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Evaluación de la docencia en El Salvador

Fuentes: Rebelión

Introducción La importancia del artículo radica en la necesidad de dimensionar los efectos negativos que causa la ausencia de una política pública, encaminada a elevar el nivel de la calidad académica del sistema educativo salvadoreño. En El Salvador, cuando se piensa en mejorar la educación se centra en la infraestructura y la currícula, no existe […]


Introducción

La importancia del artículo radica en la necesidad de dimensionar los efectos negativos que causa la ausencia de una política pública, encaminada a elevar el nivel de la calidad académica del sistema educativo salvadoreño. En El Salvador, cuando se piensa en mejorar la educación se centra en la infraestructura y la currícula, no existe de forma marginal la consideración de tomar en cuenta la evaluación de la docencia. Por el lado de las organizaciones gremiales docentes sus reivindicaciones se limitan al aumento salarial y mejorar sus intereses de asociación.

El hecho de que no se valore la evaluación de la docencia en el sistema educativo nacional, por las instancias gubernamentales, universidades, asociaciones de profesores, padres de familia, «especialistas en educación», etc., puede tomarse como un indicador del bajo nivel de los estudios académicos universitarios que ostentan los funcionarios y sindicalistas de la educación, claro, en este rublo no podemos considerar una parte de las instituciones de la empresas privadas que han comercializado la educación, puesto que su participación en la educación es con fines comerciales y no prima la calidad en la formación académica.

El propósito del artículo es dar a conocer la importancia de la evaluación de la docencia en el sistema educativo salvadoreño, el pilar fundamental de la educación es el nivel de la enseñanza, y para que esta sea de nivel aceptable, necesariamente se tiene que analizar la formación de maestros, la contratación de los mismos, capacitación y actualización permanente de los docentes, los recursos disponibles pedagógicos y didácticos, asimismo la parte salarial.

La importancia de la evaluación docente no se ha abordado por falta de voluntad política y por conflictos de intereses económicos, fijar reglas de calidad en los centros de formación docente significa, que la educación deje de ser negocio de enriquecimiento multimillonario de los dueños ciertas universidades. Por el otro lado, los docentes están en su sitio de confort, sin que se les evalúen de forma profesional y sistemática.

La evaluación docente una necesidad

En El Salvador históricamente no ha existido cultura de evaluación de la educación, contraloría social ni de rendición de cuentas, la lógica de los gobiernos de derecha se circunscribió en no brindar educación de calidad, la deficiente educación sirvió de base para mantener el subdesarrollo del país. El sistema educativo nacional público ha correspondido al modelo económico neoliberal.

La educación pública no ha sido prioridad, por razones económicas y políticas, aunque a nivel de retórica se ha expresado preocupación por la baja calidad y deficiente cobertura del sistema educativo nacional, mientras tanto, la problemática no se resuelve, se han realizado préstamos a organismos internacionales para efectuar diagnósticos y ejecutar algunos programas, y al final, los beneficiados fueron los proveedores de bienes y servicios, cada gobierno inaugura su propio programa educativo.

Al introducir la evaluación en la educación del sistema público, es probable que algunos profesores se sentirán amenazados de realizar cambios en la praxis pedagógica y en el quehacer educativo en general, y verán en peligro su «comodidad» en el ejercicio de la profesión.

No obstante, algunos profesores de educación del sector público también trabajan para centros de educación privados, y en esas instituciones por lo general, los evalúan periódicamente los estudiantes, los pares, el director y los padres de familia.

El prestigio en algunos casos de la educación privada en particular las instituciones escolares bilingües, estriba en la calidad de la educación que reciben los estudiantes, pero detrás de ese logro visible se ve reflejado posteriormente en las notas obtenidas por los estudiantes en la denominada Prueba de Aprendizaje y Aptitudes para Egresados de Educación Media (PAES).

La cultura de la evaluación, entre otros, sirve para la mejora continua del desempeño docente, es la base que sostiene el prestigio de algunas instituciones privadas de educación.

La creación de la cultura de la evaluación al docente implantaría la mejora continua de su desempeño, ya que una vez que se evalúa y se conocen sus habilidades y destrezas se puede iniciar un proceso de mejora.

Según la Ley General de Educación, en el artículo 56, la evaluación educativa será un insumo que les permitirá a las autoridades del Ministerio de Educación (MINED), para tomar las medidas oportunas y pertinentes en el:

  1. Proceso de enseñanza aprendizaje

  2. Diseño y desarrollo del currículo

  3. Los programas y proyectos de apoyo al proceso educativo

  4. La definición de políticas públicas y,

  5. Aspectos organizativos o administrativos.

No obstante, el bajo nivel de rendimiento académico obtenido por los estudiantes de bachillerato del sistema público, por años consecutivos, no se han realizado transformaciones estructurales en ninguno de los literales señalados.

