escribió el amauta José Carlos Mariátegui en sus 7 Ensayos de la Realidad Peruana. No obstante, parece ser que para un gobierno neoliberal la educación solo es un negocio privilegiado para unos cuantos. Esta cuestión explica porque el Estado, desde las contrarreformas del fujimorismo con la constitución de 1993, se ha desvinculado cada vez más de su responsabilidad de brindar el derecho a la educación a sus contribuyentes.
Es así como se comprende la reducción del presupuesto a la educación pública (que con Velasco llegó al 8% mientras que hoy, después de la huelga, es del 3.7%), y la multiplicación de colegios y universidades privadas por doquier como la César Vallejo, Alas Peruanas, Telesup, etc. En verdad, en el Perú, la educación es la última rueda del coche con 3.7% de presupuesto mientras que en Argentina es del 5.3%, Bolivia es del 7.9%, y Cuba tiene el 12.8% ocupando el primer lugar según el Banco Mundial (https://www.telesurtv.net/news/Bolivia-segundo-pais-con-mayor-presupuesto-en-educacion-20141123-0032.html).
Esta cuestión implica que por estudiante de secundaria nuestro país gasta 7 veces menos que el promedio de 50 países según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), entre ellos Chile, Brasil, Argentina y Colombia.
«Mientras que el gasto público en educación fue alrededor del 5% del PBI, para la OCDE el Perú registró un promedio estancado del 3% en el periodo 1999-2003″, redactó el diario La República (» Por alumno de secundaria el Perú gasta 7 veces menos que el promedio de 50 países» , 16/03/16)
Es decir que el Estado peruano invierte $ 1.100 por estudiante, mientras que otros países gastan $8.000. Y solo el 15% de alumnos peruanos de 20 de media comprende lo que lee.
A esto hay que agregar que 948 mil niños menores de cinco años van con anemia al Colegio. «…Enfermedad que mostró un incremento 2.6 puntos porcentuales en los últimos 5 años y que en los niños menores de 3 años alcanza el 43%, reveló la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) 2016…», (http://rpp.pe/economia/economia/inei-948-mil-ninos-menores-de-cinco-anos-tienen-anemia-en-peru-noticia-1054556).
Es decir que además de no contar con infraestructura adecuada, los maestros tienen que enseñar a niños que no pueden concentrarse en la clase. ¿Es posible esto en pleno siglo XXI?, ¿Así quieren los políticos pro sistema modernizar nuestra educación?
El pliego de reclamos del SUTEP
Es en este marco que se desarrolla la inspiradora huelga magisterial que duró más de dos meses conquistando una importante victoria. La lucha comenzó exigiendo incremento salarial a 4.050 soles o $1.242 ( teniendo en cuenta que un profesor gana actualmente $ 516 al mes mientras que en Alemania $5.486, EE.UU. $4.479 y en Chile $860 mensuales) ; el pago de la deuda social (por el pago de preparación de clases); el pago de pensiones; homologación; nombramiento laboral; el rechazo a la evaluación; y por ende, a la Ley de Carrera Pública Magisterial porque argumentan que es antidemocrática y neoliberal.
Al principio estuvo a la cabeza el Sindicato Unitario de Trabajadores de la Educación del Perú (SUTEP), cuya dirección está bajo control del partido ex maoísta Patria Roja, quienes fueron los que negociaron semanas atrás con el gobierno de PPK, después de que este último, ante la contundencia de la protesta, cedió en algunos puntos de la Plataforma de Lucha, como el adelanto del aumento del sueldo a 2000 soles, etc. No obstante, la mayoría de las bases regionales desconocieron este acuerdo alegando que Patria Roja no los representaba debido a una serie de políticas conciliadoras y oportunistas anteriores.
PPK criminaliza la protesta social
Inmediatamente, la Ministra de Educación, Marilú Martens, trató de quebrar la huelga negociando con la otra facción del SUTEP que tenía liderazgo en la región del Cuzco logrando llegar a un acuerdo. Pero, el resto de las 13 regiones decidieron continuar con la protesta. Es en este contexto que la administración PPK decide recurrir a la estrategia de la criminalización de la protesta social acusando a los dirigentes sutepista de ser «terroristas» o estar vinculados al MOVADEF (brazo legal de ex senderistas que reivindicaban al pensamiento Gonzalo).
