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Claves para apreciar la situación política en Perú

Fuentes: Rebelión

El Perú una vez más, atraviesa una situación de crisis originada desde el régimen e impulsada provocativamente desde los medios de información, tal como sucedió más de una vez desde la lucha que origino la huida del corrupto Fujimori, patriarca y capo mafioso, pasando por las luchas contra la denominada Ley Pulpin, las numerosas contra la corrupción y contra la heredera Fujimori,  las que se hicieron por la vacancia de PPK, contra el corrupto congreso disuelto por Vizcarra, y otras más; con el lamentable y repudiable saldo de muertos, heridos, desaparecidos y detenidos.

 Para hacer un análisis de coyuntura y lograr una visión política del momento, es de todas formas necesario enmarcarlo en la situación de carácter estratégico; en ese sentido, se debe considerar básicamente el marco general que viene a ser el orden económico político mundial.

En este aspecto, dentro de la problemática global y sus múltiples manifestaciones cíclicas de crisis, hay una que debemos considerar primordial: lo vital que resulta para la oligarquía mundial mantenerse en control de los recursos naturales, como fuente de materias primas y energética sobre la cual se desarrolla su industria y comercio y que se encuentra en territorios que, en teoría le son ajenos. Sobre el control de estos recursos naturales reposa su posibilidad de generar altas ganancias, que es la base de todo el sistema; en sentido contrario en cuanto va perdiendo este control va perdiendo posibilidades de subsistencia.

En países como el Perú, en donde la oligarquía mundial mantiene el control absoluto de los recursos naturales, gracias a un marco constitucional y legal que le garantiza la propiedad sobre los recursos naturales cuando estos son extraídos o beneficiados, toda su política estratégica y coyuntural se dirige a mantener esta situación, aún a costa de limitados y temporales retrocesos o sacrificio de prescindibles lacayos.

Es vital para el imperialismo, que la población local no se percate o tome conciencia de esta situación y se organice y movilice en torno a recuperar sus recursos naturales, afectando de esta forma los intereses imperialistas, y es parte de su estrategia de control, darle motivos superfluos e inocuos a sus intereses, y da a la población con capacidad de indignarse y movilizarse, periódicamente motivos para hacerlo, no solo sin dañar al sistema, sino aun fortaleciéndolo, así hay sectores sociales que pudiendo movilizarse por sus propios intereses, terminan movilizándose en defensa del orden “democrático” que preserva los intereses imperialistas. La mayor reivindicación popular deviene en ser la lucha contra la corrupción, diciendo de esta forma que el sistema y el modelo son buenos, sólo hay que erradicar la corrupción; y también, muy efectivamente neutraliza alguna opción de transformación social profunda por parte del movimiento popular con el consabido “terruqueo”, y obviando todo tema en relación a los recursos naturales que según el último reporte de conflictos sociales, emitido por la Defensoría del Pueblo N° 199 correspondiente a setiembre del 2020, existen 189 conflictos sociales siendo de estos 125 los denominados conflictos socio ambientales de los cuales 101 son relacionados a la actividad minera e hidrocarburos, https://www.defensoria.gob.pe/wp-content/uploads/2020/10/Reporte-Mensual-de-Conflictos-Sociales-N%C2%B0-199-septiembre-2020.pdf.  Lo cual indica pues que en realidad los conflictos en torno a los recursos naturales son el punto más crítico de la situación nacional, sin embargo ignorada por los medios de información y en consecuencia, por los actores políticos que generan opinión y asumen acción política en base a la información proporcionada por la prensa parametrada y tendenciosa.

Esto se enmarca con mucha mayor profundidad por cuanto hay un sentimiento y una tendencia, legitima y comprensible, en la mayor parte de la población de que este orden de cosas debe cambiar, se levanta consignas anti neoliberales, por una nueva constitución, por democracia y trabajo, etc. Sin tocar el tema de fondo que es el del régimen económico y principalmente el de los recursos naturales, que no son tema de debate pues podría la población darse cuenta de cuanta es la riqueza que cotidianamente es saqueada y además podría empezar a pensar en todo lo que se podría lograr si tuviésemos soberanía sobre estos, por lo menos en un porcentaje mayoritario. Desde el movimiento popular no se levanta claramente esta bandera de lucha y menos se vislumbra la construcción de un modelo económico de crecimiento nacional en base a la riqueza nacional invertida en proyectos productivos, que sea concientizador y movilizador.

Es necesario desenmascarar la presencia del imperialismo en nuestro país, su control absoluto sobre la vida económica y política del país, tanto en lo interno como en su política externa, denunciar que los recursos naturales en su gran parte están en manos de las empresas transnacionales, expresión clara del imperialismo (hay un pequeño porcentaje en manos de privados nacionales pero estos resultan subsidiarios de las grandes corporaciones).

En esta coyuntura es necesario levantar la consigna de la soberanía sobre nuestros recursos naturales, denunciando claramente el orden constitucional y legal que permite la apropiación de estos por los concesionarios, comenzar a construir un modelo económico de crecimiento productivo en base a la riqueza proveniente de los recursos naturales en manos del pueblo peruano y centrar la lucha por una nueva constitución en estos aspectos fundamentales. Hay que asumir la iniciativa en la lucha política planteando temas centrales y propios del pueblo peruano, y dejar de seguir los temas digitalizados por el sistema imperante, hay que aprovechar estos momentos para realizar una labor de concientización, organización y movilización, en base a asambleas populares territoriales; dentro de esta perspectiva el espacio de la Asamblea Nacional de los Pueblos impulsado por organizaciones como la Confederación General de Trabajadores del Perú, es un espacio propicio en el que todos los sectores político sociales deberían confluir, expandiéndolo y concretándolo más allá de los estrechos márgenes ideológicos, políticos o partidarios.