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Clarificar lo ocurrido con los atentados a la AMIA y la embajada de Israel es vital para revertir la manipulación sionista de la política exterior argentina y facilitar la participación más activa de la población en la solidaridad con Palestina.
La extensión israelí de los frentes bélicos a todo el Medio Oriente y la convergencia de esas incursiones con las provocaciones de la OTAN en Ucrania, consolida una tendencia a la generalización y unificación mundial de las tensiones militares.
Palestina es el principal frente de agresión sionista pero no el único. Israel multiplica sus incursiones en toda la región y en los últimos dos años sumó por lo menos cuatro campos de batalla: Siria, Líbano, Yemen e Irán. Los resultados de esas embestidas son muy contradictorios y provisionales.
Israel opera desde hace décadas como el principal instrumento del imperialismo norteamericano en Medio Oriente. Pero no ejerció ese rol desde su nacimiento, sino al cabo de un proceso de mutación muy enlazado con los cambios geopolíticos internacionales.


