Les ruego disculpen cualquier término excesivo, pero hay cosas que no hay otra manera de decirlas sin que pierdan su correcto sentido. El Congreso es quien aprueba el presupuesto, así como las extensiones presupuestarias cada vez que se acaba lo que se tenía proyectado gastar, tal como lo estable el inciso 1, literal i) del […]
Les ruego disculpen cualquier término excesivo, pero hay cosas que no hay otra manera de decirlas sin que pierdan su correcto sentido.
El Congreso es quien aprueba el presupuesto, así como las extensiones presupuestarias cada vez que se acaba lo que se tenía proyectado gastar, tal como lo estable el inciso 1, literal i) del Art. 93 de la Constitución. Es también el Congreso quien aprueba los préstamos que toma el gobierno, como dispone el inciso 1, literal j) del referido artículo.
Durante años el gobierno estuvo tomando préstamos para cubrir el déficit y pagar cuotas de anteriores préstamos, creando un círculo vicioso de déficit y endeudamiento, como bien trata Lázaro Arias en su artículo El Circulo Vicioso de las Reformas Fiscales. Así nos vendieron el cuento de la «economía blindada». Los senadores y diputados, sabían muy bien el hoyo en el que estaban metiendo a nuestro país. No hay que ser un genio para saber que si usted gana 100 y gasta 120 terminará por verse en líos.
Este déficit responde a una serie de gastos en obras que nadie pidió y que no eran prioritarias, ahí tenemos, para citar un ejemplo, el caso de las dos líneas del metro, que más que un sueño megalómano de un gobernante fue un inmenso botín de robos en sobrevaluaciones, costándole entre ambas al país más de 100 mil millones de pesos (El Caribe, 15-12-2011, La segunda línea del Metro, entre avance y retraso). También tenemos el dinero gastado en campañas electorales, que en las pasadas presidenciales fue más de 51 mil millones de pesos, según informe del PRD. Por otro lado los salarios de lujo y privilegios exorbitantes de los funcionarios y congresistas, solo entre senadores y diputados, 222 en total, se están chupando más de 5,442 millones de pesos en este año (CREES, 30-8-2012, ¿Cuánto nos cuesta el Congreso Nacional?). Qué decir de las famosas «nominillas».
Ahora que esta situación ha llegado a un punto de inflexibilidad, cuando ya no cabe más sucio debajo de la alfombra, entonces los «honorables» levantan sus manos para imponer que ese déficit superior a los 187 mil millones de pesos que ellos mismo crearon, sea sacado de las miserias del pueblo dominicano, miserias que ellos mismos han agudizado.
No tocan ni con el pétalo de una rosa ninguno de sus privilegios, ni sus salarios de lujo, ni el «barrilito». Ellos, los responsables de esta situación, llaman al pueblo a sacrificarse. Pero a sacrificarse en nombre de qué… ¿Del robo? ¿De la corrupción? ¿De la impunidad?
No conformes con tanta injusticia, no satisfechos con la burla al pueblo. Dan por aprobada la Ley de Reforma de Impuestos de manera anticonstitucional, en franca violación del artículo 112 de la Constitución de la República que impone una votación de las dos terceras partes de los presentes para la aprobación de este tipo de leyes, sin contemplar ninguna excepción.
Todo este desfalco, todos estos robos del 2012, son para comprar la impunidad de todos los robos que se cometieron durante los últimos 8 años de gobierno. Si permitimos esto seremos tan cómplices como víctimas de la voracidad de esta asociación de malhechores que nos mal gobiernan.
Nota: estoy esperando que aprueben el nuevo Código Penal para ver con que coj… esos delincuentes me van a someter por difamación e injuria por decir la verdad de sus fechorías.
Claudio A. Caamaño Vélez, técnico agrícola IPL, estudiante de Derecho UASD. Miembro de la Fundacion Caamaño
www.elamigodelpuebloRD.blogspot.com
Twitter: @claudiocaamano
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.