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En el 2015 fue Guatemala, manifestando por corrupción los sábados de ir a broncearse, Latinoamérica se asombraba de ver a la sumisa y chambona sociedad guatemalteca por fin revelarse a las cansadas después de haber elegido a un genocida como presidente; no manifestaban pidiendo justicia por las víctimas del genocidio que negaban, sino por corrupción.
Porque muchos votaron con enorme irresponsabilidad con la historia de su país, Ecuador se encuentra en esta segunda vuelta presidencial. Arauz tuvo que haber barrido en la primera vuelta, sepultado toda esperanza de la derecha neoliberal, pero no, muchos le fallaron a la memoria histórica y a su presente, lo que es peor, al futuro de las generaciones tiernas.
La comunidad indocumentada espera que ahora sí, este gobierno cumpla ya que Obama les falló. Otros, incrédulos, prefieren no emocionarse porque ya saben cómo funciona el sistema y dicen que hasta no ver no creer.
Este texto pertenece a la serie Las Indómitas
Del poemario Destierro, publicado por Ilka Editorial. Dedico a este poema a las mujeres migrantes indocumentadas.
Para no ir tan lejos, ahí está el país vencido, que con todo lo que pasó en tiempos de dictadura era para que a estas alturas en lugar de neoliberalismo y desmemoria, la sociedad hubiera reconstruido su tejido social, encarcelado a los que cometieron crímenes de lesa humanidad desde el gobierno y haber levantado la infraestructura.
Es política de Estado en sociedades con gobiernos neoliberales, la violencia contra la mujer y las masas empobrecidas y explotadas.
Se espera que éste sea el año en que millones de mujeres indocumentadas provenientes de todas partes del mundo celebren el acceso a derechos laborales y a la legalización. Ésa es una promesa de Kamala junto a Biden, ¿la cumplirán?
Nuestra doble moral es infinita, nuestros actos diarios lo demuestran. Manifestar por corrupción pero no por la represión del gobierno guatemaltecos hacia migrantes hondureños en tránsito que intentan llegar a Estados Unidos.