Gustavo Duch

Artículos

La georreferenciación en países como Brasil contribuye a la privatización de las tierras comunales y la expansión de monocultivos. El almacenamiento digital de los datos agrícolas está en manos de grandes compañías tecnológicas.

A mucha gente le causa extrañeza enterarse de que está surgiendo un considerable rechazo a las energías renovables.

Con mucho gusto, señor presidente, recibo su propuesta de nombrarme ministro de Ayuda Alimentaria. Antes de aceptar el cargo, le adelanto, de forma muy somera y directa, las líneas maestras que dibujaré durante este mandato, con la seguridad de que le parecerán acertadas.

“Ya llegan los tomates”. Esta es la expresión que más se repite cuando el empuje suave pero decidido de la primavera, poco a poco, va amainando al invierno.

En años recientes, y más aún en los últimos meses, la aparición de muchos (y grandes) proyectos de instalación de parques eólicos y solares en el territorio está generando la aparición de muchas protestas e impugnaciones desde el mundo rural. La razón es simple: como en otras muchas ocasiones, estas comunidades sienten cómo se les imponen decisiones sin su participación cuando serán ellas las que sufrirán las afectaciones. Pero, ¿qué otros ángulos debemos incluir en este debate?

Ha quedado científicamente probado que en los últimos cincuenta años la extensión de hábitats adecuados para la vida está disminuyendo.

Gritos intestinales

Datos que incomodan

Todos los movimientos ecologistas, hartos de tanta contaminación, enfermedad y calentamiento, han luchado con gran entrega a favor de la transición energética para dejar enterrado, nunca mejor dicho, el uso y abuso de recursos fósiles como el petróleo, el gas o el carbón.

Nos lo explicó hace unos días el poeta-filósofo Jorge Riechamm, “debemos saber que los seres humanos somos holobiontes”. Es decir, estamos hechos de seres vivos.

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