Javier Claure C. | 

La operación militar rusa, llevada a cabo el 24 de febrero, contra Ucrania ha puesto al mundo en vilo. Y se ha generado una serie de protestas, hipótesis y una infinidad de sanciones contra Rusia.

Vivimos el tiempo del capitalismo agonizante y del nacimiento de una nueva época de la humanidad edificada sobre nuevos valores, motivaciones y objetivos.

Guadi Calvo | 

Mientras Joe Biden sigue obligando al comediante ucraniano Volodímir Zelenski a no rendirse frente a la contraofensiva rusa con el único fin de debilitar políticamente al presidente Vladimir Putin, ya que por el obvio peso de las acciones de su ejército las víctimas civiles se siguen incrementando, a la vez a los coreutas mediáticos les da tiempo, junto al Departamento de Estado y a la CIA, a seguir elaborando infinidad de noticias falsas. La última los 400 muertos de Bucha, un suburbio de Kiev donde después de la retirada rusa los cadáveres comenzaron a brotar de la nada y tras ser filmados milagrosamente retornaban a la vida.

En cuanto Román Abramóvich (último blanco de las sanciones de Gran Bretaña contra los oligarcas rusos) anunció que ponía en venta el Chelsea Football Club, se desató el frenesí de los medios. Una importante figura del atletismo, magnates de la City londinense y hasta un respetado columnista del Times, cada uno de ellos en representación de diferentes multimillonarios estadounidenses, se lanzaron sobre Londres en una carrera por comprar el club de fútbol. Entretanto, numerosas propiedades londinenses pertenecientes a oligarcas rusos entraron en un proceso de liquidación que llevaba mucho tiempo pendiente. ¿Por qué se ha tardado tanto tiempo?

Rolando Astarita | 

Una idea que ha circulado por estos días en ámbitos de la izquierda es que no debemos apoyar la resistencia de Ucrania porque EEUU, la UE y la OTAN apoyan esa resistencia.

Mientras por un lado los grandes medios de todo el mundo reproducen sin cesar las horrorosas imágenes de cientos de cadáveres desparramados en Bucha, Ucrania, por el otro atizan el fuego de una escalada bélica que puede llevarnos en meses al holocausto nuclear.

La situación de guerra en Europa agrava las condiciones de funcionamiento de la economía mundial, especialmente motorizadas por las sanciones desde EEUU y sus socios occidentales a Rusia. Junto a ello, también intervienen las respectivas respuestas emanadas desde Moscú, explicitadas recientemente en la disposición de cobrar el gas exportado a países hostiles en rublos rusos.

Francia

Serge Halimi | 

La continuación de la guerra en Ucrania favorece a Macron, al movilizar la atención de los franceses sobre los esfuerzos diplomáticos de su presidente y no sobre el desolador balance de su quinquenio.