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Puerto Rico

Dos contratos sociales y un contrato de la dignidad

Fuentes: Rebelión

El colonialismo nos ha aislado de nuestro entorno natural. Los puertorriqueños somos una nación vibrante latinoamericana, fuerte, resistente, vigorosa, rebelde, indómita pero aún irredenta. Pertenecemos por historia y sentimientos comunes a la patria grande de América Latina.

1. Introducción

 Con mis colaboraciones en la revista Rebelión he pretendido establecer una comunicación fresca, sincera,  con los lectores latinoamericanos y otros países, sobre la tradición o historia y los desarrollos de la novedad en la formación concreta nacional puertorriqueña, con un modo particular de pensar: asistido de un pensamiento renovado nacional, crítico y autocrítico, que rompa con el pensamiento de la edad de piedra y así entonces enfocado en las dinámicas y características esenciales de la formación concreta puertorriqueña, algo así como lo hizo Mariategui en sus 7 Ensayos sobre la realidad de su Perú.

Al acometer la tarea de interpretar el presente, para asistir en su transformación para el bien común, corremos todos los días el riesgo de convertirnos en cromañones, con un pensamiento vetusto y fosilizado. El historiador riguroso no tiene esa dificultad puesto que su función es valerse de las herramientas que provee la historiografía para reconstruir lo que en efecto transcurrió. 

Sabido es que nadie puede reproducir como en un espejo todo lo que ocurre en el pasado concreto relacionado con la inmensa totalidad. Muchos asuntos y detalles se quedan fuera inconsciente o deliberadamente por variadas razones. 

Más cuando abordamos los desarrollos recientes, la tarea es mucho más difícil y los riesgos de errar son mayores. Existimos y luego pensamos. Y al pensar sobre esa compleja realidad y su interrelación con la totalidad, el cerebro humano resulta muy limitado. 

Demasiadas cosas escapan a nuestros cinco sentidos, intuiciones, emociones, proyecciones y el modo multidimensional y simultáneo que nuestro cerebro almacena y emite juicios, acciones u omisiones, influido por conocimientos, destrezas psicomotoras y sobre todo la moral. De ahí que debemos tener una actitud crítica y autocrítica para superar esas limitaciones y los errores en el transcurso de ese complejo proceso de teoría, reflexión y praxis. 

Si nos aislamos, desconectamos del pasado y de la novedosa realidad nos acercamos al pensamiento caduco, que llamo de la edad de piedra . Estas colaboraciones por tanto son humildes en tanto y en cuanto reconocemos esas limitaciones del intelecto, que son siembre aproximaciones a la realidad concreta. Pero son aproximaciones sinceras. Y espero con ellas tender un puente de comunicación, entre Puerto Rico y los lectores de esta revista. Metafóricamente puedo decir que aspiro a un Puerto Rico en Rebelión. 

2. Reflexiones sobre la realidad objetiva y eventos recientes 

Este periodo especial lo pulveriza todo. Ni un rio lleno de dinero, que no sea distribuido a la población como Dios manda,  detiene una rebelión en Puerto Rico y en consecuencia donde haya puertorriqueños.

La crisis sistémica nadie la puede negar y parar. Una deuda pública de $120 mil millones. Se fugan $35 mil millones anuales del rendimiento del capital foráneo domiciliado afuera pero que hace negocios aquí sin pagar tributos excepto el 4% provisional y que tiene sus días contados. Se fugan $23 mil millones anuales en el consumo de mercancías producidas afuera mientras destruyen en competencia desleal la manufactura y producción agrícola de empresarios y agricultores boricuas que no tienen la protección de aduanas y de un estado soberano a su servicio. Se fugan más de $58 billones anuales en una economía de consumo, que se le impide por ser enclave colonial desarrollar su producción. Situación que no se resuelve con cuentos de Blanca Nieves de que con cooperativas y auto gestión-necesarias no me mal interpreten los necios- se va a lograr quebrar al imponente capital foráneo y su gobierno federal mientras no logremos conquistar todos los poderes de la soberanía y edifiquemos un estado soberano que proteja toda nuestra producción, fuerzas productivas  y recursos y riquezas nacionales. 

El territorio está en un proceso de quiebra sin facultades para liquidar deuda, solo para reorganizar la deuda  según dicten los acreedores que son los que mandan, con cabildeo burdo y poder, al gobierno federal. 

La  metrópolis impuso una Junta de Control: no electa. Esa Junta está en crisis con tres miembros con nombramientos vencidos y uno recién nombrado por Donald Trump,  quien es apoderado de los acreedores.  De la Junta de Control no surgirá nada favorable a los puertorriqueños. Solo una ruta: que los puertorriqueños le paguen a los acreedores a costa de todo, pensiones, educación, salud, servicios esenciales, sudor y sangre. Quien no vea eso está soñando con pajaritos. 

