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Es momento para que el sentido de humanidad de los pueblos del sur levante su voz y rabia contra el colonizador
Tanto el DIH como el Estatuto de Roma definen los crímenes internacionales como violaciones graves de las leyes y costumbres de guerra, así como actos cometidos como parte de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil.
La ONU, tan inmensa como débil, permanece paralizada por la voz de los Estados Unidos de América que con interés geopolítico alienta guerras y barbarie en todos los continentes, menos en su propio patio.