Rafael Rojas | 

Los jóvenes y las mujeres han sido los protagonistas de los estallidos sociales latinoamericanos más recientes. En un contexto de luchas tanto antineoliberales como antiautoritarias, en Cuba se produjo la manifestación del Movimiento San Isidro y el plantón frente al Ministerio de Cultura. El desarrollo de la protesta demostró que la artificial división de la cultura cubana en «revolucionarios» y «contrarrevolucionarios» ya no funciona para la nueva generación de artistas e intelectuales.

1. Si alguien no sabía que es “ lucha de clases” y cómo las clases dominantes le ponen en su madre a los trabajadores, basta ver toda la crudeza en México, así como en todo el mundo capitalista, gobernado incuestionablemente por la burguesía: se protege a los ladrones, asesinos, defraudadores de cuello blanco, a los millonarios que dominan y mandan; sin embargo, por otro lado, se crean leyes para aplastar las batallas, las protestas de los explotados; se criminaliza otra vez a los profesores de Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Michoacán, que cientos de veces han usado este método para exigir que los gobiernos cumplan con sus promesas, que cumplan con sus pagos y liberen a sus presos por luchar.

Entrevista a Nicolás González Varela sobre Friedrich Engels y la edición de Engels antes de Marx (y II)

Nicolás González Varela Estudió Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, donde ejerció como Profesor en Ciencias Políticas y de Extensión Universitaria.

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Nada está asegurado en el Senado con respecto a la posible sanción definitiva del proyecto aprobado la semana pasada en Diputados. La paridad, al menos aparentemente, es tan grande que se especula con un posible empate, y en ese caso el voto decisivo sería el de Cristina Fernández de Kirchner como presidenta de la Cámara. Las exposiciones del martes, la gente convencida, y el rol de la decisión política. Lo que cuenta una senadora criada en un ambiente tradicional, y el modo en el que transformó su visión sobre el tema.

(Dia)lógicas y paralajes sobre lo público

A dos años –cumplidos el pasado primero de diciembre– de tomar posesión el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, cabe plantear un análisis sobre la ruta que adopta el lema que le dio sentido a la carrera política del tabasqueño: “Por el bien de todos, primero los pobres”. Fue este lema el que lo situó en el epicentro del escenario nacional al menos desde el año 2000 y que lo posicionó en el imaginario social de amplios estratos populares y excluidos de la sociedad mexicana vapulada por la larga noche ultra-liberal.

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A un mes de su asunción, el presidente boliviano Luis Arce ha logrado contener la caída económica con siete decretos que derogaron las medidas neoliberales y antipopulares del gobierno de facto y ha marcado la cancha al advertir que no habrá impunidad por los crímenes cometidos por la dictadura, entre ellos las masacres de Sacaba y Senkata. Su preocupación es impedir que la recesión derivada de la pandemia y las dificultades crónicas de la industria gasífera, principal actividad exportadora del país, hagan escasear divisas y detonen una devaluación.

El pasado domingo 13 de diciembre se cumplieron 28 años del histórico plebiscito donde la ciudadanía dijo SÍ a las empresas públicas con un contundente apoyo popular que frenó la ola privatizadora del gobierno del Partido Nacional. Pasaron 28 años de una campaña histórica para las izquierdas y el campo nacional y popular. 28 años han pasado y parece que la rueda volvió al mismo lugar. Claramente el mundo ha cambiado, Estados Unidos cede cada vez más terreno a China en la hegemonía mundial.

Oficialmente la desestabilización contra Cuba por parte de EEUU inicia el 3 de febrero de 1962 mediante la orden ejecutiva número 3447 impuesta por el presidente John F. Kennedy. Pero ya desde 1959 el Gobierno de Eisenhower había tomado medidas para restringir el comercio entre USA y Cuba, afectando las finanzas de ésta última.

Falta pedagogía y formación democrática en ambientes clave. Hay sectores que creen que ambos bandos son equiparables, situando al mismo nivel a los demócratas y a los fascistas. No hay reconciliación pendiente con el fascismo, porque con el fascismo ninguna sociedad democrática debe reconciliarse.