En este mismo orden, la Ley de la Carrera Docente, en el artículo 25 y 26, define escuetamente la evaluación del ejercicio de la carrera docente, y dice: «El ejercicio de la carrera docente estará sometido a evaluación permanente, a fin de conocer méritos, detectar necesidades de capacitación o recomendar métodos que mejoren su rendimiento en la docencia». No obstante, el MINED no realiza la evaluación de la carrera docente.

Además, en la ley en mención se establece que la evaluación comprenderá:

  1. Preparación profesional

  2. Aplicación al trabajo

  3. Aptitud docente.

En el último año de la gestión gubernamental del ex presidente Antonio Saca, se elaboró la Normativa de Funcionamiento Documento 5, en ella se estableció que los directores de las instituciones educativas del sector público iban a realizar al año dos evaluaciones del desempeño docente y administrativo, con el propósito de mejorar la formación de los estudiantes.

Según la Normativa, la evaluación del desempeño de cada docente tenía nueve ítems1. No obstante, las evaluaciones no se llevaron a cabo.

Salvador Sánchez Cerén presidente de El Salvador prometió en el Programa de Gobierno del FMLN para la gestión 2014-2019, que iba a implementar: «un moderno sistema de evaluación docente y su retroalimentación para la mejora de conocimientos y capacidades, con estándar internacional».

En El Salvador, el desempeño docente en el sector público de educación no es evaluado por el MINED, tampoco por el director de la institución educativa, estudiantes ni padres de familia, de igual manera no se evalúan si los programas de estudio están acordes a las necesidades que tiene la nación o si cumplen con el perfil del ciudadano que se quiere moldear para un nuevo país.

Además, la figura del profesor en El Salvador tiene una connotación negativa entre la ciudadanía, algunos padres de familia los consideran culpables del bajo rendimiento académico de sus hijos, perezosos porque la mayoría de ellos no se actualiza ni continúa estudios de especialización. Según el PNUD en el Informe sobre Desarrollo Humano El Salvador 2013, la profesión de docente «es vista de menos».

El profesor salvadoreño es percibido por la población como haragán e irresponsable con el agravante que consideran que estudió la carrera más por necesidad económica y estabilidad laboral que por vocación. «Estudios internacionales como los de Reimers (1995), Martinello (1999), Cox y Ureta (2003), y Schiefelbein et al. (2005) culpan al profesorado salvadoreño, a su práctica pedagógica y a su pobre formación, como agentes directos del fracaso escolar de los estudiantes».

Esta percepción, entre otros, se debe a que las instituciones de educación superior que ofrecen la carrera universitaria de profesorado, lo que les importa es que el estudiante pague la cuota mensual de colegiatura para graduarse, no la calidad de la formación académica.

El Estado salvadoreño tiene la infraestructura para brindar la carrera de profesorado, asimismo la potestad para exigir requisitos de ingreso, y establecer la calidad académica con estándares internacionales en la formación de profesores, sin embargo, los gobiernos salvadoreños han preferido que las universidades formen a los profesores. Al elevar la calidad en la formación docente de los profesores, incidirá directamente en la mejora del desempeño docente y en el rendimiento escolar de los estudiantes.

Según Ángel Antonio Alfaro, docente y coordinador del servicio social del Colegio Nazaret, habría que evaluar el desempeño docente en el aula para observar si realmente coincide el contenido de las cartas didácticas con el desarrollo de la clase, «porque muchas veces los docentes preparan muy bien el guion, pero no lo hacen ellos, los preparan otras personas y cuando el docente lo va desarrollar, no tiene las competencias requeridas».

Sí algunos profesores no planifican sus clases, se pone en entredicho la preparación previa para desarrollar los temas programáticos, esta situación obedece a la deficiente formación académica que se da en las universidades y en los institutos especializados, lo que amerita la revisión de los planes y programas de estudio de formación profesional de las instituciones en mención.

De acuerdo con Carlos Canjura Linares Ministro de Educación de El Salvador, «Nuestro sistema educativo tiene en ese sentido un gran descuido, en la formación de maestros, eso es lo que estamos tratando de modificar, el sistema de formación de maestros».

En estudios realizados ha demostrado que las instituciones exitosas son las que contratan profesores con buena preparación profesional, lo que incide en la elevación del rendimiento de los estudiantes, no obstante, esta política es de carácter particular y no responde a la aplicación de una política pública, impulsada por el MINED a nivel nacional.

En El Salvador, para solicitar una plaza de profesor en el sistema educativo nacional, lo único que hace el aspirante es presentar su documentación, y se le comunica si es aceptado; no se le hacen pruebas de suficiencia pedagógica, conocimiento, vocacional, sicológica, etc.

