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Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA)

Integración a golpe de megaproyectos

Fuentes: Diagonal

La Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA), un conjunto de megaproyectos orientados hacia un modelo desarrollista y extractivista, es duramente criticado por organizaciones indígenas y sociales. Según defienden, la IIRSA, pese a ser compartida tanto por Colombia o Perú como por los gobiernos de izquierda, perpetúa la lógica capitalista. Surgida en el año […]

La Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA), un conjunto de megaproyectos orientados hacia un modelo desarrollista y extractivista, es duramente criticado por organizaciones indígenas y sociales. Según defienden, la IIRSA, pese a ser compartida tanto por Colombia o Perú como por los gobiernos de izquierda, perpetúa la lógica capitalista.

Surgida en el año 2000 como propuesta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a la reunión de presidentes de América del Sur celebrada en Brasilia a finales de agosto de ese año, la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional de Sudamérica (IIRSA) no sólo ha sobrevivido a la supuesta defunción del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en la Cumbre del Mar de Plata en 2005 -a la que inicialmente iba vinculada-, sino también a los cambios políticos que se han sucedido en los gobiernos de algunos de los países de la región. Desde entonces, la IIRSA ha pasado a convertirse en el eje esencial del proceso de integración regional de los países pertenecientes no sólo al Mercosur o a la Unasur, sino también de la ALBA.

¿Qué es la IIRSA?

La IIRSA es un conjunto de más de 500 proyectos organizados en diez Ejes de Integración y Desarrollo (EID) que, con un costo cercano a los 75.000 millones de dólares, busca eliminar las «barreras» naturales que impiden la libre circulación de las mercancías entre las diferentes «islas» que compondrían la región.

Los EID, además, se estructuran en siete «procesos sectoriales» que buscan organizar el espacio geográfico en base al desarrollo de una infraestructura física de transporte terrestre, aéreo y fluvial -proyectos que representan el 87% de la IIRSA-; de oleoductos, gasoductos, puertos marítimos y fluviales y tendidos eléctricos y de fibra óptica, entre otros. Según datos proporcionados en la XI reunión del CDT, de diciembre de 2009, el 74% de los proyectos presentan avances concretos, con un 10% concluido, un 36% en ejecución y un 28% en preparación. Respecto a los avances en la Agenda de Implementación Consensuada (AIC) 2005- 2010 -que incluye 31 proyectos prioritarios- dos estarían concluidos, 19 en ejecución y 10 en preparación.

Tras la creación de la Unasur, el CDE planteó la necesidad de que la IIRSA se vinculara a la misma, para lo que, en agosto de 2008, se creó el Consejo Sudamericano de Infraestructura y Planeamiento (CIP) de la Unasur, del que se prevé que IIRSA sea «el foro técnico de la planificación y desarrollo de la infraestructura de integración de América del Sur». Uno de los objetivos de la IIRSA es la de vincularse al Proyecto Mesoamérica -antiguo Plan Puebla Panamá- para lo cual Colombia entró a formar parte del mismo en julio de 2006. Además, las últimas reuniones del CDE han contado con la presencia de representantes del proyecto lo que ha permitido avanzar en la conexión de ambas iniciativas en temas eléctricos y de telecomunicaciones, a través de empresas creadas a tal efecto.

«Una dinámica capitalista»

A pesar de que la IIRSA se presenta como un proyecto de «infraestructura sostenible», las denuncias contra sus impactos medioambientales, políticos, económicos, sociales y culturales se han sucedido desde sus inicios. Así, mientras para la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI), la iniciativa constituye un «ecocidio y un genocidio», para el analista Raúl Zibechi, la IIRSA supone «una integración doblemente subordinada: a Brasil, por parte de los países sudamericanos, y del conjunto de la región al mercado y al empresariado mundiales», en tanto refleja un modelo de «integración exógena» dirigida a los mercados externos.

Según Jairo Estrada, profesor de ciencias políticas de la UNAL y director del Instituto Latinoamericano de Servicios Legales Alternativos, la IIRSA implica, además, «una dinámica capitalista muy similar a las lógicas de acumulación originaria de capital, es decir, a las lógicas de acumulación por desposesión». Un expolio que se estaría desarrollando sin consultar a los afectados y sin la realización de estudios de impacto ambiental fiables y que, según la analista Ana Ester Ceceña, iría parejo a la firma de tratados de libre comercio y la militarización creciente de la región.

