El pasado 22 de noviembre la Asamblea Nacional —controlada al 100% por la dictadura Ortega Murillo— aprobó en sesión de tres horas la mal llamada Reforma Parcial a la Constitución Política de Nicaragua. La Carta Magna tenía 200 artículos, de los cuales 147 fueron modificaciones y 38 derogados. Incluso fue reformado el Preámbulo, evocando en él a Tomás Borge, Fidel Castro y Hugo Chávez. Nicaragua ya no tiene una verdadera Constitución, porque una reforma de tal magnitud requería convocar a una Asamblea Constituyente.
Ante este autogolpe de Estado, casi cien nicaragüenses, la mayoría desnacionalizados y en el exilio, firmamos una Declaración rechazando el adefesio resultante que, por sus contenidos, significa la extinción del Estado Democrático y Social de Derecho en Nicaragua, consagrado en la Constitución de 1987, dictada en plena revolución1. La ahora llamada Constitución Chamuca2 también violenta la Declaración Universal de DD.HH.
No nos detendremos en todos los extremos de este autogolpe de Estado, baste señalar algunos, a la par que explicamos qué persiguen con ello.
- Declaran al Estado como Revolucionario y afirman que “El Pueblo ejerce el poder del Estado a través de la Presidencia de la República (…) “La Presidencia de la República dirige al Gobierno y como Jefatura de Estado coordina a los órganos Legislativo, Judicial, Electoral, de control y fiscalización, regionales y municipales, en cumplimiento de los intereses supremos del Pueblo nicaragüense… (Artos. 8 y 129). Los poderes del estado se convirtieron en simples órganos dirigidos por la presidencia.
Es decir, de un plumazo desaparece el carácter del Estado Democrático, con separación e independencia de poderes, con Autonomía de las Regiones y los pueblos Indígenas y de los Municipios. Si por la vía de hecho habían desaparecido los poderes independientes y Autonomías, por medio de este autogolpe de Estado, Nicaragua ha pasado a ser oprimido por un régimen al estilo de las monarquías absolutas de la época medieval en Europa.
- Establecen que la Presidencia (antes Poder Ejecutivo), “está integrada por un Co-Presidente y una Co-Presidenta (Arto. 133) como de facto ha venido funcionando. Un monstruo de dos cabezas. Además, establecen que “Los copresidentes podrán nombrar vicepresidentes, que desempeñarán las funciones que les asignen (Arto. 138), que podrían ser sus propios hijos.
Así, los codictadores, Rosario Murillo en particular, persiguen garantizar su rol en la cúspide del régimen totalitario y garantizar la sucesión familiar. Al establecer una copresidencia que sustituye al Poder Ejecutivo resuelven contradicciones sobre quién manda realmente en Nicaragua. Es decir, mandan los dos.
- Cambian la naturaleza del Estado al declarar que este es Revolucionario, y establecen como uno de los principios fundamentales que El Estado nicaragüense se fundamenta en valores cristianos, ideales socialistas…”
La declaración de Estado Revolucionario es una falacia con que intentan engañar a sus bases y a izquierdas internacionales que todavía creen que en Nicaragua hay revolución.
Y el carácter socialista mueve a risa, porque el 98% de la economía en Nicaragua es privada, y el régimen ha favorecido, como nunca, formas ultraliberales de economía, entregando nuestras riquezas a intereses transnacionales y grandes capitales nacionales, mientras restringe los derechos de todos los sectores populares, acrecienta la pobreza y obliga a cientos de miles a emigrar en busca de trabajo.
- Subordinan todos los derechos de los nicaragüenses a los principios de la “Constitución revolucionaria cristiana y socialista”. Así, la libertad de conciencia, expresión, movilización, organización, participación política, información, de prensa, etc., solo pueden ejercerse bajo esos principios.
También alteran regresivamente gran cantidad de derechos y garantías establecidos en la parte dogmática de la Constitución; modifican el carácter de una serie de instituciones, principalmente el Ejército y la Policía; y dejan abierta la puerta para que el Ejecutivo (ahora llamado Presidencia), con su poder absoluto, regule y controle, mediante leyes secundarias, la economía del país, como reza la Declaración aludida.
- Con la derogación del Arto. 125 desaparece la Autonomía Universitaria, conquista obtenida en 1958 mediante grandes luchas y movilizaciones de la comunidad universitaria en plena dictadura somocista.
- Subordinan al Ejército y la Policía a la Presidencia de la República, sin mediación de ministros de Defensa ni del Interior, arrogándose el derecho de “ordenar la intervención del Ejército de Nicaragua en apoyo a la Policía Nacional, cuando la estabilidad de la República lo requiera”. Entiéndase el uso del Ejército para reprimir a los ciudadanos (Arto. 94).
Además, crearon la “Policía Voluntaria”, eufemismo con el que Ortega justificó el accionar de decenas de paramilitares, que encapuchados y portando la bandera rojinegra, dispararon con todo tipo de armas contra las barricadas en las distintas ciudades, a estudiantes y manifestantes en la sublevación de abril. Ahora los paramilitares han sido convertidos en cuerpo legal.
- El principio de pluralismo político fue sustituido por un ambiguo pluralismo cultural y social. Desde 2021, cuando fueron a la mascarada electoral con partidos remedos de oposición y se recetaron más del 70% de votos, Nicaragua ha funcionado con un modelo de Partido Único. Ahora descaradamente lo fusionan con el Estado y hasta erigen símbolo patrio la bandera rojinegra del FSLN, igualándola a la bandera nacional Azul y Blanco, que une a todos los nicaragüenses.
- Intentan legalizar todas las medidas represivas incrementadas a partir de la sublevación del 2018. Algunos ejemplos: Eliminaron el artículo que establecía que ningún nacional puede ser privado de su nacionalidad, para validar más de 500 despojos de nacionalidad que han realizado en los últimos dos años.
Incremento de la represión
A la par del autogolpe de Estado, la dictadura ha arreciado la represión con la captura en la última semana de más de 30 nicaragüenses, los que no han sido presentados a sus familiares. Además, decenas de ciudadanos han sido objeto de allanamientos ilegales, decomiso de teléfonos, computadoras y todos sus equipos de comunicación, y han incrementado la vigilancia y la obligación de reportarse a diario en Delegaciones de la Policía.
En resumen, estamos terminando el año 2024 con lo que consideramos una declaración de guerra del régimen contra todo el pueblo de Nicaragua, la que cierra todos los espacios de diálogo, negociación y vía electoral, expectativas que alimentaba un sector de la oposición nicaragüense.
Nuevamente es evidente que el fin de esta dictadura solo será posible con el trabajo de organización dentro de Nicaragua, el accionar coherente del exilio, el indispensable trabajo de comunicación que desde fuera realiza el periodismo nica y, por supuesto, el debilitamiento de las bases que sostienen al régimen.
El trabajo de la comunidad internacional para condenar estos actos tiránicos, y el endurecimiento de medidas contra el régimen —planteados también en la Declaración—, son contribuciones indispensables en la nueva lucha para poner fin a la dictadura y reiniciar el camino de la democracia, la justicia social y la libertad de nuestro país.
Notas:
1 Se puede ver la Declaración y los firmantes en: https://confidencial.digital/reporte-ciudadano/exiliados-denuncian-un-autogolpe-de-estado-de-ortega-y-murillo/
2 En referencia al mote con que el pueblo ha calificado a Rosario “Chayo” Murillo.
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