La respuesta a la pregunta que titula este túnel la ubico, en principio, en dos elementos básicos que, además, se relacionan entre sí. Y aclaro que escribo como militante (y fundador) del Frente Amplio. Por honestidad lo aclaro, por compromiso ideológico lo escribo. En primer término hay que señalar la acción sostenida y orquestada de […]
La respuesta a la pregunta que titula este túnel la ubico, en principio, en dos elementos básicos que, además, se relacionan entre sí. Y aclaro que escribo como militante (y fundador) del Frente Amplio. Por honestidad lo aclaro, por compromiso ideológico lo escribo.
En primer término hay que señalar la acción sostenida y orquestada de los medios de comunicación comerciales en implantar en la conciencia de la sociedad un sentimiento anti Política, manifestada esta acción de intención hegemónica en un ataque sostenido en contra del Partido Político (con mayúsculas dado que me refiero a la categoría); y este ataque se da, facilitado hay que reconocerlo, por las actuaciones de muchos de los partidos políticos (las minúsculas por ser manifestaciones de la misma categoría), especialmente en la Asamblea Legislativa. Y sus acciones son, desgraciadamente, bastante cercanas a la lógica anti Política.
Frente Amplio, como partido con representación parlamentaria no ha podido ser objeto de esta ofensiva hegemónica del bloque dominante. Fundamentalmente porque la actuación de sus dos diputados, José Merino del Río y José María Villalta Flórez-Estrada, ha sido absolutamente consecuente con el deber ser que han manifestado. Han sido la manifestación vívida de que sí es posible vivir como se piensa, al decir del Ché Guevara y una máxima importante en el trabajo político de la izquierda.
Y no sólo eso. Entre ambos se presentaron a la corriente legislativa más de 100 iniciativas legales, todas cruzadas por una perspectiva de superación de las actuales condiciones de inspiración neoliberal de la economía costarricense. Iniciativas que, por cierto, forman parte del núcleo básico del esfuerzo programático de cara a las elecciones del 2014.
El segundo elemento es el querer señalar a los partidos políticos como feudos de refugio para corruptelas y ambiciones de poder desmedidas. Cuando se ven ciertas actuaciones de muchos partidos, pareciera que hay algo de razón. Denuncias de malversación de fondos públicos, luchas cainitas al seno de los partidos, esfuerzos desesperados por lograr ascendentes de «liderazgo» a partir de golpes de billetera más que de contraste de ideas. Esa es la realidad que viven hoy muchos partidos políticos.
Nuevamente el Frente Amplio parece estar fuera de esa dinámica y, por consiguiente, ajeno a ser víctima de esa lógica. Hoy precisamente se publica una nota en La Nación en la que se consigna que este partido no posee deudas pendientes. Mientras tanto, otros partidos poseen montos de deudas que sobrepasan los activos disponibles. Y curiosamente, son partidos que han hecho de la «austeridad del Estado» una bandera para atacarle. ¡Valiente prefiguración de lo que nos esperaría si llegaran al gobierno!
Tampoco ha sido señalado el Frente Amplio por el Tribunal Supremo de Elecciones en el sentido de intentar defraudar al Estado mediante el reporte de gastos falsos o ilegales, en el marco del reconocimiento de la deuda política. Se le han rechazado gastos, pero nunca por intentar estafar al fisco; si ha sucedido esto es por errores de forma sin que se haya detectado ánimo doloso en los mismos.
Todo esto lo veo, entonces, como una señal que la sociedad, y sobre todo quienes decidan votar en el 2014, deberían tener en cuenta. La quiero enunciar en una frase, casi que una hipótesis: Un partido político prefigura su accionar en el gobierno a partir de su accionar previo.
Debe reconocerse que personas como Rodolfo Ulloa Bonilla, actual Secretario General y hasta hace poco Tesorero, desarrolló una labor impecable no sólo en el plano administrativo, sino también en lo que tiene que ver con el cerrar y prever acciones contrarias a una visión ética de limpieza, transparencia y honestidad en la acción política. Un trabajo que desarrolló en la Tesorería, hay que reconocerlo, con el apoyo decidido de Roberto Alfaro, actual Tesorero.
Debe reconocerse también, que la vida interna no se ha detenido. Ha continuado y un proceso como el de renovación de estructuras, que en partidos como el PAC se ha visto dificultado y en el PUSC ha desatado una lucha caníbal entre sus dirigentes, en el Frente Amplio se resolvió de manera bastante rápida y sin cuestionamientos. Tanto así que incluso, se logra resolver la cuestión de la candidatura presidencial desde el 9 de marzo, nombrando a José María Villalta Flórez-Estrada por 69 de 73 asambleístas nacionales. Una votación que refleja, de manera clara, una unidad y cohesión importante.
Ahora el reto de este partido es lograr terminar el proceso de elección de las candidaturas a la Asamblea Legislativa de manera que la unidad se fortalezca antes que debilitarse. El reto es lograr que las personas que lleguen a esos puestos, que serán presentadas como la encarnación de una serie de propuestas y de una forma de hacer Política, respondan a estos claramente. Que sean personas que hayan demostrado no sólo capacidad para el trabajo parlamentario, sino que también tengan una trayectoria de vida comprometida con las luchas sociales, con los fundamentos axiológicos y un talante de buscar la unidad de los diferentes actores sociales.
Porque el puesto de diputado(a) del Frente Amplio ya está marcado; combatividad con la injusticia y espíritu unitario con los sectores populares. Ese es el reto y esa debe ser la propuesta que se presente a la sociedad. Sólo así se logrará avanzar en la construcción de una alternativa con perspectiva de superación del neoliberalismo en Costa Rica.
Fuente: http://madrigueraviejotopo.blogspot.com/2013/03/por-que-el-frente-amplio-no-es-noticia.html