Para agravar  las cosas la crisis sistémica se ha profundizado  con eventos de la naturaleza-huracanes, terremotos- y esta pandemia que impide el regreso a la normalidad. Los políticos, vendedores de sueños, anuncian  el regreso a clases en 30 días sin haber las condiciones estructurales en las escuelas para el regreso saludable. 

La sociedad civil, los empresarios puertorriqueños, grandes, medianos y pequeños  y los  trabajadores, artesanos y demás oficios  han hecho un esfuerzo titánico, encomiable, para continuar la operación de los negocios y servicios a la población en medio de la pandemia. Uno lo nota, si va a la fábrica de acero o de aluminio, los protocolos de salud son evidentes. Lo mismo cuando va a los centros de comercio, a los bancos, a los restaurantes, oficinas médicas, de abogados, ingenieros y arquitectos, peritos,  empresas de servicios. Todos están dando la milla extra por continuar la actividad económica. Esa es la sociedad civil eficiente y decente. 

Lo que no sirve es la sociedad política colonial. En medio del caos los profesionales de la politiquería han prevalecido con toda suerte de trucos, con un código electoral de trucos y con un proceso electoral de trucos. Han logrado, a duras penas, desgastados, raspando, llegar a los puestos de poder. 

El partido en el poder Partido Nuevo Progresista (PNP) tiene la esperanza en una zafra de billones de dólares que pueda distribuir el gobierno federal. Ya veremos si tienen la eficiencia y la honestidad para utilizarlos bien. El problema es “crea fama y acuéstate a dormir”. Han robado tanto, han sido tan incompetentes que nadie les cree, ni entre ellos mismos, que el pueblo desconfía de los políticos profesionales electos. ¿Quien confía si clones de Al Capone o Rasputín gobiernan?

 Producto de este periodo especial de crisis no existe consenso en Puerto Rico. En el 2012 el bipartidismo obtuvo el 96% de los votos. Los grupos minoritarios un poco más del 3%. Hasta entonces el PNP o el Partido Popular Democrático (PPD) obtenía cerca del 50% de los votos, podían ostentar que tenían mandatos para gobernar, excepto en el 2004 de gobierno compartido. En el 2016 obtuvieron 81% bajaron un 14%, el PNP obtuvo 42% y el PPD 39%. Los grupos minoritarios un 19%. En el 2020 el bipartidismo obtuvo 65% y los partidos minoritarios 35%. El PNP 33% y el PPD 32%. los grupos minoritarios 35%. 

El PNP ganó la gobernación y comisaría, pero perdió la mayoría en la Cámara y el Senado. Los partidos minoritarios e independiente obtuvieron por vez primera cuatro (4) representantes -Dos (2) el Movimiento Victoria Ciudadana (MVC), Uno (1) el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP)  y  uno (1) el Partido Dignidad (PD). Y cinco (5) senadores -dos (2) el MVC, uno (1) PIP, uno (1) el PD y uno (1) independiente (Vargas Vidot). Tienen las condiciones para cabildear y negociar si son eficientes y actúan en común acuerdo y no movidos por protagonismos partidistas, que ha sido la onda siempre.

No solo los partidos mayoritarios del bipartidismo han sido ineficientes. Los partidos minoritarios han sido también ineficientes. Como nadie habla de la viga en el ojo propio, pues más que estar dando loas, y elogios que cansan, debemos identificar las deficiencias,  porque solo así, reconociéndolas, se estará en condiciones de superarlas.

Los partidos minoritarios fueron tan ineficientes que no lograron unirse. Si se hubieran unido hubieran ganado las elecciones con un 35% de los votos. En vez de establecer un puente de diálogo, lo que hubo en el proceso electoral fueron polos de acosadores, difamadores de encargo, mercenarios, sectarios, intolerantes. Esa dinámica ha sido una de las más perniciosas de nuestra historia. Un pueblo que en medio de las tragedias y la crisis de un periodo especial, que está tratando de parir un liderato nuevo que le gobierne, lo que ha visto es un liderato emergente, minoritario incapaz de unirse para llegar al gobierno. Y a todo aquel que haya señalado críticas a esas dinámicas perniciosas, el liderato o políticos profesionales emergentes le declaró la guerra. 

Las heridas producidas por este proceso caníbal electoral han sido nefastas. No se pueden esconder debajo de la alfombra. Y cambiar de la mueca del odio a una sonrisa no sincera, al silencio, a decir que aquí no pasó nada, sería bochornoso. Hay que reconocer los errores. Solo reconociéndolos el pueblo confiará en los nuevos dirigentes que clama nazcan y se desarrollen. 

Así que ha habido graves ineficiencias y fraudes en los politiqueros profesionales del bipartidismo y por eso se han achicado tanto. Y ha habido ineficiencias en los lideres de los partidos minoritarios y por eso con mayoría agregada de votantes no llegaron a gobernar. 

