Una de las expresiones más repetidas —y más insidiosas— en los medios internacionales y ciertos discursos diplomáticos es la que se refiere a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) como el “autoproclamado Estado saharaui”
Una de las expresiones más repetidas —y más insidiosas— en los medios internacionales y ciertos discursos diplomáticos es la que se refiere a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) como el “autoproclamado Estado saharaui”
Desde el 8 de junio de 2022, con el ataque a la localidad de Kpinkankandi, prefectura de Kpendjal, perpetrado por una khatiba de la franquicia de al-Qaeda en el Sahel, el Jamāʿat nuṣrat al-islām wal-muslimīn o JNIM (Grupo de Apoyo al Islām y a los musulmanes), el norte de Togo comenzó a arder.
Seguramente estos hombres dan pena; seguramente han asesinado cruelmente a personas inocentes; seguramente esta mañana les han pegado un tiro en la cabeza a cada uno.
El auge de los multimillonarios africanos significa más una conquista de la élite que progreso económico, puesto que encierra a millones de personas en la pobreza.
Desde que en 2011 se logró expulsar al grupo al-Shabab de Mogadiscio mil y una veces se anunció su derrota definitiva. Y a pesar de eso, una y otra vez, volvió a repetirse como la condena de Sísifo.
En los últimos años, se ha instalado con fuerza en medios de comunicación, instituciones y discursos diplomáticos una fórmula engañosa para referirse al Sáhara Occidental: “territorio en disputa”. Esta expresión, aparentemente neutral, distorsiona la realidad que el derecho internacional y la jurisprudencia europea han dejado meridianamente clara: el Sáhara Occidental no es un territorio en disputa, es un territorio ocupado y pendiente de descolonización, sometido a una dominación colonial por parte del Reino de Marruecos.
El presidente que más tiempo lleva en el cargo en todo el mundo, Pau Biya, se presenta a otro mandato. El gobierno autocrático de Biya proviene directamente de una brutal guerra colonial que Francia emprendió en las décadas de 1950 y 1960, una guerra que ha mantenido oculta al mundo exterior.