Es imposible no conmoverse ante la atrocidad de la guerra, la violencia de los bombardeos aéreos, el miedo atroz de civiles atrapadxs entre opciones que no son las suyas.
Es imposible no conmoverse ante la atrocidad de la guerra, la violencia de los bombardeos aéreos, el miedo atroz de civiles atrapadxs entre opciones que no son las suyas.
“[Dadas las circunstancias,] debemos estar preparados con todas las bombas que tenemos y podamos fabricar… hasta que Rusia aprenda a ser decente”.
Después de tantos anuncios del inminente inicio de la guerra, la escalada comenzó en un tono estrambótico: tuvimos un discurso farsa en el Kremlin, un movimiento de tropas en la región dominada por los separatistas prorrusos y las primeras sanciones, pronto criticadas por sus abogados como endebles.
Desde hace tiempo, muchos se preguntan por qué existe una difusa simpatía hacia Vladímir Vladimírovich Putin en figuras políticas e intelectuales de las izquierdas latinoamericanas (también más allá, pero abordarlas requiere matices que están más allá de la necesidad de síntesis de esta suerte de columna/post).
La estación de tren está abarrotada de personas que intentan desesperadamente coger un tren que los traslade a Polonia o a Chequia. Muchos duermen en la estación porque los alojamientos están saturados o porque no pueden pagar los precios de hoteles y apartamentos, que en muchos casos se han duplicado.
Los neocon de Estados Unidos, en el informe “Rebuilding America’s Defenses”, expresan la esperanza de que una catástrofe comparable a la de Pearl Harbor permita a Estados Unidos obtener la hegemonía global.
Se reparten en cuatro centrales nucleares y una de ellas, la más grande de Europa, ha sido controlada por los rusos tras un ataque con misiles
La Unión Africana (UA) debería urgentemente tomar cartas en el asunto del intento del embajador de Ucrania en Senegal de reclutar a jóvenes para usarlos como carne de cañón en el conflicto de su país con Rusia.