Categoría: Territorios
El pasado 13 de octubre, en el marco de la Asamblea General de Naciones Unidas, se procedió a elecciones con miras a renovar varias vacantes en el seno del Consejo de Derechos Humanos.
La detención del general Salvador Cienfuegos Zepeda en loa Estados Unidos y el inicio de su encausamiento en un tribunal de ese país interpelan directamente al gobierno de Andrés Manuel López Obrador impactándolo en diversos sentidos, y obliga a analizar con mayor detenimiento el papel que en anteriores y en la presente administración se ha asignado a los militares.
Los conflictos políticos derivados del proceso para la elección de la dirigencia del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) son una muestra clara de una organización (y de un sistema político) que padece de un defecto estructural: la dependencia ideológica y política de su líder carismático y, para colmo, presidente de la república.
En pleno desarrollo de la pandemia del coronavirus y la emergencia sanitaria y económica mundial, resulta importante valorar la generación de condiciones políticas para hacer posible un cambio de rumbo en la región, algo que se verifica con el triunfo de Luis Arce y David Choquehuanca en Bolivia.
En octubre de 2019, el Movimiento al Socialismo-Instrumento para la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP) con Evo Morales de candidato sacaba el 47’08% sobre poco más de 6 millones de votos válidos, con casi 11 puntos de diferencia sobre Carlos Mesa, segundo con el 36’51% de los votos.
Por razones de carácter estructural ha habido 19 Constituciones, 40 golpes de Estado, ahora, 17 binomios de candidatos a la presidencia del país.
Los libios han reaccionado con una mezcla de esperanza y escepticismo tras la firma de un acuerdo de alto el fuego a nivel nacional destinado a allanar el camino hacia una solución política para el conflicto que desangra al país.