Luego de darse la noticia de la incorporación de nuestro país, a la «coalición antiterrorista contra el EI», es imposible no pronunciarse ante este desacierto absoluto del Gobierno del Señor Presidente Juan Carlos Varela; como organización juvenil critica y consciente, es para nosotros una obligación elevar nuestra voz de protesta y rechazar de manera categórica […]
Luego de darse la noticia de la incorporación de nuestro país, a la «coalición antiterrorista contra el EI», es imposible no pronunciarse ante este desacierto absoluto del Gobierno del Señor Presidente Juan Carlos Varela; como organización juvenil critica y consciente, es para nosotros una obligación elevar nuestra voz de protesta y rechazar de manera categórica la incorporación de nuestro país a la Coalición Internacional contra el Estado Islámico.
El primer problema que presenta esta alineación de Panamá con esta Coalición, es la condición de neutralidad de nuestro Canal; el incorporarnos en esta «aventura belicista», coloca como blanco del terrorismo internacional el Canal, los ciudadanos y las representaciones del Estado panameño en otras partes del mundo; el Tratado de Neutralidad firmado con los norteamericanos, les da a ellos «carta blanca» de intervenir ante lo que ellos consideren una «amenaza» para el Canal; ¿Por qué poner en peligro al pueblo panameño de manera innecesaria?
Desde nuestra organización condenamos sin miramientos los crímenes del Estado Islámico (EI), no existe justificación ideológica, política o religiosa para atentar contra la dignidad y la vida del ser humano, como lo viene haciendo esta organización; independientemente de los dudosos «orígenes» de estos extremistas, que «casualmente» surgen en las regiones donde hay intereses económicos y geopolíticas de la las potencias globales y regionales.
De la misma manera como rechazamos las acciones del EI, lo hacemos frente aquellos países que dentro de esa misma coalición donde está nuestro país ahora, han violado -y violan- de manera sistemática los Derechos Humanos de millones de seres humanos en el mundo.
Es incompatible que un país, como afirma el gobierno nacional, «amante de la paz, que promueve el diálogo y la convivencia pacífica de todos los pueblos», haga coalición en nombre de esos principios, con Estados que machacan y destruyen los mismos, invadiendo países con excusas espurias, bombardeando civiles inocentes con drones en Paquistán, Libia, Siria, Irak, Yemen (Estados Unidos); bombardean poblaciones en el norte de África (Francia); Estados que decapitan y lapidan mujeres públicamente (Arabia Saudita); o aquellos que mantienen regímenes coloniales brutales (Israel/Marruecos). El terrorismo debe ser condenado venga de donde venga, no de manera selectiva.
Nuestro país necesita de manera urgente una política exterior coherente y consistente que represente y defienda los valores e intereses del pueblo panameño; y esta pasa por la independencia de la misma frente a las agendas de países extranjeros, más aun cuando estos impulsan la islamofobia, el nacionalismo chovinistas u odios de otros tipos para justificar intervenciones de saqueo y pillaje sobre otros pueblos; los panameños, que conocimos hace 25 años lo que significa ser invadido injustificada e ilegalmente por una potencia extranjera, sabemos que significa eso.
Por tanto le solicitamos al gobierno nacional que rectifique su decisión y coloque sobre la proa de la política exterior panameña, los intereses nacionales, la amistad y cooperación entre los pueblos; incluso estamos dispuestos a abrir las puertas de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad de Panamá, para llevar a debate y sustentar nuestros planteamientos junto a la juventud. Panamá ni su pueblo, puede ser una ficha más del tablero geopolítico de países extranjeros.
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