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Después de una tregua con motivo de las fiestas de fin de año, miles de peruanos han vuelto a las calles para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso y la convocatoria a nuevas elecciones, obteniendo como respuesta una mayor represión y decenas de muertos y heridos.
Huelga por tiempo indefinido demandando que se vayan todos.
Al no contener las crecientes manifestaciones, que ya dejaron 20 muertos y más de 500 detenidos, luego de que el presidente Pedro Castillo fue destituido por el Congreso, el nuevo gobierno decretó el toque de queda en 15 provincias.
Lo peor es que Dina Boluarte no ha entendido que las calles exigen adelanto de elecciones, referéndum y Asamblea constituyente.
Lo que se produjo en Perú fue un golpe de estado parlamentario con apoyo militar que destituyó al maestro rural y sindicalista Pedro Castillo, detenido y trasladado a un cuartel en Lima, para que asumiera el cargo la vicepresidenta Dina Boluarte, traicionando el mandato popular al sumarse el golpismo.
El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador anunció la suspensión de la cumbre de la Alianza del Pacífico, debido a que el mandatario peruano Pedro Castillo, quien debe tomar el relevo en la presidencia de ese foro regional, no obtuvo el permiso del Congreso para salir del país.
La Organización de Estados Americanos (OEA) expresó su disposición para brindar apoyo y cooperación al Perú mediante gestiones para promover el diálogo y el fortalecimiento de su sistema democrático de gobierno.