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Una suerte que no haya premio Nobel para la estupidez humana porque resultaría imposible adjudicarlo de tan abundantes candidatos que habría, empezando por los gobernantes europeos.
Mensajes desde EEUU
Pocas cosas, a nivel de dignidad personal, son tan vergonzantes como ver a un coro de sacristanes ser más papistas que el Papa y hacer más alharacas de campanas que el Vaticano cuando anuncia a un nuevo Pontífice.
Andaban ciertos círculos políticos y periodísticos occidentales especulando sobre el silencio de China en la crisis entre EEUU y Rusia, con la OTAN y la UE –que son lo mismo hasta que se demuestre lo contrario- de polichinelas y comparsas.