Los días 12 y 13 de marzo, la UITA llevó a cabo en Bogotá, Colombia, la Conferencia Mundial del Sector Palma Africana, que contó con la presencia de decenas de delegados de organizaciones afiliadas e invitadas provenientes de casi todos los continentes. Ante la expansión acelerada del cultivo de palma africana a nivel mundial, que […]
Los días 12 y 13 de marzo, la UITA llevó a cabo en Bogotá, Colombia, la Conferencia Mundial del Sector Palma Africana, que contó con la presencia de decenas de delegados de organizaciones afiliadas e invitadas provenientes de casi todos los continentes.
Ante la expansión acelerada del cultivo de palma africana a nivel mundial, que genera profundos daños ambientales, problemas y conflictos con las poblaciones locales y graves violaciones de derechos humanos, y ante el burdo intento de los grandes productores de dar una imagen de «responsabilidad ecológica» a la industria palmera, en 2012 el 26º Congreso de la UITA resolvió establecer varios ejes de trabajo.
Entre otros, se decidió lanzar una campaña internacional para denunciar y frenar el cultivo extensivo de palma africana, y convocar una Conferencia Mundial de trabajadores y trabajadoras de este sector.
Sue Longley, coordinadora del GPTA de la UITA, compartió con la La Rel el análisis de estos dos días de intensos debates e intercambio de experiencias.
-¿Cuál es tu evaluación de estas jornadas de trabajo?
-Han sido muy interesantes y, al mismo tiempo, muy importantes para la elaboración de una estrategia mucho más profunda sobre el sector de la palma africana. Hemos escuchado informes sobre la situación que se vive en varias partes del mundo, y hemos tenido acceso a material muy útil para el trabajo que vamos a desarrollar de ahora en adelante.
Tuvimos la oportunidad de abordar puntos clave de este sector productivo. Se expuso, por ejemplo, sobre las condiciones de trabajo en las plantaciones de palma, y se entendió claramente quiénes son los actores principales y cuál es la responsabilidad de las grandes compañías involucradas, no solo en las plantaciones sino también en la transformación y la comercialización del aceite de palma.
Además, hemos profundizado en nuestro conocimiento de los conflictos que se generan con las poblaciones locales, de las graves violaciones a los derechos humanos, de los impactos ambientales y el acaparamiento de tierras y territorios.
-¿Cuáles van a ser los principales ejes de trabajo?
-En el ámbito laboral, toda esta información que hemos compartido nos permite tener mucho más claro cuál debe ser nuestro plan de acción para mejorar las condiciones laborales que existen en este sector. Combatir el trabajo precario, la subcontratación, la tercerización, y la extrema vulnerabilidad de los trabajadores zafrales y los migrantes van a ser nuestras prioridades.
Nos vamos a enfocar además en el tema de salud ocupacional, porque hubo informes que mostraron lo expuestos que están los trabajadores del sector a accidentes, problemas musculares, enfermedades de la piel, de los ojos, y eso debido al excesivo uso de agrotóxicos.
Paralelamente, la UITA lanzará una campaña muy fuerte a nivel mundial contra el uso del Paraquat, cuya utilización en los monocultivos a gran escala sigue siendo una gran preocupación.
Violencia, explotación, concentración de la tierra. «Los problemas son comunes en todos los continentes»
-¿Qué importancia ha tenido poder compartir con personas que vienen de casi todo los continentes?
-Ha sido muy importante poder escuchar, intercambiar y compartir diferentes experiencias, en particular el caso de los compañeros de Asia, continente que concentra más del 80 por ciento de la producción mundial de palma africana.
También ha sido muy significativo conocer sobre la expansión acelerada de este cultivo en África y América Latina.
Pero no es solo compartir experiencias, sino sobre todo divisar los problemas comunes que afectan a los trabajadores, las comunidades y a los pueblos, como el caso del pueblo garífuna de Honduras.
Este Congreso nos ha permitido aprender recíprocamente sobre lo dañino de la expansión de la palma africana, estableciendo una postura política sobre varios temas, como son la explotación y precarización laboral, la pérdida de soberanía alimentaria, el acaparamiento y concentración de tierras, que derivan en una creciente violencia en el sector rural y una permanente violación de los derechos humanos.
Por esa razón es primordial que los trabajadores estén organizados, que puedan contar con un sindicato que respalde su labor en defensa de sus derechos, sobre todo en las regiones más vulnerables como el caso de Honduras en América Latina.
-¿Cuáles son los planes y proyectos para el futuro?
-A partir de esta Conferencia Mundial 2015, el sector de la palma africana será un área de trabajo prioritaria para la UITA. De hecho ya había una resolución del Congreso de la Internacional en 2012, donde analizábamos la expansión acelerada de la palma africana y su relación con los daños ambientales, el desplazamiento forzoso de comunidades y personas, las malas condiciones de trabajo y la violación a los derechos humanos.
Espero que a partir de ahora podamos coordinar mejor las acciones globales que nos convocan, como lo son las campañas por el no uso del Paraquat y por la ratificación del Convenio 184 de la OIT sobre salud y seguridad en la agricultura.
Tener una visión y acción global ante las grandes corporaciones que controlan el negocio de la palma africana nos permitirá, además, fortalecer la organización y así tener una postura común cuando nos toque negociar con estas transnacionales.
Fuente: http://nicaraguaymasespanol.blogspot.com/2015/03/la-palma-africana-sera-un-area-clave-de.html