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Puerto Rico

¿Quiénes lloran y ríen con las dos cartas del Departamento de Justicia Federal?

Fuentes: Rebelión

Hace unos días circularon las dos cartas que el Departamento de Justicia Federal le enviara al congresista Grijalba en relación a los dos proyectos de ley ante su consideración sobre el destino político de Puerto Rico. ¿Quiénes lloran y quiénes ríen?

Los estadistas no cantan ni gozan. Una de las cartas es balde de hielo para los que han vivido el sueño opiaceo norteamericano durante 123 años, incluyendo los 6 cabilderos escuálidos electos por nadie que suplican… Le han dicho que sus 3 plebiscitos sirven tanto como el té de campana para exterminar el Covid 19. Que habrá que estudiar los efectos de la estadidad, el impacto contributivo, que la ley Promesa es superior y se queda, pues es obvio que vale más el poder de los bonistas que todos los anexionistas de ayer y mañana juntos. Queda golpeado, y débil y fragmentado un anexionismo con 33% de respaldo a la gobernación, desgastado con los cuatro años previos de Rosselló Jr. y Wanda Vazquez y lo que le quedará a Pierluisi hasta cuando, no se sabe. Les será más difícil recapturar el 19% de desafectos, quienes a pesar de votar junto al 33% por el SÍ a la estadídad (52%), no tendrán el aliento de sus mentores federales que no los quieren.

En la otra carta le dan de golpe y de masa a la libre asociación y a la independencia la mencionan menos que a la Magdalena. Dice la carta que la libre asociación es lo mismo que la independencia por lo que solo tres formulas tienen que estar en una consulta: el ELA territorial, la estadidad y la independencia. ¿A donde quedó el protectorado? Sobre la independencia no se dice nada, ni qué pasará con la ciudadanía estadounidense de los puertorriqueños de la isla y la diáspora, ni plan de transición. Nada de plan timoneado, un golpe a los sueños de que la independencia vendrá por “default”.

¿Y quien es la margarita, la flor perseguida? Pues es obvio: el arreglo territorial del ELA, pero aclarado que no existe pacto bilateral, ni soberanía del pueblo puertorriqueño. Son francamente crueles, pero dicen la pura verdad los imperialistas: Puerto Rico es un territorio bajo la plena y única soberanía del Congreso bajo la cláusula territorial y ningún Congreso puede renunciar en detrimento de futuros Congresos a una propiedad de los Estados Unidos… les faltó añadir adquirido territorio y boricuas como botín de guerra bajo el Tratado de París.

La insistencia de que el territorio tiene que estar en cualquier consulta levantará los ánimos del muerto. Resucitarán a Franquenstein. Pero eso no es noticia nueva. Ya se sabía. Si la ley Promesa es corporación provisional para poner en sindicatura a la corporación del ELA colonial, para aprobar un plan de ajuste a favor de los acreedores y luego de 4 años de presupuestos seguidos balanceados continuará el arreglo territorial del ELA y desaparece automáticamente la ley Promesa. Le han dado aliento al colonialismo.

Y como aquí todos los partidos le han dado aliento a la cultura hegemónica colonial durante el proceso electoral, se fortalecerá el colonialismo. Porque todos los partidos, el bipartidismo y los 4 partidos minoritarios, lo que prometieron en las elecciones fue administrar decentemente el ELA colonial con promesas de reformas. El estatus lo dejó el PNP al plebiscito- que le han dicho que es té inservible- y los otros 5 partidos dejaron el estatus a una asamblea de delegados convocada bajo el derecho positivo federal. Y miren lo que es el poder federal: exige que el territorio sea fórmula en cualquier consulta. Como no se educó para la independencia en el proceso electoral, esa táctica redujo la nueva cultura de la emancipación para perdurar el sentido común dominante colonial.

Con estos vientos cabe preguntar. ¿Quien está riendo? ¿Qué partido será el usufructuario de las luchas en las calles en el 2024, quien cosechará esos frutos? Sabemos que el PPD sufrió la derrota más aplastante de su historia en el 1976, perdió gobernación, ambas cámaras, comisaría y la inmensa mayoría de las alcaldías. El gobierno federal le insufló oxígeno con las compañías 936 en ese año 1976 en que fueron creadas. Y ya en el 1980 había ganado ambas cámaras, la mayoría de las alcaldías. El voto de los policías en los cuarteles y el apagón de las máquinas provocó que el PNP ganara por 3,000 votos. Pero dominado el Senado con las vistas sobre los crímenes de Maravilla y las alianzas con el hegemón, el PPD ganó en el 1984 y repitió en el 1988. Ahora en el 2020 el PPD perdió por un 1%, 33% a 32%. ¿Con la oposición fragmentada, con los enconos fratricidas, con el silencio y desinterés de todos los 6 partidos de oposición para no derogar la prohibición de las alianzas electorales contenida en el Artículo 6.1 del Código Electoral, cuál será el escenario en el 2024?

Por un lado el PNP intentará atraer a sus filas al 19% de desafectos. Por otro lado, el PPD, inmerso en la superficie y en la oscuridad hasta en los bailes de muñeca. Y como soñar y predecir Walter Mercado lo convirtió en cultura popular similar a lo hecho con el chisme por La Comay, pues lanzamos como Nostradamus algunos escenarios en esta isla de la fantasía. Imaginemos que los PPD salen entusiasmados con estas cartas del Gobierno Federal. Imaginemos que el Gobierno Federal se invente otra cepa parecida a las 936- algo no tan fantasioso pues comentaba Jay Fonseca que se menciona un privilegio contributivo al territorio para ciertos derechos intangibles del capital foráneo. Imaginemos que el PPD cultive un nuevo príncipe o princesa, Bernier, Carlos Dalmau, Ingrid Vilá, algún alcalde ingenioso. Recuerden que las abejas fabrican una miel especial para construir una reina. Y los federales tienen el poder de abonar con pociones y campañas de simpatía para desarrollar príncipes y princesas coloniales. Imaginemos que ese príncipe o princesa se reúne en secreto y le promete la alcaldía de San Juan, algún precinto, alguna alcaldía, algunos puestos a líderes de los pequeños partidos a cambio de que postulen candidatos de agua a la gobernación. Aquí me detengo, la imaginación no tiene límites.

José Nicolás Medina Fuentes. Abogado, profesor, escritor de múltiples ensayos, autor del libro La Deuda Odiosa y la descolonización de Puerto Rico (Publicaciones Libre Pensador, 2018), egresado de Harvard, Magna Cum Laude (1987).