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Unasur reafirma compromiso con defensa de la soberanía regional

Fuentes: TeleSUR

Entre los aspectos que surgieron en la reunión de la Unasur, el presidente de Perú, Álan García, propuso la creación de una comisión de verificación para que analice el acuerdo militar que Colombia cerró con Estados Unidos (EE.UU.). Por su parte, el mandatario venezolano, Hugo Chávez, con respecto al mismo tema, insistió en la creación de una comitiva que dé iniciativa para la paz en Colombia.

Los presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), en la declaración final de la cumbre reiteraron su compromiso en impedir «la injerencia en la soberanía de los pueblos latinoamericanos» y manifestaron su deseo de fortalecer la región como una zona de paz.

En el texto, que consta de cinco puntos, reafirmaron su «compromiso de fortalecer la lucha y cooperaciónn contra el terrorismo y la delincuencia organizada».

Los mandatarios ratificaron «que la presencia de fuerzas militares extranjeras no puede amenazar la paz y la seguridad de la región», por ello decidieron «instruir al consejo suramericano para que analice el libro blanco y realice una verificación de la situación en la frontera».

El llamado libro blanco de Estados Unidos es un documento público sobre Defensa en el que, entre otras cosas, se definen los niveles de las bases militares a las que EE.UU. puede acceder en otros países.

El documento fue leído por el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien destacó el punto 12 del texto, donde se afirma que el Comando Sur ha tomado interés en establecer una localidad en el continente suramericano que pudiera utilizarse para operaciones de movilidad.

«Con la ayuda del AMC (Comando de Movilidad Aérea) y el Comando de Transporte, el Comando Sur ha identificado Palanquero, base aérea Germán Olano, una localidad de seguridad de cooperación. A partir de esta localidad, cerca de la mitad del continente puede cubrirse con un C-17 sin reabastecimiento. Un C-17 (avión gigantesco que fabrica la Boeing) puede abarcar todo el continente exceptuando Cabo de Hornos, en el extremo de Chile. Mientras el Comando Sur defina un sólido plan de compromiso de teatro, la estrategia de establecer una localidad de cooperación en Palanquero debería ser suficiente para el alcance de movilidad aérea en el continente suramericano», reza el texto que causó gran preocupación en los mandatarios de la región.

En otro de los puntos del documento los mandatarios acordaron solicitar a la  Organización de Estados Americanos (OEA) facilite una comisión «que permita trabajar en un aspecto de paz para Colombia».

Insistieron además en la preservación de los recursos naturales de la región y subrayaron que uno de los objetivos de Unasur es «la solución pacífica de las controversias».

La Unasur acordó instruir al Consejo de Defensa, integrado por los ministros de Defensa y Relaciones Exteriores de los países integrantes, a diseñar una estrategia de seguridad y garantías para la zona durante la reunión del Consejo de Defensa que se celebrará en el próximo mes de septiembre.

La mayoría de los presidentes que asistieron a la cumbre de Unasur solicitaron conocer los términos del acuerdo de cooperación militar entre Colombia y EE.UU.

También aceptaron una propuesta para solicitar una reunión con el presidente estadounidense, Barack Obama.

El presidente boliviano, Evo Morales, expresó la posición más dura al reclamar un repudio a la instalación de bases militares extranjeras en la región.

«Si nadie quiere una base militar, por qué no podemos firmar acá un documento que (indique que) los presidentes de Sudamérica no aceptan ninguna base militar extranjera», sostuvo Morales.

Uribe remarcó que el pacto con Estados Unidos, destinado a combatir «el narcotráfico y el terrorismo», «se rige por la integridad territorial de los Estados» y «dispone» que «no se puede usar para la intervención de otros Estados».

«Estas bases serán de tránsito», afirmó el presidente Uribe y aseguró que el acuerdo militar con EE.UU. está cerrado.

Por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, aseguró que «no hay ninguna duda» de que el  pacto que se debatió en la cumbre, forma parte de la «estrategia militar» global de EE. UU. más que de la lucha contra el narcotráfico o el terrorismo.