
El bloque militar de la OTAN es veneno, no un antídoto para las preocupaciones sobre seguridad y paz en Europa.
El bloque militar de la OTAN es veneno, no un antídoto para las preocupaciones sobre seguridad y paz en Europa.
La invasión de Ucrania puede acabar dinamitando la única válvula de escape, ante un escenario de recesión global que ya se estaba gestando en los meses previos.
El espectro de un enfrentamiento directo entre la OTAN y Rusia cobra cada vez más cuerpo: la guerra por delegación de los ucranianos contra la invasión de Moscú podría acabar librándose sin el espectáculo de tener una mano atada a la espalda.
Si realmente hay un cambio de estrategia hacia otro nivel de enfrentamiento con Rusia, tenemos que saber en qué nos estamos metiendo.
No es la primera vez que una o más potencias usan a terceros -un país, a un grupo de población determinado o a empresas de seguridad privadas- para confrontar, debilitar o tumbar a un adversario.
Los países de América Latina y el Caribe son presionados en forma sistemática por los funcionarios estadounidenses para limitar y/o cortar los lazos comerciales, científico-tecnológicos o de cooperación con Moscú y Beijing.
El 21 de abril, cuando las fuerzas rusas se acercaban a un búnker de la planta siderúrgica de Azovstal en Mariupol, fuertemente bombardeada y rodeada, y se preparaban para asaltar el búnker subterráneo «tipo fortaleza» en el que se calcula que se refugian, según estimaciones, los 2.000 soldados ucranianos restantes, el presidente Vladimir Putin dio marcha atrás y ordenó a las tropas rusas que rodearan a los ucranianos hasta que salieran voluntariamente, cuando se quedaran sin municiones, alimentos y agua.
9 de mayo en Moscú día crítico, según la prensa de EEUU
Han transcurrido dos meses de guerra en Ucrania y no hay paz en perspectiva. De hecho, el nivel de destrucción se ha intensificado y ambas partes parecen tener pocas esperanzas de llegar a un acuerdo pacífico en breve. Además, la situación internacional también se está caldeando, ya que algunos países europeos neutrales están pensando en ingresar en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), un hecho que ha provocado que el Kremlin respondiera con amenazas de desplegar armas nucleares en la región del Báltico en caso de que se produjera esa medida.
Con la lluvia de proyectiles rusos cayendo sobre las ciudades ucranianas, un inquieto alto el fuego en Yemen, el ataque a los palestinos durante la oración en Jerusalén y muchos otros conflictos en todo el mundo, a algunos puede parecerles inapropiado hablar de paz.