El muro de silencio mediático que Estados Unidos ha levantado alrededor de la lucha independentista de Puerto Rico se resquebrajó un poco durante la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), realizada en Costa Rica, aunque fuera de una manera un tanto atropellada. La intervención del presidente del Partido Independentista Puertorriqueño […]
El muro de silencio mediático que Estados Unidos ha levantado alrededor de la lucha independentista de Puerto Rico se resquebrajó un poco durante la III Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), realizada en Costa Rica, aunque fuera de una manera un tanto atropellada.
La intervención del presidente del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Rubén Berríos Martínez, en la plenaria de la Cumbre, realizada a fines de enero, significó una presencia importante de la voz puertorriqueña en ese tipo de eventos políticos, con todo y que el presidente de Nicaragua Daniel Ortega violó normas de procedimiento para cederle su turno a Berríos frente al micrófono y la polémica que generó esto.
En su intervención, Berríos expresó: «Es hora que la CELAC pase de la palabra a la acción». Lamentablemente la discusión sobre la situación de Puerto Rico durante la CELAC no pasó del forcejeo político entre los países que apoyan la libre determinación e independencia de la isla y los que, al mantenerse al margen perpetúan el silencio y la marginación del tema.
El primer grupo de países estaría compuesto por los que conforman la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP); léase Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua y Ecuador; y el segundo, identificado con la Alianza del Pacífico, que lidera EE.UU. (Chile, Colombia, México y Perú).
Voces Nuestras conversó sobre la cláusula que legaliza el imperialismo y otros temas con Wilma Reverón Collazo, abogada y co presidenta del Movimiento Independentista Nacional Hostosiano de Puerto Rico, la mañana del miércoles 28 de enero durante el Encuentro Social por la Patria Grande, organizado en las inmediaciones de la Universidad de Costa Rica, al mismo tiempo que la Cumbre de la CELAC.
· ¿A qué tipo de resolución sobre Puerto Rico se esperaba llegar durante esta Cumbre?
-«Lo que se estaba discutiendo era el lenguaje que iba a incluir la declaración sobre Puerto Rico. En la última cumbre, celebrada en La Habana en enero del 2014, el lenguaje que se aprobó eran tres párrafos, que básicamente lo que dicen es que van a reconocer y adoptar como posición de la CELAC las resoluciones que ha emitido el Comité sobre Descolonización sobre el caso de Puerto Rico. Esas resoluciones incluyen lo más importante para nosotros en este momento que es la solicitud de excarcelación de nuestro prisionero político en Estados Unidos, Oscar López Rivera. También se solicita que el caso de Puerto Rico se eleve a la Asamblea de las Naciones Unidas, porque fue esa Asamblea la que adoptó en 1953 la resolución que dice que Puerto Rico ha obtenido atributos de soberanía y que por lo tanto Naciones Unidas no tiene que intervenir. Todo eso ha resultado ser una farsa, como lo evidencian los propios documentos de EE.UU.; lo dicen bien clarito: que la soberanía de Puerto Rico continúa bajo el congreso de los EE.UU. Aspirábamos a que la CELAC hiciera más aparte de decir que se comprometen a seguir trabajando en el marco del derecho internacional para lograr que la región de América Latina y el Caribe sea un territorio libre de colonialismo. Nosotros queríamos que fuera algo más concreto. Estábamos pidiendo específicamente que la CELAC dijera: EE.UU. libera y excarcela a Oscar López Rivera a pedido de la CELAC y que la CELAC le pidiera a la Asamblea de las Naciones Unidas que retomara el caso de Puerto Rico».
· ¿Qué pasó al final dentro de los salones de la Cumbre?
-«Pues nada de eso se pudo lograr porque hubo serias diferencias y porque hay un grupo dentro de la CELAC que plantean que esto es un asunto de autodeterminación y que eso debe decidirlo el pueblo de Puerto Rico porque si no, sería ser injerencista. Y hay otro grupo que dice que no, que hay una resolución que dice que hay que acabar con el colonialismo y que ya es tiempo que EE.UU. acabe con la situación colonial de Puerto Rico».