Una victoria parcial, pero victoria
Es así como surge el liderazgo del profesor Pedro Castillo, presidente de las bases regionales del SUTE, y a quien el Ministro del Interior, Carlos Basombrío (ex militante de izquierda), sindicó como el nexo del terrorismo senderista en el movimiento magisterial. Sin embargo, nunca logró comprobar con pruebas lo declarado.
Esta estrategia gubernamental solo sirvió para victimizar y empoderar más a Castillo como representante de la mayoría de bases del magisterio a nivel nacional. Razón por la cual la Ministra Martens se vio obligada (después de varias mecidas a los profesores), a recibirlo junto a su comitiva.
Sin embargo, al parecer, la nueva dirigencia, no tenía clara la estrategia a seguir ya que a pesar de haber conquistado el adelanto de aumento de sueldo y la representación política y mediática, se negaban a suspender la huelga, tensando más la cuerda que colisionaba con las aspiraciones de algunas bases de querer regresar a trabajar por temor a los descuentos o a que los estudiantes pierdan el año.
Esta cuestión y una agresiva contracampaña haciéndoles ver a los maestros como si no quisieran la reforma educativa (capacitaciones y mérito para los ascensos), es la que explica porque al final Castillo se vio obligado a suspender la medida de lucha.
Hubo un debate a nivel de la vanguardia sobre si fue una victoria o no la huelga ya que no se pudo derrotar la reforma educativa. Para los ultraizquierdistas fue un fracaso. Para los oportunistas fue un rotundo éxito.
«…ni reír ni llorar, comprender…», decía el filósofo Spinoza. Y en efecto, si tenemos en cuenta que el movimiento magisterial viene de más de tres décadas de ataques poniéndolo a la defensiva, pues, buscando un equilibrio, podemos señalar que fue una victoria parcial el haberle arrancado al gobierno de derecha de PPK el adelanto de aumento de sueldo, el pago de CTS, el subsidio por luto, y el haber gestado un nuevo liderazgo nacional más a la izquierda del conciliador SUTEP-Patria Roja (que por las puras no es saludado con agrado por el reaccionario Aldo M.).
Un sindicato en pugna
Por otro lado, esta huelga ha sacado a la superficie el trabajo político entrista de los grupos de izquierda. En verdad, las facciones de centro, izquierda y ultraizquierda siempre han estado presentes en el sindicato magisterial desde que Patria Roja le arrebatará en los 70s, al ex estalinista-velasquista Partido Comunista – Unidad (PC-U), la dirección magisterial (también están presentes posiciones apristas, de Puqa LLaqta, del Partido Socialista, mínimamente del trotskismo en algunos lugares de la selva, etc.).
Así las cosas, después de más de 40 años, Patria Roja, se encuentra en una situación similar a la del PC-U, debido a su aggiornamiento al sistema (a través de políticas democratizantes y conciliadoras con los gobiernos de turno), que dice combatir.
Ahora, al parecer, Patria Roja, ha perdido el liderazgo, pero antes también se le puso contra las cuerdas con el Comité Nacional de Lucha y el Comité de Reorganización y Reorientación ( CONARE SUTEP), dirigido por Roberth Huaynalaya. No obstante, al final, por errores políticos, el CONARE fracasó.
Pedro Castillo aparece como más conciliador y más inteligente entre ambas facciones, pero el sectarismo de la ultraizquierda y la falta de logística pueden llevarlo a cometer los errores que necesita Patria Roja para mantenerse en el poder (cuya base reside en el control de la cooperativa bancaria denominada Derrama Magisterial).
Una nueva recomposición política del movimiento magisterial
Finalmente, de una u otra forma, estamos asistiendo a la recomposición del movimiento magisterial (que puede tener un efecto en la recomposición de los demás movimientos sociales que adolecen de una crisis de dirección política revolucionaria). Uno de los movimientos con más tradición de lucha antiimperialista y antidictatorial (Morales, Fujimori), y estratégico por su rol de formador de las nuevas vanguardias estudiantiles y por articular con los padres de familia reclamos en conjunto y en defensa de la educación pública y de calidad.
Esta es una lucha inspiradora que no ha acabado y que tiene ahora como tarea organizar la movilización nacional del 20 de octubre contra la política antidemocrática de la administración PPK. Tarea para lo cual la unidad bajo los reales principios mariateguistas será clave.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.