
Sería prácticamente imposible hacer un ranking sobre cuál de las ocho monarquías árabes existentes en la actualidad es la más corrupta, ya que todas, Arabia Saudita, Jordania, Marruecos, Bahréin, Kuwait, Omán, Catar o Emiratos Árabes Unidos (EAU), tienen sobrados méritos para estar en el primer lugar.