· ¿Cuál es el primer grupo?
-«Eso nunca lo dicen porque hay un acuerdo de confidencialidad».
· Se ha descrito la situación crítica que vive la población de Puerto Rico como consecuencia de las restricciones políticas y económicas que enfrenta como colonia. ¿Cuáles son algunos ejemplos de políticas económicas estadounidenses que fomentan la dependencia?
-«Como toda colonia, no tiene poderes políticos para tomar decisiones sobre su vida. Por ejemplo, en Puerto Rico si usted quiere poner una radio tiene que ser aprobada una licencia de la Federal Communications Commission (FCC), una agencia estadounidense; igual para poner un canal de televisión. Si usted quiere importar o exportar de Puerto Rico, todos los productos van a entrar y salir a través de la aduana de los EE.UU. Más aún, los puertorriqueños sólo podemos utilizar la marina mercante de EE.UU., que es la más cara del mundo y dado que somos isla, todo lo tenemos que importar y exportar a través de barcos y por supuesto eso tiene un impacto inflacionario en todo nuestro nivel de vida. En la canasta básica por ejemplo, Puerto Rico importa el 85% de lo que se consume porque nuestra agricultura fue destrozada por las decisiones que tomó EE.UU. Cuando ellos llegaron en 1898, la agricultura en Puerto Rico representaba más de un 35% del Producto Interno Bruto (PIB). Al día de hoy la agricultura no llega al 1%; por lo tanto todos nuestros alimentos tienen que ser importados y ¿a quién se los compramos? Pues a EE.UU., a través de la aduana de EE.UU. y aprobados por EE.UU. Recientemente el gobierno de Puerto Rico decidió que iba a comprar arroz, que es producto clave de nuestra canasta básica -que no lo producimos sino que lo importamos-. Y se había llegado a un acuerdo con la República Dominicana para traer una semilla de allá porque ellos tienen exactamente el mismo clima que nosotros. Pues la agencia de alimentos de EE.UU. no aprobó que se comprara la semilla a la República Dominicana y hubo que comprarla a uno de los productores de arroz de Texas».
· Entendemos que el colonialismo en el contexto de Puerto Rico también ha sido ambiental. ¿Podría hacer una reflexión sobre el impacto en el medio ambiente y en la salud de la población?
-«El resultado de estas políticas económicas, decisiones que se han tomado todas por EE.UU., ha sido no solamente la destrucción de nuestra agricultura sino que también se ha creado una cultura de dependencia. En la década de los 50s y los 60s se hablaba de que Puerto Rico había sido un milagro económico. En los años 70s la manufactura comenzó a desaparecer porque con la globalización que conocemos las compañías norteamericanas manufactureras que había en Puerto Rico comenzaron a migrar a Asia y otros países del mundo para buscar mano de obra más barata, así que también desapareció la manufactura. Entonces nos impusieron industrias altamente contaminantes como el próximo modelo de desarrollo económico, como las petroquímicas y las farmacéuticas, prometiendo que iban a crear miles de empleos, lo cual nunca sucedió. Las petroquímicas finalmente decidieron hacer ese proceso en otro lado y donde quiera que alguna vez hubo una petroquímica lo que hay ahora es una destrucción ambiental. Allí parece prácticamente un paisaje lunar lleno de chatarra oxidada y son comunidades con alta incidencia de enfermedades respiratorias y tierras contaminadas. Las farmacéuticas también han ido desapareciendo porque una vez que se vencen las patentes han ido cerrando sus operaciones en Puerto Rico. En los mapas de EE.UU. Puerto Rico aparece como uno de los sitios que se conocen como ‘superfund’, que es un fondo que se habilita para las comunidades que han sido adversamente afectadas por operaciones químicas. Puerto Rico es uno de los lugares con la contaminación más alta dentro de la jurisdicción de EE.UU. Las resoluciones del Comité de Descolonización también incluyen solicitudes a EE.UU. para que cese la forma en que está trabajando la descontaminación de las playas de Vieques. La Marina de EE.UU. se fue de Vieques en el 2003 y tienen que descontaminar las playas de todas las bombas sin explotar que dejaron. Entonces hay una controversia porque si lo hacen a cielo abierto siguen esparciendo todos esos químicos que tanto daño le han hecho a la población, una población donde el 27% ha padecido algún tipo de cáncer, además de otros problemas respiratorios».