Decisiones

La IIRSA está coordinada por los gobiernos de los 12 países que la integran a través del Comité de Dirección Ejecutiva (CDE), formado por los ministros de planificación e infraestructura de los estados miembros. A ella se le suman los Grupos Técnicos Ejecutivos (GTE) y el Comité de Coordinación Técnica (CCT), integrado por el BID, la Corporación Andina de Fomento (CAF) y el Fondo Financiero para el Desarrollo de la Cuenca del Plata (FONPLATA), principales financiadores de la iniciativa junto al Banco Brasileño de Desarrollo Económico (BNDES).

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Integracion-a-golpe-de.html


«Nuestro sueño es que este proceso sea más social y político»

Entrevista a Miguel Palacín, de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas (CAOI)

Johnattan Rupire y Mar Soler Lima (Perú). Diagonal

La CAOI, que integra organizaciones de Bolivia, Ecuador, Perú, Colombia, Chile y Argentina, denunció en noviembre a la IIRSA ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

DIAGONAL: ¿Cuál es la posición de la CAOI respecto a la IIRSA?

MIGUEL PALACÍN: Tenemos un problema de fondo. ¿Para qué sirve la IIRSA? ¿Queremos hacer la modernización como Europa, como Estados Unidos y después llorar por lo que hemos destruido? Los procesos de integración no son sólo cuestión de carreteras, es un tema político, organizativo, de solidaridad y del desarrollo de los pueblos, que está basado en el buen vivir, en el sumak kawsay. La IIRSA es totalmente contraria a la concepción indígena. No hay necesidad de tener esas líneas imaginarias que nos pongan de enemigos de un lado a otro. Hay que hacer desaparecer las fronteras. Los pueblos transfronterizos viven todos los días de esa forma. Hay que educar para el amor, para la integración real y no para odiarnos. Vivimos en zonas de alta biodiversidad y juntando a toda América del Sur no necesitamos depender de nadie. La diversidad de pueblos y de culturas que somos es una gran fortaleza que hay que promover. Ése es nuestro sueño, que los procesos de integración sean mucho más políticos, mucho más sociales. Tenemos una crisis general: financiera, ambiental, energética, alimentaria, de valores. Está en crisis el pensamiento que llegó hace 518 años, ya no da para más y es el mismo que quiere poner las soluciones ahora.

D.: ¿Qué medidas plantean desde vuestra organización?

M. P.: Fui a una reunión de la IIRSA en Colombia donde Bolivia acogió nuestra propuesta de reestructuración de la IIRSA: por un lado, que tiene que pasar por los procesos de consulta y que los Estados tendrían que tener control; y por otro, que la instancia más cercana de gestión sea la UNASUR. Pero en otros países, incluso de presidentes del «socialismo del siglo XXI», se basan en la práctica del neoliberalismo. Esa es nuestra crítica muy directa hacia ellos.

D.: Con una gestión de UNASUR, ¿qué cambios importantes se darían en la IIRSA?

M. P.: Primero, tendríamos espacios de incidencia hacia los gobiernos porque ahora hay que hacerlo hacia el directorio de la IIRSA y como todo está hecho allí para el negocio, no entienden las cuestiones legales. Necesitamos hablar de cuidar la pachamama, pero precisamente la IIRSA está para destruirla. Por eso los gobiernos alternativos, que son amigos nuestros, tienen que fijar una postura. En el momento actual se lavan un poco las manos, diciendo que «no es nuestra responsabilidad», que, «en realidad, hay otros gobiernos que han contraído acuerdos» y que «para eso está el directorio», pero no es así…

D.: ¿Cuál es la visión de la IIRSA desde Europa?

M.P.: Cuando se habla en el movimiento social de que hay un proyecto de inversión en la IIRSA, en el que tiene interés un banco alemán -que son quienes financian vía bancos brasileños- la gente no sabe qué es la IIRSA. Y encima hacen loas a Chávez, Evo y a Lula, cuando son ellos los que están propiciando este tipo de proyectos, que son neoliberales. Si miran el plan de Gobierno de Evo, es todo IIRSA.

Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/Nuestro-sueno-es-que-este-proceso.html