Desde nuestro pueblo acurrucado en esta franja ístmica y sísmica, tropical y volcánica la juventud latinoamericana revolucionaria, se da cita en la víspera de la celebración del 34 aniversario de la Revolución Popular Sandinista. En este marco se lleva acabo el IV Encuentro Internacional de juventudes de izquierda, sus participantes con sus rostros y facciones […]
Desde nuestro pueblo acurrucado en esta franja ístmica y sísmica, tropical y volcánica la juventud latinoamericana revolucionaria, se da cita en la víspera de la celebración del 34 aniversario de la Revolución Popular Sandinista. En este marco se lleva acabo el IV Encuentro Internacional de juventudes de izquierda, sus participantes con sus rostros y facciones tan variadas como las dieciséis realidades de las que provienen, reúnen el sueño del Comandante Presidente Hugo Chávez a quien es dedicado el encuentro. Reúnen también, el encuentro de las culturas de nuestra América y las esperanzas del futuro del continente. Pero también, sus testimonios son el reflejo de las injusticias y las luchas que combaten cotidianamente, las que se llevan en Colombia con más de 50 años de guerra civil en la espalda y decenas de miles de desaparecidos, de las luchas en Chile por la defensa del derecho al estudio gratuito y de calidad, las batallas juveniles en Honduras contra la impunidad, desafiando la fractura entre estado de derecho y política, junto a todas las secuelas dejadas por el golpe de estado, las luchas de los mexicanos contra la violencia estructural y la parálisis institucional, para mencionar algunas.
En el transcurso del encuentro, algunos de los problemas planteados según los participantes, están centrados en como construir formas de comunicación emancipadora y libertaria. En la actualidad la comunicación la información y la propaganda están unidas en una esfera ciclópica, como afirma Ignacio Ramonet, en «un canal único del neoliberalismo» diría el subcomandante Marcos. Este flujo mediático arrolla con su velocidad al espectador, está diseñado para que el este no pueda leer, entender e interpretar, para que no tenga el tiempo de reaccionar, para que consuma sin reflexionar, para que sueñe con el rico que un día será y no para que luche con los pobres como el.
Como se resuelve este problema, como nos libramos de esta nueva forma de colonización nos preguntamos los jóvenes presentes? Un debate rico alrededor de esta pregunta con voces de todos los rincones del continente dio como resultado que la solución puede ser unir la diversión y su superficialidad y ligereza, con el mensaje político, con su carácter social y su peso histórico. La experiencia nicaragüense es un ejemplo, en el terreno de la batalla de ideas donde se enfrentan la desmovilización de la conciencia por un lado, y por el otro la confluencia entre nuestro compromiso histórico y revolucionario asumido con disciplina, humildad y antimperialismo.
Somos el germen de un tiempo nuevo que debe estar a la estatura de los retos que nos demanda nuestra historia y del ejemplo dejado por la obra del Comandante Hugo Chávez. Unidad en la construcción de la Patria Grande, es la consigna que reúne a la juventud latinoamericana que esta luchando por transformar nuestro tiempo.
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