Se considera un «optimista trágico» , por eso cree que la pandemia es una gran oportunidad para replantear el modelo neoliberal, que considera agotado.
Categoría: Otro mundo es posible
Es preciso soñar y establecer laboratorios de experiencias que proyecten horizontes de deseo compatibles con los límites físicos del planeta y la justicia.
En el marco de la grave crisis pandémica y social, las actividades de organizaciones asistenciales y su proyección pública han crecido notablemente. Esto ha hecho que su responsabilidad social haya aumentado de forma exponencial, a la vez que han aumentado voces que centran su atención en el debate de cuál debe ser un modelo óptimo de solidaridad.
Si hay algo que ha revelado (si es que cabe el término, dado que existe desde hace bastante tiempo) el brote y la expansión de la pandemia del Covid-19 a nivel mundial, aparte de la evidente fragilidad de la salud humana y de las deficiencias del sistema público que debiera funcionar adecuadamente en cada nación para garantizar este derecho a todos sus ciudadanos por igual, es la profunda brecha económica y social que divide a ricos y pobres.
No son pocas las voces que se han escuchado promover la educación híbrida en el escenario de la pandemia mundial, pero gracias al shock producido por el covid-19 en las poblaciones, la estrategia de la hibridez educativa parece instalarse como permanente.
Ríos de tinta han corrido a través de los comentarios e interpretaciones que se hicieron acerca de los escritos de Paulo Freire y, en buena hora, nunca suficientes. La intención del presente texto no es hacer lo mismo, mas bien es el de confrontar el pensamiento de Freire con una realidad que él no vivió con la intensidad de la época actual, propia del espíritu de un capitalismo de base financiera, especulativa y parasitaria, globalizado y neoliberal, colonizador y depredador, de distanciamiento social y distópico con alta tecnología, racial y patriarcal.
Al escribir estas notas, desde luego polémicas, en torno a una experiencia política a la vez singular y global, no intentamos «juzgar» las intenciones de ninguna persona o grupo. Pensamos en los intelectuales y activistas, particularmente las y los brasileños que, al tomar la iniciativa de convocar a ciudadanos y movimientos sociales de todo el mundo, lo hicieron de «buena fe».
El 17 de octubre, “Día Internacional de los Pobres”, se harán hermosas, nobles y bien intencionadas declaraciones en honor de las personas condenadas a vivir en la pobreza.