El jurista paraguayo, Martín Almada, denunció este jueves en España la existencia en Latinoamérica de una tercera fase del Plan Cóndor de represión de disidentes lanzado en los años 70 y 80, uno de cuyos exponentes, el hijo del dictador Alfredo Stroessner, acaba de retornar a Paraguay «con toda impunidad», según dijo. EFE «Gustavo Stroessner […]
El jurista paraguayo, Martín Almada, denunció este jueves en España la existencia en Latinoamérica de una tercera fase del Plan Cóndor de represión de disidentes lanzado en los años 70 y 80, uno de cuyos exponentes, el hijo del dictador Alfredo Stroessner, acaba de retornar a Paraguay «con toda impunidad», según dijo. EFE
«Gustavo Stroessner se mueve impunemente por Asunción, a pesar de su presunta implicación en delitos de lesa humanidad durante el régimen de su padre, Alfredo Stroessner», dijo Almada en una entrevista con EFE.
El defensor de Derechos Humanos está en Madrid para recibir de la Asociación Pro Derechos Humanos de España una mención honorífica a su labor.
Almada es un renombrado jurista y activista de los derechos humanos en su país, pero es más conocido en América Latina por su papel protagonista en el descubrimiento en 1992 de los «archivos del terror», la base documental de los organismos de seguridad del régimen de Stroessner y de la llamada Operación Cóndor.
Este plan internacional de represión fue instaurado por los principales regímenes dictatoriales latinoamericanos del Cono Sur de América para acabar con la oposición política durante las décadas de los años 70 y 80 del siglo pasado, recurriendo a las torturas y el asesinato de disidentes.
El lema de la Operación Cóndor era que «cada cual se hace cargo de su propia basura», en referencia a la eliminación de los opositores secuestrados en su país de origen.
«Para mí hay tres (operaciones) Cóndores. El precóndor nació en 1966 y se limitaba a la cooperación bilateral. En 1975 se crea la propiamente dicha Operación Cóndor, basada en la cooperación multilateral de las dictaduras sudamericanas. Y hoy día, el actual Plan Cóndor está en manos de la Conferencia de Ejércitos Americanos (CEA)», explicó Almada.
La CEA es una organización americana que busca intercambiar experiencias en materia de defensa y en ella participan 20 países miembros y cinco observadores.
«En mayo de 1997 un coronel paraguayo, Francisco Ramón Ledesma, le escribe a un coronel ecuatoriano: aquí le mando la lista de los actuales subversivos paraguayos para la lista de subversivos de toda América Latina. Esa lista fue a parar a la CEA», acusó Almada.
El activista señaló que en el pasado la cabeza de la Operación Cóndor no fue el dictador chileno Augusto Pinochet, sino el que fuera secretario de Estado norteamericano durante los años setenta Henry Kissinger.
«Era el número uno. El número dos era Pinochet, Pero la otra cabeza que descubrí en París (a donde marchó Almada tras ser encarcelado y represaliado en Paraguay entre 1974 y 1977) era Hugo Bánzer, el que fuera presidente de Bolivia», refirió.
Ahora, subrayó, «el elemento articulador del Cóndor ya no es Kissinger, Pinochet, Bánzer o Stroessner, En este momento es el comandante de las Fuerzas Armadas del Perú, Otto Guibovich, quien recopila y articula todos los elementos sobre subversión y los entrega en Washington».
El Cóndor «sigue volando» en América Latina, subrayó Almada, quien destacó que el actual presidente de Paraguay, Fernando Lugo, «tiene miedo» a esa operación, pues cree que le podría ocurrir lo que le sucedió al depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya.
Fruto de esa indefensión, señaló Almada, ha sido el reciente retorno a Asunción de Gustavo Stroessner, «con la misma impunidad con la que ha vuelto estos días a Haití ‘Baby Doc'», el ex presidente Jean Claude Duvalier.
«El caso del hijo de Stroessner, que tenía un juicio por estafa al estado paraguayo por cerca de 5.000 millones de dólares, fue sobreseído, pero sigue siendo responsable de delitos contra los derechos humanos».
«Y yo, como defensor de éstos, lo acusó de haber sido el banquero de la Operación Cóndor», afirmó Almada, quien el pasado mes de diciembre presentó ante el juez Arnando Fleitas de su país, una petición de detención y procesamiento del hijo de Stroessner, ex coronel de la Fuerza Aérea que acompañó a su padre a Brasil en su exilio.
Almada denunció hoy que desde que presentara esta demanda ha sido víctima de «presiones, seguimiento y otros tipos de amedrentamiento» en su país, que atribuyó a Stroessner y sus seguidores.
«Yo acuso directamente a Gustavo Stroessner Mora y al senado Goli Stroessner (nieto del dictador) y les responsabilizo de lo que pudiera ocurrirme a mí o a mi familia», subrayó a Efe, antes de adelantar que tiene previsto recabar el apoyo de Amnistía Internacional cuando retorne a Paraguay