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Desde hace casi cuatro meses, Perú protagoniza las protestas sociales de más envergadura que se han producido en América Latina, en estos últimos años. El actual Gobierno de Dina Boluarte no logra asegurar la normalidad en ese país sudamericano, atravesado por una profunda y creciente fractura político-social. Importantes sectores, en particular la población campesina del interior del país, continúan movilizándose, expresan su rabia y frustración y ratifican su exigencia de que renuncie Boluarte. El Gobierno, el Congreso y el conjunto de las instituciones del Estado –a excepción de la Defensoría del Pueblo– hacen oídos sordos, ignoran las advertencias populares y arriesgan, de continuar como hasta ahora, que la crisis se agrave y recorra atajos impredecibles. “Reina la frustración y la impunidad”, explica la periodista Zuliana Lainez Otero, 44 años, quien desde hace un año y medio preside la Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP), con más de 11 mil afiliada-os. Aguda analista, Lainez, también vicepresidenta primera de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), ofrece un lúcido análisis de este complicado laberinto que marca la actual realidad peruana.

Brasil y la nueva etapa con Lula: «Todos hemos madurado»

Al final, la factura la pagan “los de abajo”

Omnipresente en la vida cotidiana… y mucho más

¿Podrá Elly Schlein acercar de nuevo los sectores populares a la política?

Europa vive un invierno caliente. En febrero las protestas sindicales se multiplicaron, en particular en Gran Bretaña, Francia, España y Portugal. Y en otros países crece el malestar por problemáticas irresueltas, como la inmigración extra europea, cada vez más restrictiva.

Energía, alimentos, clima. Y las guerras

Desde hace casi dos meses se protagonizan en Perú constantes manifestaciones y la indignación popular no se debilita. Luego de los sucesos del 7 de diciembre pasado, con la detención del hasta entonces presidente Pedro Castillo, y su posterior substitución por la vicepresidenta Dina Boluarte, el país sudamericano parece ingobernable. El muy fragilizado poder ejecutivo no controla la situación interna y la protesta ciudadana sostiene reivindicaciones muy precisas.

Diputado nacional por el gobernante Frente de Todos (FdT) desde 2019, Germán Martínez fue designado jefe de su bancada en febrero de 2022. Originario de Rosario, Santa Fe, donde desarrolló desde muy joven su militancia política ligada a sectores populares, pertenece a una generación intermedia de la “nueva” dirigencia argentina. Licenciado en Ciencias Políticas, de 47 años y con un mandato válido hasta fines de 2023, Martínez es hoy una de las personalidades de primer nivel del frente gobernante. Tanto en el esfuerzo por mantener su unidad interna, como en la difícil negociación cotidiana con la oposición en un complejo año electoral. En octubre próximo Argentina decidirá en las urnas la continuidad de un proyecto progresista (aunque tímido en la actual gestión) o la vuelta a un modelo neoliberal y antisocial.

La sociedad civil no resigna sus críticas