«Es la primera vez que un medio periodístico permite dar mi voz sobre lo acaecido injustamente. Soy periodista radial, editorialista, articulista de diferentes medios, radios y revistas. Por lo tanto desmiento categóricamente la ligereza inventado por algunos medios antipopulares que afirmaban: «se hacía pasar por periodista». Así, se expresa el colega peruano Oswaldo Quispe Caso, […]
«Es la primera vez que un medio periodístico permite dar mi voz sobre lo acaecido injustamente. Soy periodista radial, editorialista, articulista de diferentes medios, radios y revistas. Por lo tanto desmiento categóricamente la ligereza inventado por algunos medios antipopulares que afirmaban: «se hacía pasar por periodista». Así, se expresa el colega peruano Oswaldo Quispe Caso, quien se halla detenido desde diciembre en el Penal de Ezeiza, provincia de Buenos Aires. Sobre Quispe se han dicho muchas mentiras en medios ligados a las corporaciones, pero también las expresaron algunos funcionarios, como el Secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien ayudó a echar gasolina al fuego para tratar de quemar a Quispe en la hoguera del terrorismo mediático. Qué otra cosa es si no, lo afirmado por Berni, al finalizar la acción llevada a cabo por la Policía Federal Argentina, tras el apresamiento de Quispe al salir del medio radial donde trabajaba: «La detención del peligroso criminal es un importante aporte de las fuerzas de seguridad federales a la indispensable cooperación regional contra el crimen organizado. Sólo un esfuerzo compartido con el Poder Judicial puede arrojar resultados que ponen fin a la carrera de impunidad de asesinos como el capturado por Interpol PFA». Tanto Berni como el Cónsul peruano Marco Núñez-Melgar se han aunado para generar un clima de linchamiento con el periodista Quispe, y así ponérselo en bandeja a la Justicia argentina a fin de extraditarlo como exige el gobierno del desacreditado Ollanta Humala.
El caso Quispe es uno más de los tantos que el gobierno peruano ha llevado adelante contra disidentes políticos, contra campesinos que protestan o contra luchadores sociales que se levantan contra el extrativismo, la megaminería o la destrucción del medio ambiente.
Quispe jamas estuvo detenido en su país, más aún le fue entregado su DNI peruano tiempo antes de venir a Argentina. Aquí, obtuvo su pasaporte haciendo el trámite en la embajada del Perú en Buenos Aires, y para más inris le otorgaron el DNI argentino. Si todos esos pasos fueron recorridos legalmente, sin que ningún organismo represivo peruano lo reclamara, la pregunta que surge rápidamente, es ¿por qué ahora se inventan causas para detenerlo y acusarlo de hechos que el propio gobierno y la justicia peruana saben que no cometió?.
Este jueves, el equipo de profesionales que lo defiende, encabezado por el Doctor Eduardo Soares, de la Asociación Gremial de Abogados, solicitará su excarcelación hasta que comience el juicio contra el detenido. En esta ocasión, Quispe no estará solo, ya que un grupo de intelectuales y militantes populares encabezados por Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, el actor Norman Briski, el poeta Vicente Zito Lema, los periodista Pablo Llonto y Carlos Aznárez, y sindicalistas de la CTA, asistirán a la audiencia judicial para reclamar su libertad.
En esta entrevista, la primera que concede Quispe a un medio de comunicación, damos a conocer sus opiniones sobre la situación difícil que hoy está atravesando, encarcelado y separado de su familia.
¿Cuándo y cómo comenzó su actividad como periodista?
– En mi país ya había desarrollado esa actividad en medios comunitarios. Luego, aquí cursé periodismo y radio en la Escuela Popular de Medios Audiovisuales «Homero Manzi», ligada al Ministerio de Trabajo argentino. Actualmente editorializaba y era columnista del programa radial «Mundo de ideas libres», emitido los martes en FM 88.3, Radio Sur. También fui partícipe -hasta el momento de ser detenido- del programa «Nuevo Amanecer», que se emite todos los jueves en «La Olla TV». Al salir de esa radio, el 16 de diciembre de 2013, fui detenido.
Por otro lado, desmiento las calumnias e intrigas de algunos medios y periodistas en Perú y Argentina, que maliciosamente propalaron «que salía de un local del Movadef». Debo enfatizar que no soy integrante del Movadef [N. de R.: organización peruana cuyas siglas responde a Movimiento por la Amnistía y los Derechos Fundamentales], no soy «terrorista». No pertenecí a Sendero Luminoso ni del MRTA, ni tampoco participé en ninguna organización ilegal.
¿Por qué cree que lo han detenido?
