Los intereses neocoloniales de Estados Unidos en Ucrania, un país donde confluyen Occidente y Rusia, han alimentado las tendencias nacionalistas y reaccionarias en su población. El conservador Arseni Yatseniuk, nuevo primer ministro, fue el hombre favorito de Washington durante las protestas del Euromaidan y el partido fascista Svoboda sorprendentemente ha conseguido acumular una decena de […]
Los intereses neocoloniales de Estados Unidos en Ucrania, un país donde confluyen Occidente y Rusia, han alimentado las tendencias nacionalistas y reaccionarias en su población. El conservador Arseni Yatseniuk, nuevo primer ministro, fue el hombre favorito de Washington durante las protestas del Euromaidan y el partido fascista Svoboda sorprendentemente ha conseguido acumular una decena de cargos en el nuevo gobierno, los más significativos son los de vice-primer ministro, Ministro de Defensa, Ministro de Educación y Ciencia (el primer decreto del titular fue abolir la ley que protegía el uso de las lenguas minoritarias), Fiscal General, la secretaria y subsecretaria del Consejo de Seguridad Nacional.
La iglesia greco-católica ucraniana tuvo un activo papel durante el desarrollo del golpe de Estado, esta congregación religiosa dependiente de Roma reapareció en el país en la década de los 90 después que fuera erradicada por Stalin, y está enfrentada a la iglesia ortodoxa dependiente del Patriarcado de Moscú. El pogromo o linchamiento multitudinario y premeditado de las minorías étnicas así como la intolerancia religiosa hacia otras creencias están siendo habituales, el principal rabino de la comunidad hebrea en Kiev ha propuesto a su congregación abandonar el país por su propia seguridad, y más de medio millón de ciudadanos ucranianos han huido a Rusia en lo que va de año.
Járkov, Odesa y Donetsk, tres de las cinco ciudades con más de un millón de habitantes han expresado a través de sus parlamentos locales su deseo de proteger los derechos y libertades de los residentes rusófilos, los respectivos Consejos han hecho llamamientos para realizar en breve referéndums vinculantes para pedir la anexión a la Federación Rusa, incluso el presidente del parlamento de Transnistria, territorio separatista moldavo, instó a Rusia a incorporar la región a su territorio. El proyecto federalista de las regiones del este y el sur de Ucrania, hegemonizado por Moscú, podría hacerse realidad después que la ley constitucional haya creado las entidades federadas de Crimea y Sebastopol.
La ciudad de Sebastopol ha sido históricamente la base naval de la Flota del Mar Negro rusa, su importancia geoestratégica queda demostrada por el hecho de estar desplegado frente a ella el «escudo» antimisiles con base europea proyectado por la OTAN en los vecinos países de Polonia, Turquía y Rumanía, junto con la base naval española de Rota.
El primer ministro ucraniano Yatseniuk ha asegurado reiteradamente que dará una respuesta «militar» a cualquier intento de independencia en las regiones pro-rusas. En una entrevista del diario *Svobodnaya* al Teniente General ruso Víktor Sobolev se le pregunta cuál sería la correlación de fuerzas militares entre Rusia y Occidente en una supuesta crisis, a lo que responde:
«Detener la agresión de la Alianza en Ucrania, podríamos únicamente con la amenaza del uso del arma nuclear. Entonces podríamos poner orden con ayuda de nuestras tropas. Por ejemplo con ayuda de los paracaidistas. Además tengo serias dudas de que los ucranianos se lanzasen a defender al nuevo régimen y mucho menos los intereses de la OTAN.» (1)
Esto es `de facto´ lo sucedido en Crimea, Rusia ha utilizado la doctrina de la disuasión nuclear, del temor inducido por los daños directos producidos por un conflicto atómico para desplazar tropas de uniformados sin distintivos.
En el espacio de la política ficción los estrategas militares han teorizado como se desarrollaría una guerra de estas características, el nivel menos agresivo sería la guerra nuclear limitada, donde un país que es atacado se reserva el derecho de defenderse de una «invasión» utilizando armamento nuclear táctico -de corto alcance- sin necesidad de alcanzar el nivel de una guerra intercontinental. (2) Según los expertos un conflicto tan radical abriría las puertas al enfrentamiento entre las distintas etnias en Europa Central alterando los límites y fronteras de los países que la forman.
Notas:
(1) Opinión de dos expertos militares rusos sobre posibles escenarios del conflicto ucraniano http://jscomin.
(2) Guerra nuclear limitada y guerra nuclear local según «Los peldaños de la escalada» del estratega militar Herman Kahn.
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