· El movimiento que lucha por la independencia de Puerto Rico ha denunciado constantemente las persecuciones y represiones por parte del gobierno de EE.UU. ¿Podría comentar un poco sobre este movimiento de liberación?
-«Dentro de ese contexto tú tienes un movimiento independentista que ha estado luchando contra cada una de esas políticas, esas decisiones de EE.UU., tratando de llevar un mensaje de educación al pueblo. Pero ha sido un movimiento independentista que ha sido perseguido ferozmente y ni CNN, ni ABC ni CBS van a informar sobre cosas que ocurren en Puerto Rico. El liderato del Partido Nacionalista estuvo encarcelado en los años 30s, al igual que el liderato del Partido Comunista. Don Pedro Albizú Campos, líder máximo del Partido Nacionalista fue irradiado con ondas radioactivas mientras estaba en la cárcel, lo que finalmente lo llevó a la muerte. Ha habido personas desaparecidas, entre ellas un compañero cubano, que pertenecía a la Brigada Antonio Maceo en Puerto Rico; desapareció y nunca se supo absolutamente nada de a dónde fue a parar su cuerpo. En los años 70s gente del exilio cubano se puso de acuerdo con autoridades de EE.UU., con el FBI, con la Marina y el sector anexionista en Puerto Rico y empezaron una campaña de poner bombas en las casas, tirotear y asesinar. Le asesinaron el hijo a Juan Mari Brás, que fue el líder más importante de la nueva lucha por la independencia, y que murió recién en el 2010. Le pusieron bombas al periódico Claridad, tirotearon a compañeros del periódico. Hubo compañeros a los que les quemaron sus negocios, como a la familia Nazario, y hubo listas de compañeros a los que les quemaron sus apartamentos, condominios. Y los casos siguen todos sin resolver».
· Se sabe que el gobierno de EE.UU. ha ignorado las numerosas peticiones de la ONU para que descolonice a Puerto Rico y que para aparentar que quiere descolonizarlo, favorece el uso de plebiscitos para saber lo que quieren los puertorriqueños. ¿Qué pasó en el último plebiscito de noviembre de 2012?
-«A Puerto Rico se le define como un territorio no incorporado. Eso no existe en la constitución ni en ninguna ley. Eso es un invento del Tribunal Supremo de los EE.UU. Lo que existe es una cláusula de la Constitución de EE.UU., que es la cláusula territorial, que es la que dice que EE.UU. tiene el derecho a adquirir y poseer territorios, a disponer de ellos, a establecer las leyes; o sea, esa es la cláusula que legaliza el imperialismo. Esa cláusula lo que dice es que la soberanía de Puerto Rico le pertenece al Congreso de los EE.UU. Ese plebiscito tuvo dos preguntas. La primera era preguntándole al pueblo puertorriqueño si quería permanecer bajo una condición territorial bajo los EE.UU. El 54% de las personas contestaron que no, porque el sector anexionista que es grande en Puerto Rico y que representa un 46% de la población, pidió a su militancia que votara que ‘no’, porque los estados no están bajo la cláusula territorial (…) Nosotros en el Movimiento Independentista Nacional Hostosiano creíamos que se le estaba dando una oportunidad al sector anexionista de crear una mayoría artificial a través de la elección y nos negamos a participar en ese plebiscito y llamamos a nuestra militancia a que no votaran. El plebiscito fue más bien un concurso de belleza. Como todos los plebiscitos anteriores, fue no vinculante. Nada se ataba al congreso de los EE.UU. No hay ninguna intención de los EE.UU. de anexar el territorio porque no les conviene económicamente. Los grandes intereses están muy cómodos evadiendo pago de contribuciones en EE.UU. al tener sus operaciones en Puerto Rico».
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