3. Reflexiones sobre el futuro 

Nuestro pueblo no tolera más incompetencias. No tolera acosos, difamaciones, ataques. Exige si debate respetuoso de ideas, pues siempre habrán diferencias que discutir. No debe haber discusiones personalistas, acusando a estadistas de ignorantes asimilaos, ni de estadolibristas brutos, ni de izquierdistas castristas comunistas sediciosos. Hay que desarrollar espacios de diálogo respetuoso en el que cada cual exponga sus ideas en los méritos, que señale las fortalezas propias y debilidades ajenas, con estudios, datos, estadísticas. 

Hace falta estudiar, dialogar  e instrumentar dos grandes contratos sociales. Un gran contrato social para administrar dentro del orden colonial las  reformas universales y necesarias. Todos los partidos minoritarios las plantearon en sus programas, pero por separado y fragmentados. 

Hay que estudiar, dialogar e instrumentar un gran contrato social para la descolonización de Puerto Rico. Todos los partidos minoritarios plantearon la asamblea nacional de delegados-deficiente por emanar solo del derecho positivo imperial bajo la ley 600-como mecanismo descolonizador. Pero cada cual fue con una variante con discrepancias procesales menores, pero por separado y fragmentados. (1)

El MVC intenta agrupar dentro de su seno ambos contratos sociales, con todas las tendencias de estatus a su interior. Pero no se escuchan debates de ideas en el MVC. Sus tendencias estadistas, indepedentistas y libre asociacionistas, son mudas, bonsai. No se ha cultivado el debate fraternal y público que prepare el escenario, educación y consensos para una asamblea nacional que apruebe las rutas partidistas. Tienen un órgano periodístico nuevo, La Revista Ciudadana. Muy buena inciativa pero totalmente insuficiente pues es más una carta organizativa o programática interna que institución cultural de amplios debates. Ojalá y evolucione. 

Ojalá y el MVC logre desarrollar tres tendencias dignas de las diversas corrientes de estatus. Corrientes que no pueden ser mendigas. Una corriente estadista digna es aquella que parecida a la de los rubios del plan Tenessi original del 1796, que, basados en el derecho natural, celebraron una asamblea constituyente y sus delegados le reclamaron al Congreso o nos dan la Estadidad o declaramos la independencia. Tenían mira y mecha corta. Los lideres   estadistas del PNP son mendigos eternos, no les importa cuantas veces el amo imperial les desprecie e ignore su reclamo, porque en realidad no les importa Puerto Rico sino llegar al menguado poder de la colonia para el peculado de los fondos públicos. 

Una corriente digna estadista plantea si no nos dan la Estadidad o la ignoran en un término de caducidad de 2 años de constituida la asamblea nacional de delegados, declaramos la independencia junto a los demás delegados. 

Los lideres  del PPD son méndigos eternos, no les importa el rechazo de sus fueros autonómicos. No les importa Puerto Rico, sino usufructuar los fondos públicos. Una corriente digna del soberanismo es aquella que reclama el protectorado y si es rechazado o ignorado  el tratado de libre asociación dentro del término de caducidad de 2 años de constituida la asamblea nacional de delegados, declaran la independencia junto a los demás delegados. 

Una corriente digna independentista dirá en todos los espacios y frentes que el derecho a la plena independencia de una nación fuerte y vigorosa como la boricua  es imprescriptible, eterno, no sujeto a renuncia por ninguna generación, porque tal derecho pertenece a las generaciones del futuro y por tanto existe el derecho a la secesión. 

Esas serían tendencias dignas, una nueva especie, como vampiros que toman agua y no sangre. Sugiero con mucho respeto se instrumente un contrato de la dignidad, de las tres tendencias dignas,  como requisito para ser miembro del MVC. Ojalá y al interior del MVC se debata y acuerde un contrato digno de estas tres tendencias. Es esencial para su desarrollo y salvación como partido de futuro. 

Ojalá los partidos minoritarios acojan estos dos contratos: el de las grandes reformas y el de la asamblea nacional de delegados bajo el derecho natural a la descolonización y autodeterminación. 

Ojalá y los partidos minoritarios reconozcan lo nefasto del canibalismo partidista o electoral , lo repudien públicamente y entierren para siempre. 

Ojalá y los partidos minoritarios logren desarrollar una nueva cultura, un nuevo proyecto moral que enfatice en los asuntos que nos unen para dar juntos luchas en las calles y acudir unidos en una alianza-como sea, ya sea dentro de un nuevo partido- sino se ha derogado la prohibición legal de las coaliciones- o en un frente amplio si fruto del poder del cabildeo legislativo y eficiente en común por los 9 parlamentarios. o fruto de un litigio, se deroga tal prohibición, para acudir unidos a los próximos comicios.

