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Imaginemos un territorio especializado en una única industria. Imaginemos que se cruzan una serie de factores que provocan que todos los costes para su funcionamiento, en poco tiempo, asciendan mucho, muchísimo: la materia prima, el transporte, la energía… Imaginemos que, además, la situación se complica porque la demanda del producto que genera esta industria cae en picado. ¿Preocupante?

El crecimiento de las ciudades está asfaltando la naturaleza, mordiendo los campos de cultivo, lapidando la agricultura. Si, como demuestran numerosos estudios, los procesos de urbanización son cada vez menos sostenibles socialmente y ambientalmente, ¿por qué insistimos en hacer las ciudades más grandes, más pobladas y más complejas? ¿No sería más inteligente pensar en “desurbanizar” la sociedad para volver a formas de vida verdaderamente más humanas?

En agosto de este año 2021, el índice de precios de los alimentos ascendió un 32,9% respecto al agosto del 2020

Sucede con mucha frecuencia que ignoramos lo que tenemos y despreciamos nuestra historia, nuestros saberes, prácticas y tecnologías. Solo con salir por un momento del ritmo acelerado de la productividad y la distracción constante y mirar sin prejuicios a mundos supuestamente ya caducados, observamos que hay muchas maneras de aprovechar la energía que la naturaleza guarda en su interior.


La civilización campesina y las indígenas tienen en común reconocer y respetar las normas dictadas por la naturaleza. Si despreciamos esas narrativas, no tendremos ninguna pauta para el tránsito civilizatorio que vamos a experimentar.

La pesca ilegal está diezmando los mares y destruyendo los modos de vida de millones de personas. Este crimen organizado está dirigido, no lo olvidemos, por una banda de gánsteres legalizada: el capitalismo

Las tierras fértiles siempre han sido territorios de disputa. En ocasiones, simplemente por su ubicación que la sitúa allá donde despierta otros intereses, como la instalación de infraestructuras, polígonos industriales, aeropuertos o, como estamos viendo actualmente, para instalar parques de renovables. En otras ocasiones por lo que guarda su subsuelo, petróleo o minerales. Sin olvidarnos de la presión turística, que no solo ha usurpado sus tierras, sino que ha desorganizado por completo una cultura de vivir.