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El eventual triunfo del candidato del pacto Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, a solo semanas de la primera vuelta presidencial en Chile (19 de noviembre), ha generado como era de esperar, una feroz reacción de parte de los grandes grupos económicos y mediáticos del país, tildándolo de falta de experiencia, de extremo, de ignorante, sin conocimiento en economía y de tanto lugar común de la derecha tecnocrática neoliberal.
La Convención Constitucional en Chile sigue avanzando rápidamente, tanto por la aprobación de su Reglamento interno de funcionamiento como por la votación sobre las comisiones temáticas, haciendo que la discusión que se tendrá sobre los contenidos de la nueva constitución se vuelva cada vez más cerca.
Luego de conocer los resultados y la bajísima votación en la consulta ciudadana del pacto Unidad Constituyente (ex Concertación), para definir a la candidata presidencial que irá el próximo 21 de noviembre, el momento crítico de la llamada centro izquierda chilena pareciera ser una consecuencia más del proceso constituyente en curso en el país.
Los resultados de la primaria presidencial el domingo 18 de julio en Chile no dejaron indiferente a nadie, ya que no solo son históricas por ser la primaria con mayor cantidad de votos que haya habido antes (3.143.006), sino también por el enorme triunfo del pacto de izquierda Apruebo Dignidad, por sobre el pacto de derecha Chile Vamos, en donde el candidato del Frente Amplio, Gabriel Boric, ganó por sobre el candidato de Chile Digno, Daniel Jadue, alcanzando el 60% de las preferencias.
A propósito de las recientes protestas en Cuba, en la cual el gobierno de Miguel Díaz-Canel ha hecho un llamado explícito a sus partidarios a salir a las calles a enfrentar a los manifestantes, se ha abierto una nueva oportunidad para posicionarse críticamente sobre lo que ocurre en la isla, más allá de las posturas reduccionistas clásicas, que siguen reproduciendo esquemas políticos binarios, que le hacen un flaco favor a la posibilidad de pensar alternativas y salidas transformadoras a la crisis actual.
La instalación de la nueva Convención Constituyente en Chile, el pasado 4 de julio, no sólo es quizás de los momentos más importante a nivel institucional del país, luego de más de 200 años de constituciones redactadas de manera antidemocrática, sino el inicio de un proceso inédito que puede transformar las bases coloniales, patriarcales y capitalistas mismas del Estado-Nación.
Las recientes declaraciones realizadas en España de parte del presidente de Argentina, señalando que los mexicanos salieron de los indios, los brasileños salieron de la selva y los argentinos llegaron de los barcos de Europa, despertó una amplia y transversal crítica por su carácter racista.
El reciente encarcelamiento de 130 personas por parte del régimen autoritario de Daniel Ortega y Rosario Murillo en Nicaragua, que incluyó incluso a ex guerrilleros sandinistas como Dora María Téllez y Hugo Torres, no solo es un episodio de violación de derechos humanos y de concentración del poder político de parte de la pareja presidencial, sino también de un momento que debiera servir para la reflexión profunda de las izquierdas latinoamericanas y del mundo.