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Panamá

Otra masacre de la narcodictadura

Fuentes: Rebelión

El 5 de febrero en horas de la madrugada la Narcodictadura que oprime a los panameños, dirigida por el fascista Ricardo Martinelli Berrocal dio inicio a una represión contra los grupos originarios gnoble-bugle, que mantienen cerrada la vía interamericana en protesta por la aprobación de la ley que permite la explotación minera y la construcción […]

El 5 de febrero en horas de la madrugada la Narcodictadura que oprime a los panameños, dirigida por el fascista Ricardo Martinelli Berrocal dio inicio a una represión contra los grupos originarios gnoble-bugle, que mantienen cerrada la vía interamericana en protesta por la aprobación de la ley que permite la explotación minera y la construcción de hidroeléctricas en la comarca. Esto mismos grupos fueron víctimas en julio de 2010 de otra masacre por los mismos motivos y por el mismos gobierno. Al escribir este artículo, se conocían dos indígenas muertos y centenares de heridos. La información es incompleta porque la tiranía cortó todas las comunicaciones con las provincias, de manera que en la capital recibimos noticias fragmentadas. Hay dirigentes indígenas que hablan de once muertos.

He venido denunciando desde hace varios meses el carácter dictatorial del gobierno de Martinelli Berrocal. Panamá es un país de 3,5 millones de personas. Según las últimas cifras, la deuda externa se aumentó en 3 mil millones de dólares, de manera que, el cacareado crecimiento económico no es más que la hipoteca a las futuras generaciones tal como lo señalé en otra oportunidad. La canasta básica sube diariamente y, con ella, los índices de pobreza. La delincuencia e inseguridad ciudadana está en los niveles más altos de nuestra historia. Una inseguridad promovida por el mismo gobierno para justificar la contratación de más militares con los correspondientes gastos. El enriquecimiento ilícito del Presidente, sus ministros, diputados y directores de entidades descentralizadas es, más que evidente, vulgar. Están estrangulando a la población con un cinismo exagerado. El Procurador engaveta y decide no investigar los actos de corrupción en los cuales está involucrado el Presiente en armonía con otros gobiernos, como el caso de las donaciones de radares por el gobierno italiano que presidía Silvio Berlusconi. No ha querido investigar la muerte de más de cien pacientes por la bacteria KPC, a pesar de que el Director General de la Caja de Seguro Social tiene demandas por homicidio culposo. Ni siquiera lo ha separado del puesto. Por otra parte, Martinelli Berrocal ya prepara su reelección con la creación de una nueva sala en la Corte Suprema de Justicia para que la avale o extienda su periodo presidencial por cinco años más.

Los gnoble-bugle fueron reprimidos por las revividas Fuerzas de Defensa que fueron el azote de los panameños durante los 21 años de Dictadura Militar. Esos militares son los que «protegen» la frontera de Colombia del narcotráfico. Ya sabemos que son los encargados de permitir y de custodiar los cargamentos de cocaína que provienen del sur. De manera que el cuento de la remilitarización del país para la lucha contra el narcotráfico quedó demostrado al ser esos mismos militares los que están reprimiendo a los grupos originarios. Por su parte, el gobierno se niega sentarse a dialogar. El Ministro de Seguridad, José Raúl Mulino, se ha dado a atacar a sacerdotes de la Iglesia Católica, prestos a servir como mediadores. La tónica del gobierno en el manejo de esta crisis es la misma que ha desarrollado durante su gestión: mentir y mentir. Pensó que cortando las comunicaciones la población no se iba a enterar de la masacre, pero algunos medios y grupos independiente se dieron a la tarea de describir los hechos.

Hay una indignación generalizada. Más de 80% repudia al gobierno. Ya se están movilizando otros sectores y todos vemos una confrontación de consecuencias no pronosticables, entre las Fuerza de Defensa y los panameños. Martinelli Berrocal ha incorporado a su gobierno a militares afines a Noriega. Hago un nuevo llamado de solidaridad a la comunidad internacional. Los panameños somos un pueblo tradicionalmente pacífico, pero el actual Presidente, producto de su ambición desmedida de dinero y de sus trastornos psiquiátricos quieren ver correr la sangre de sus conciudadanos.

Blog del autor: www.maurozunigaarauz.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.