La deficiente formación académica del docente dificulta la renovación pedagógica, asimismo la elaboración de materiales para la enseñanza con el propósito de que sea dinámica, participativa, interesante y facilite el aprendizaje del estudiante, en general la deficiencia incidirá en la aplicación de metodologías en la práctica profesional.

Con esta situación, cumplir a cabalidad la ejecución de los temas del programa de estudios es sumamente difícil, de igual forma, tratar de elevar la calidad del sistema educativo únicamente a través de rediseñar la currícula educativa; en este contexto la formación de las características que el profesor debiera de inculcar al joven para cumplir con el perfil de ciudadano que se quiere formar, es prácticamente ilusorio.

Otro elemento que tiene importancia es la no existencia de un sistema de promoción e incentivos salariales que motiven a los profesores a realizar capacitaciones y especialización por su cuenta, como una cultura de los docentes del sistema educativo nacional.

En este mismo orden, el equipamiento tecnológico incide también en el desempeño docente, la institución al contar con un equipo suficiente, óptimo y un profesor actualizado tecnológicamente inducirá un excelente rendimiento escolar; lo que hace necesario el mantenimiento adecuado al equipo y planes de actualización permanente a los docentes.

El equipo tecnológico que ha adquirido relevancia por su importancia en la educación es el uso de computadoras, internet y los cañones, lo que no significa que las bibliotecas y los laboratorios hayan dejado de ser importantes para la realización de tareas y de investigaciones escolares, hay que tomar en cuenta que algunos jóvenes son nativos informáticos. En El Salvador, solo 1700 escuelas tienen computadoras de 5400 instituciones.

Por otra parte, el rol que desempeña la familia como agente de socialización primario2, en la formación de valores sobre los cuales se erigirá el comportamiento del estudiante es muy importante, por el efecto que pueda tener el desempeño docente en el rendimiento escolar del estudiante.

En El Salvador, no existe la evaluación del sistema educativo, sin embargo, parte de la población la confunde con el examen estandarizado de la PAES, como una evaluación integral de la educación nacional.

La PAES evalúa a los estudiantes en una escala de 0.0 a 10.0 que han terminado la educación media, es un requisito de graduación, mide el logro de las competencias en Matemáticas, Estudios Sociales, Lenguaje y Literatura y Ciencias Naturales, desde 2013 se evalúan las habilidades cognitivas, procedimentales o de proceso y las habilidades socioemocionales (Ministerio de Educación de El Salvador, 2014, p. 5).

La PAES da un insumo que obviamente no es perfecto, pero determina un número, que es un indicador de lo que el estudiante ha adquirido como conocimiento y habilidades, asimismo lo que la institución le ha proporcionado, se convierte en un parámetro que indica el avance del estudiantado como de la institución a través del año lectivo, así como de la posición en que se sitúa a nivel nacional en relación con las otras instituciones de educación media.

La PAES en El Salvador es un diagnóstico que desde 1997 ha evidenciado que la calidad de la educación es de bajo nivel, y no hace únicamente referencia al desempeño docente, porque aquí se toma en cuenta desde el presidente del país, ministro y funcionarios de educación, directores, formación de maestros, capacitaciones, programas de estudios, materiales educativos, metodología didáctica, infraestructura, ambiente escolar y lo demás que implica y contiene el sistema educativo nacional.

No obstante, los repetitivos resultados negativos de la PAES hasta la fecha, no se ha realizado una reforma educativa, encaminada a mejorar la educación y la formación del perfil de los futuros ciudadanos del país.

La PAES carece de seriedad en una parte de la población, por ser solo un requisito para graduarse de educación media, y no se exige para ingreso a las universidades, únicamente para estudiar profesorado, el estudiantes debe haber obtenido un 7.0 como mínimo, tampoco se toma en cuenta para ingresar a estudiar a instituciones especializadas, ni para conseguir trabajo, con el agravante, que tampoco el MINED la adopta como un insumo para realizar cambios estructurales en el sistema educativo nacional, esta situación ha dado como resultado desmotivación entre los estudiantes y restarle importancia a prepararse para efectuar la prueba.

En más del cincuenta por ciento (Campos Morán & Navarrete, 2014, p. 127) de los estudiantes de centros de enseñanza de educación media del sector público se les imparten clases extras con la finalidad de preparar a los estudiantes para efectuar la PAES, pero éstos no las consideran como obligatorias.

Teóricamente, la PAES debería alentar una competencia entre las instituciones de enseñanza de educación media del sector público, por obtener los mejores puntajes a nivel nacional, lo que les permitiría adquirir prestigio, entre otros, por la calidad de la enseñanza docente, las condiciones pedagógicas y de infraestructura del centro educativo.

El resultado de la PAES en los últimos diez años ha sido de reprobación continua con una nota promedio de 5.29, la calificación en El Salvador en el sistema educativo nacional de aprobación es de seis.

