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Cuando se cumplen dos años del genocidio de Israel en la Franja y con el nuevo plan del presidente de EEUU que ofrece poca esperanzas a los gazatíes, la sociedad civil se solidariza más que nunca con la causa palestina.

La escritora e historiadora Paola Caridi relata en su libro ‘La morera de Jerusalén’ cómo la vegetación ha sido un instrumento fundamental de la ocupación y de la creación de Israel.

En Ciudad de Gaza, el último núcleo urbano de la Franja, vivían cerca de un millón de palestinos. Ahora, decenas de miles están huyendo, pero no tienen adonde ir.

El anuncio por parte de varios países occidentales de que reconocerán el Estado palestino no ha amedrentado al Gobierno israelí, que ha impulsado sus políticas coloniales.

Los nuevos datos del sistema internacional sobre crisis alimentarias y las autoridades sanitarias locales dan solo una idea de las consecuencias de la guerra de castigo que el Ejecutivo de Benjamín Netanyahu lanzó contra el enclave palestino.

El profesor de Relaciones Internacionales de origen gazatí, que ha desarrollado toda su carrera en España, acaba de publicar «Palestina. Historia documentada de 100 años de guerra».

El gabinete de seguridad de Israel ha decidido que el Ejército expanda su ofensiva contra la Franja, después de dos meses de bloqueo absoluto que ha llevado a la población palestina a la hambruna.

El ministro de Defensa israelí alega que es necesario que haya soldados desplegados en esas “zonas de seguridad como un amortiguador”. También afirma que el bloqueo total sobre la Franja continuará.

La mitad de la población sudanesa (unos 26 millones) no tiene suficiente alimento. Casi 13 millones de personas han abandonado sus hogares desde 2023 y se han desplazado dentro de Sudán o han cruzado las fronteras de los vecinos en busca de seguridad.
Israel reanudó sus ataques aéreos contra la Franja el martes de madrugada y el miércoles volvió a irrumpir por tierra. En las últimas 48 horas, han muerto 506 personas y 909 han resultado heridas, según las autoridades locales.