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Vasallaje asqueroso

Fuentes: Rebelión

Al admirador de la cultura europea le molesta, como un ojo de pollo en el talón, el vasallaje asqueroso al que se someten los lacayos europeos del imperialismo mundial globalizado, IMG, y la pleitesía que le rinden. Todos ellos son enanos, y no se hace referencia al tamaño sino a la sumisión con que ejercen […]

Al admirador de la cultura europea le molesta, como un ojo de pollo en el talón, el vasallaje asqueroso al que se someten los lacayos europeos del imperialismo mundial globalizado, IMG, y la pleitesía que le rinden. Todos ellos son enanos, y no se hace referencia al tamaño sino a la sumisión con que ejercen la tarea de dirigentes que les ha sido encomendada, pues ni siquiera ocultan la apariencia de servilismo.

Se entendería el caso de Hollande, al que regalaron la presidencia de Francia luego de arrebatársela a Dominique Strauss-Kahn después del estrafalario lío de faldas de New York, pero no el de Ángela Merkel, que aparentemente accedió a tan altas cumbres del poder por méritos propios. Más allá de que justificara descaradamente que la espiasen, acepta ahora sin chistar el papel secundario que le han dado para encender la nueva guerra fría, que a ojos vistas se desarrolla en la geopolítica mundial, y que pudiera convertirse en caliente debido a la profunda crisis económica que atraviesa el capitalismo. ¿Acaso nada aprendió de las guerras mundiales que Alemania no evitó y de la catástrofe que tuvo, de la que no se recupera hasta ahora?

La Canciller alemana ha sido en parte culpable del caos desatado por el sector radical de los refugiados, que podría terminar con la cultura de Europa, no sólo por haberse embarcado, gustosamente o no, en las guerras de extermino y saqueo del Medio Oriente, que bien pudieron evitarse si los europeos defendían su autonomía, sino también por aupar la ocupación de Palestina por el sionismo internacional, injusta por donde se la mire; por alcahuetear los crímenes del gobierno fascista de Ucrania, aparentemente superados luego del derrumbe del régimen de Alemania Nazi; por dar apoyo a las sanciones impuestas a diestra y siniestra por el IMG, de tan alto costo para la economía alemana; por ser participe de la política de expansión de la OTAN hacia la frontera rusa, provocación que puede desatar un conflicto mundial; por defender la instalación del paraguas atómico en la nueva guerra de las galaxias, que no protege a Europa.

Al no entender al propulsor alemán de la geopolítica, Karl Haushofer, discípulo de Mackinder, quien sostiene que Eurasia es el epicentro de dominio del mundo, parecería que Merkel y sus acólitos han perdido la razón y con ellos todo el viejo continente. O son incompetentes o el IMG los tiene agarrados del cogote, pues en lugar de buscar la gran alianza que Putin les propuso, que va desde Lisboa hasta Vladivostok, y cuyos primeros pasos fueron dados por el ex Canciller Gerhard Schröder, Merkel prefiere continuar de vasalla del IMG, que a toda costa busca impedir cualquier entendimiento ruso-alemán, persuadida de que algo va a obtener de los despojos de Rusia, si lograran derrotarla. Sueños de perro.

Ahora soporta a las hordas bárbaras infiltradas, que alevosamente faltaron el respeto, acosaron sexualmente y violaron a centenares de mujeres alemanas el pasado Año Nuevo en las ciudades de Colonia, Hamburgo, Berlín, Dúseldorf y Stuttgart, lo que ha agravado las tensiones en Alemania y amenaza con socavar los cimientos de la Unión Europea.

Pese a que estos inmigrantes radicales llegaron entremezclados con los refugiados de guerra bajo el grito de «protégenos mama Merkel», el dirigente Bjorn Hocke declara en una manifestación contra la política migratoria de Alemania, que ha tenido lugar en la ciudad de Érfurt, capital del estado de Turingia, «Alemania está gobernada por idiotas» y que «Angela Merkel tiene que ser desalojada de la Cancillería con una camisa de fuerza». La policía reprime todos los días las manifestaciones violentas que se dan contra el gobierno de Berlín, represión que hace declarar al dirigente del partido Alternativa para Alemania, Hansjoerg Mueller, «Alemania está al borde de una anarquía que nos puede llevar a la guerra civil o a convertirnos en un país bananero».

La política oficial de la Canciller Merkel, de «puertas abiertas» hacía los inmigrantes, pronostica el fin de su era y abre las puertas del poder a la ultraderecha alemana.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.