Cuadro No.2

Promedios nacionales de la

Prueba de Aprendizaje y Aptitudes para Egresados de Educación Media

(PAES)

 

AÑO

 

PROMEDIO

2005

5.0

2006

5.5

2007

5.9

2008

6.2

2009

4.9

2010

5.1

2011

4.8

2012

5.0

2013

5.3

2014

5.2

2015

5.3

2016

5.2

 

Fuente: Elaboración propia con datos proporcionados por el Ministerio de Educación de El Salvador

Es de hacer notar, que como no ha existido una cultura de evaluación del desempeño docente, la actual situación de mediocridad es alarmante y caótica, pero es así como se ha hecho por decenios, los docentes ya convirtieron esta situación en una posición cómoda.

Al plantear la evaluación del desempeño docente en el sector público, lo más probable es que los profesores la tomen como una amenaza que pone en peligro la forma de impartir clases y su estabilidad laboral, es decir, en lugar de apoyar, la combatirían, al calificarla de propuesta política, lo que impulsaría las acciones sindicales y magisteriales en contra.

En El Salvador, en las últimas tres décadas hemos observado que las organizaciones magisteriales se han distinguido por sus luchas salariales y no por demandar una mejora en el sistema educativo nacional, al contrario del magisterio sudamericano que ha luchado junto con los estudiantes por elevar el nivel de la enseñanza.

Para la instauración de un sistema de evaluación del sistema educativo de El Salvador, es necesario realizar cambios a la Ley General de Educación y a la Ley de la Carrera Docente, para llevar a la práctica la política pública de modernizar, elevar el nivel y ampliar la cobertura de la educación en el país.

Conclusiones

Investigaciones que han realizado especialistas extranjeros han llegado a la conclusión que parte del problema fundamental del bajo nivel del sistema educativo nacional, se debe al deteriorado nivel de la formación de los maestros, asimismo, a la falta de controles reales de calidad en la enseñanza, y sobre todo, a la ausencia de una permanente evaluación del desempeño docente.

Se observa que las leyes sobre educación tienen un rol decorativo y no se hacen cumplir, especialmente en la evaluación del desempeño docente, lo que se puede interpretar como falta de voluntad política o conflicto de intereses, es decir, por corrupción en el sistema. Porque de instaurarse controles en la calidad de enseñanza, perjudicaría la mercantilización de la educación, e iría en contra del modelo neoliberal educativo. La democratización y la actualización del sistema educativo nacional es una cuestión de insubordinación a los organismos financieros internacionales, tales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Baco Mundial, etc.

En este mismo orden, a los sindicatos y gremios docentes no les conviene una reforma educativa que plantee, entre los pilares principales la evaluación del desempeño docente, porque conduciría a una depuración de los maestros que no desarrollan como deber ser su trabajo, a los que tienen comportamiento anti ético e inmoral, y a los que se refugian en esas instituciones para protegerse de que sean destituidos por comportamientos deshonrosos, etc.

En resumidas cuentas, ante una sistematización de la evaluación del desempeño docente, los principales detractores serán los comerciantes de la educación, los defensores del actual modelo educativo neoliberal, los gremios y sindicatos docentes, y los organismos financieros internacionales, por ir en contra de sus intereses, de los privilegios económicos y de la corrupción.

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Notas:

1 a) Que planifique su práctica pedagógica, b) Que en su planificación didáctica y en su práctica implemente los acuerdos establecidos en el Proyecto Curricular de Centro (PCC), c) Que utilice métodos y técnicas didácticas coherentes con el enfoque curricular de la asignatura que imparte, d) Que el material utilizado sea coherente con la metodología planificada, e) Que desarrolle métodos y técnicas de evaluación coherentes con la metodología y enfoque curricular de las asignaturas que imparte, f) Que los logros de aprendizaje alcancen niveles satisfactorios de acuerdo a la escala valorativa planteada por el Ministerio de Educación (MINED), g) Que propicie un clima laboral favorable, h) Que implemente estrategias de organización y ambientación del aula y que ellas favorezcan los aprendizajes, i) Que participe en actividades institucionales y de desarrollo profesional.

2 En El Salvador en las últimas tres décadas ha tenido una fuerte emigración de la población, en especial hacia los EE.UU., ha ocasionado el fenómeno social de la familia desintegrada, los niños y jóvenes se quedan en el país sin sus progenitores, al cuido de un familiar o vecino, con el agravante de la inseguridad y el peligro de reclutamiento por las pandillas juveniles.

Los jóvenes de hogares desintegrados por la emigración o por la violencia en el país, no cuentan con orientación de sus padres ni poseen un hogar formado por un núcleo familiar, este escenario tiene repercusiones en el rendimiento escolar, independiente de un buen desempeño docente.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.