-Todo periodista que se precie y pone su pluma al servicio de los derechos de los pueblos humillados, en mi país es tildado o sospechado de «terrorista». No es casual mi detención aquí, donde vivía y trabajaba legalmente, al salir de La Olla TV, después de participar en el programa «Nuevo Amanecer», que precisamente es un programa indígena, que denuncia los abusos contra los pueblos originarios, como es el caso de la persecución contra el pueblo Qom y su autoridad Félix Díaz. Mi detención demuestra el intento de amedrentar a dicha labor.
Pero el asunto no queda ahí, ese día lunes 16 de diciembre, yo denunciaba en la radio una persecución por parte del Consulado Peruano a la revista on-line «Perspectiva Internacional», que días atrás había sido bloqueada. La revista denunció una discriminación autoritaria en contra de dos reconocidos dirigentes sociales peruanos en Argentina (hecho filmado por medios peruanos en Buenos Aires). A estos dirigentes sociales no se les permitió opinar ni participar en el «Encuentro de organizaciones sociales de migrantes peruanos» realizado en octubre de 2013 en el Hotel Bauen. La denuncia fue documentada por algunos medios periodísticos de la colectividad peruana, que valientemente decidieron no dejar este incidente impune.
-¿Contra quienes se dirigió ese ataque del Consulado?
-Las garras de esa postura autoritaria del Consulado urdieron y maquinaron maniobras de amedrantamiento contra la señora Lourdes Rivadeneyra, dirigenta de la «Red de Migrantes y Refugiados» que organiza y promociona la Cancillería Argentina dentro del marco de «Redes Sociales del Mercosur». Por el solo hecho de compartir una labor social conmigo, rotularon a esa dirigenta como integrante del Movadef. Eso sigue hasta la fecha. Lo que demuestra que existe una persecución política contra dirigentes sociales que no se «enfilan» al autoritarismo de un Consulado y un Gobierno de derecha.
-¿De qué se lo está acusando concretamente?
-Hay una serie de falsas acusaciones e imputaciones del Gobierno peruano contra mi persona. Desde la época del Gobierno «Fujimontesinista», acusar de terrorismo a cualquier persona, es la fórmula de la represión. En el Perú fueron acusados más de 10 mil personas y luego detenidas, de las cuales posteriormente fueron liberadas y absueltas 9.700, tras sufrir prisión injustamente. Otros cientos continúan en las cárceles.
Hoy, según algunos organismos de derechos humanos estiman que existen 9.000 requisitoriados, varios exiliados, otros refugiados y hasta comunidades campesinas acusadas de terrorismo, sin individualizar la acusación, sólo por el hecho de pertenecer a esas comunidades.
-En qué se basan para seguir generando estas políticas represivas?
-Esta inmensa cifra persecutoria se inspira en una llamada «ley de arrepentimiento» que fuera emitida por Vladimir Montesinos, el cerebro criminal del ex presidente Fujimori. Esta ley aún sigue vigente, y conmina al acusado a sindicar a otro compañero, amigo o conocido de «terrorismo». Le prometen que si lo hace, si acusa o delata le bajarán la pena o directamente lo absolverán, pero al final el acusado sufre muchos años de prisión, para con suerte ser absuelto.
Esas leyes antiterroristas son de origen fujimorista, como la ley 25.475 y otras, que sucesivos gobiernos han emitido para amedrentar a la población ante cualquier lucha social por sus derechos. Asesinatos y detenciones como las ocurridas por el levantamiento indígena-campesino en Baguá, o en la lucha contra la minería en Cajamarca son trágicos. La madre de esas leyes es la Constitución de facto dictada en épocas de Fujimori, que dictamina la pena de muerte.
-Cuál es su mensaje desde la cárcel de Ezeiza para quienes no saben de su caso, y para quiénes están peleando contra esta injusticia y reclaman su libertad?
-Antes que nada, decirles que son inocente, que soy víctima de una política represiva que no respeta fronteras y responde a un gobierno que da la espalda y reprime a mi pueblo. Mi voz recién va saliendo a la luz y seguiré batallando contra este persecución y este calvario que sufro. Mi pasión es el periodismo, y dentro del mismo, el periodismo de investigación al servicio de los de abajo y del pueblo que lucha por sus derechos. Por eso, y no por otra cosa estoy detenido, pero tengo confianza que tarde o temprano se haga justicia. Agradezco infinitamente a todos los que se están movilizando para lograr mi libertad, a esas cientos de personas de Argentina y todo el mundo que han firmado una carta en ese sentido puesta a circular por compañeros solidarios. Allí verán el compromiso de conocidos intelectuales, periodistas, luchadores sociales y políticos de todo el mundo, entre los cuales quiero destacar especialmente al héroe cubano René González, quien también tuvo que sufrir años en prisión por denunciar la política criminal de los Estados Unidos.
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