Nota:

(1) Acostumbro dialogar sobre  mis escritos con mis amigos lectores internautas.  El presente escrito lo publiqué por la red social de Facebook. Un lector hizo el siguiente comentario y ocurrió el siguiente intercambio que reproduzco:

“Nada nuevo que no haya dicho antes.

Dos puntos.

(1) insiste en una unidad de minorías abstracta, por ser minorías.

La unidad se tiene que dar sobre IDEAS que se compartan y se puedan presentar en un programa político coherente.

(2) se insiste en las » corrientes de status» y la solución del mismo a través de una Asamblea, que ahora llama nacional y antes le llamaba de status. El mismo perro con diferente collar.

En las colonias solo existen DOS corrientes: Independentistas vs Colonialistas.

Esa contradicción colonial se resuelve a través de la Resolución 1514(xv) de la ONU y que es el derecho internacional vigente.

Lo demás son mecanismos procesales colonialistas que no tienen concenso aquí ni el aval de la metrópolis colonialista.”

Mi respuesta a ese comentario fue la siguiente: 

“No has leído con detenimiento ni con ánimo no prevenido lo que escribí hoy y lo que he escrito. Cuando hablo de unidad lo hago sobre programas comunes de reformas, eso está muy claro y no quisiste leerlo. 

En cuando a la independencia no la va a traer ni la ONU ni ninguna resolución 1514. Esa resolución establece unos parámetros dentro del derecho internacional. Ya se han aprobado 38 resoluciones del Comité de Descolonización y ni siquiera ha pasado el asunto a la Asamblea General y tampoco la Asamblea General de la ONU decretará ni conquistará  nuestra independencia. Es la conciencia colectiva de la nación puertorriqueña, convencida, organizada, con la potencia necesaria para causarle un problema geopolítico a EU, la que la hará posible en una lucha popular prolongada.

Y para llegar al estadio de una asamblea constituyente, parte de ese proceso prolongado-que bastante he escrito sobre eso-que tenga masas detrás que la respalden,  se necesitan maquinarias virtuosas políticas, partidos y grupos y frentes  que la convoquen y le den la potencia necesaria. Y eso no basta porque mira que los cubanos bajo el colonialismo español celebraron 4 asambleas constituyentes desde 1868 hasta 1895, potenciadas en la segunda guerra por la organización del Partido Revolucionario de Cuba y el ejército mambí y aún así frente a la muerte de sus cuadros dirigentes, la invasión norteamericana y la traición de Estrada Palma desembocan en el Protectorado y la Enmienda Platt.  

Tres años estuvo Martí al mando político del PRC desde su fundación en 1892 hasta mayo de 1895 cuando lo abaten en Dos Ríos. Y tres años estuvo en la sucesión del mando Tomás Estrada Palma de 1895 hasta diciembre de 1898 luego de la firma del Tratado de París cuando disuelve el Partido Revolucionario Cubano, y transcurren 61 años de lucha popular prolongada, con los más variados medios éticos, en diversas etapas antidictaduras, anti oligarquía y antineocolonial hasta llegar al 1959, proceso que continuó y continúa. 

Porque la liberación de una nación y su desarrollo en sistemas económicos, sociales y políticos son procesos prolongados, de avances, atrasos y derrotas. En nuestro caso ha sido un proceso de lucha popular prolongada, con el uso de todos los medios éticos disponibles, con derrotas, logros, avances, retrocesos. 

Nunca hemos celebrado una asamblea nacional constituyente que se inserte en nuestro más que centenario forcejeo por nuestra libertad. Los cubanos pueden alardear que su proceso constituyente se remonta desde 1868 hasta la última asamblea que celebraron en el 2021. 

En esta etapa de nuestra lucha predominan unos medios sobre otros y por esos son éticos siempre que adelanten nuestra meta de alcanzar la independencia. Pero como no hay recetas ni cálculos, ni reales academias del derecho internacional, ni resoluciones que dirijan ni instrumenten nuestro proceso liberador anti colonial y solidario, lo tenemos que timonear nosotros según se incorporan las experiencias del proceso en el pasado, se crean, analizan y mejoran las nuevas que van surgiendo, las estudiamos para mejorar lo que haya que mejorar. 

Atiendo los temas de hoy porque hay que pasar un balance crítico y auto crítico de lo que se hizo, sobre todo en el frente del medio electoral. Aquí cada cual contribuye con su pequeña gotita de agua para configurar el mar de lo que será nuestra libertad. Pero nadie puede pretender confundir su gotita de saber con ese mar que será obra de todos.”

José Nicolás Medina Fuentes. Abogado, profesor, escritor de múltiples ensayos, autor del libro La Deuda Odiosa y la descolonización de Puerto Rico (Publicaciones Libre Pensador, 2018), egresado de Harvard, Magna Cum Laude (1987)