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La situación de El Salvador en 2025 se perfila como un escenario de tensiones crecientes, tanto en el ámbito social como político y económico.
La historia de El Salvador es un testamento a las luchas incesantes por la libertad, marcadas por episodios de represión, resistencia, y búsqueda de un sistema justo. Desde el siglo pasado hasta la actualidad, la nación ha sido escenario de profundas injusticias y el clamor constante de un pueblo por ser verdaderamente libre.
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En los últimos años, El Salvador ha experimentado un cambio drástico en su política de seguridad, encabezado por el presidente inconstitucional, Nayib Bukele. A través del Régimen de Excepción, su administración ha implementado medidas que han sido señaladas a nivel nacional e internacional como estrategias de represión y control social, limitando profundamente los derechos y libertades de la población.
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El régimen de Bukele, lejos de ser la promesa de cambio y seguridad que muchos esperaban, se ha convertido en una máquina despiadada que produce violencia, muerte y desesperación. Bukele no es solo el artífice de una dictadura que ha destruido la institucionalidad democrática en El Salvador; es el responsable directo de una ola de crímenes que buscan garantizar su permanencia indefinida en el poder.