“No puede haber aumento del lucro sin una caída de los salarios”.

Damos por entendido que el régimen convirtió las magistraturas en la acequia de las aguas servidas, y en la recompensa del envilecimiento exigido para ocupar injustificadamente y a título oneroso un curul que antaño reclamaba alguna envergadura al tiempo que daba lustre y distinción.

¿Quién pudiese pensar que el insigne escritor no estuviese ofreciéndonos un cuadro muy realista –ni siquiera impresionista…– del próximo parlamento chileno, para no hablar del próximo führer?

Dicho en otras palabras, las familias se endeudan para satisfacer sus necesidades básicas.

Y aquí estamos. Tan parecidamente al desastre europeo de hoy, con el fascismo resurgente, la pobreza que crece y la democracia como papel p’al culo.

La palabra Mercado remplazó los términos estafa, robo, fraude, timo, desfalco y/o trampa.

Quiénes, cómo y cuándo atraparon, torturaron, asesinaron y desaparecieron a mis compañeros de la Juventud y del Partido Socialista de Chile.

El terrible destino de Ariel Mancilla, de Carlos Lorca Tobar y los miembros del Comité Central de la Juventud Socialista sigue siendo una incógnita.

El “cerebro” de Kaiser, que personifica la respuesta chilena a la IA mediante la imbecilidad natural, inventó la reducción de «la carga tributaria para facilitar el emprendimiento y la creación de empleo», junto a la eliminación de la «burocracia innecesaria que frena el ahorro, la inversión y la generación de riqueza».

Si me entretengo con la palabrita “Crecer” es porque concentra toda la capacidad programática de las murgas que en Chile aspiran al poder político, lo que es la prueba irredargüible de lo chanta de su mensaje.